Aire negro sin control

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    Las personas que viven en las metrópolis de América latina y el Caribe, ya sean pobres o ricas, enfrentarán diversas enfermedades si los gobiernos no toman las medidas adecuadas para controlar la contaminación del aire, advierte el Banco Mundial (BM) en uno de sus reportes.
    Enfatiza que la salud de los habitantes de estas regiones se verá afectada de manera considerable a causa de que cada día hay más vehículos y por las emisiones contaminantes no controladas.
    En el documento “Contaminación atmosférica por vehículos”, el organismo internacional asevera que los contaminantes emitidos por automotores afectan el sistema respiratorio y cardiovascular de la población, en particular de los niños y ancianos.
    El estudio del BM aclara que la extensión de este problema en América latina no ha sido cuantificado aún, porque los datos disponibles resultan insuficientes y en algunos aspectos no existen.
    El problema aumenta cuando las emisiones vehiculares están relativamente exentas de control y las condiciones topográficas son desfavorables, además de que cada día el parque automotor va en ascenso y porque los gobiernos carecen de proyectos encaminados al uso del transporte colectivo.
    En el caso de México, la contaminación del aire ha generado muertes prematuras, cáncer, bronquitis y ataques asmáticos.
    Un estudio patrocinado por la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA), organismo creado con la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio (TLC), confirmó que la contaminación del aire mata a los más pequeños. Tan solo en Cuidad Juárez murieron en un año 1,416 por dicha causa.
    Según la CCA, en el Distrito Federal el costo anual de la contaminación en materia de atención hospitalaria y ausentismo laboral asciende a 837 millones de dólares.
    La Organización Mundial de la Salud estima que en los países en desarrollo cada año mueren 700 mil personas por ese motivo.
    Tan solo en México 35 mil niños fallecen cada año por la polución.
    La religión del automóvil

    En el mundo, el país que utiliza más autos es Norteamérica, donde cada ciudadano tiene uno.
    En este asunto, las ciudades latinoamericanas buscan parecerse a Estados Unidos. México imita bien a su vecino.
    Los datos de la Secretaría del Medio Ambiente son reveladores.
    En México la contaminación del aire en las grandes ciudades es alarmante, sobre todo la causada por los autos particulares.
    En el país el promedio de ocupación de un automóvil es de 1.6, pero en el peor de los casos, un pasajero por unidad.
    Adrián Fernández, funcionario del Instituto Nacional de Ecología, asevera que los datos deben ser traducidos a pesos y centavos para que las autoridades correspondientes tomen decisiones al respecto.
    Los consumidores se han dejado llevar por la publicidad, que los induce a comprar vehículos de mayor cilindraje, para que “sientan el poderío” que da manejar una camioneta, en vez de un auto de cuatro cilindros.
    Diversos estudios de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) demuestran que en México el 40 por ciento de los vehículos en activo es de seis cilindros o más, lo que ocasiona una combustión mayor y por consiguiente más contaminación.
    Advierte que el pago de un mayor impuesto a las unidades de alto cilindraje no solo ayudaría a bajar los índices de contaminación, sino que habría un menor consumo de combustibles.
    Sergio Sánchez Martínez, director general de Gestión de calidad del aire y registro de emisiones y transferencia de contaminantes, de la Semarnat, afirma que “en México no es autosuficiente en gasolinas, ante el creciente número de vehículos. Esto ha llevado a que el gobierno federal importe el 20 por ciento del combustible”.
    Si los mexicanos adquirieran unidades de cuatro cilindros y usaran el transporte público, México dejaría de importar gasolinas.

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