Y vio que el turismo era bueno

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Lentamente, Raymundo recorre el pasillo con un arreglo floral en sus manos. Sus rodillas resienten el roce con el suelo. Sobre la balaustrada que impide el acceso al altar principal, deposita las flores junto a las veladoras que dejan los peregrinos y que luego serán revendidas en la tienda de la basílica.
Raymundo Estrada cada año la manda hecha por su padre a la virgen de San Juan de los Lagos, por salvarlo de las consecuencias de un accidente. Al fallecer le heredó la obligación de ir a dar gracias a la basílica “hasta que ella me lo permita”. No importa si para hacerlo tiene que caminar desde su natal San Luis Potosí, trayecto que dura dos días.
Una ampolla reventada en la planta del pie le impide caminar. “Ella me ha cuidado muchas veces. Yo pensé que no llegaba, pero dijo ‘sí llegas’, y lo hice”.
La basílica de la virgen de San Juan de los Lagos nunca está vacía. Desde temprano, visitantes de Jalisco y otros estados del país circulan por sus pasillos. De rodillas, con las manos juntas y murmurando oraciones, llegan hasta el altar. Unos llevan a sus niños en brazos en señal de ofrenda por algún favor recibido.
Entre 60 y 70 mil peregrinos a la semana en temporada baja y hasta cinco veces más durante las fiestas de enero y agosto y las vacaciones, calculan las autoridades eclesiásticas que es la afluencia de visitantes. Al año suman entre seis y siete millones. Muchos van de paso. Apenas están unas horas para llevarle alguna ofrenda a “la sanjuanita” y comprar un recuerdo de su estancia ahí.
En las calles, puestos y tiendas ofrecen imágenes de cerámica, rosarios, veladoras, libros, DVD’s, gorras, camisetas y muchos otros productos con su imagen o historia.
Aparadores de algunas tiendas exhiben imágenes en todos tamaños de otros iconos de la fe: santo Toribio, el Niño de las Palomitas, Santo niño de Atocha, la virgen de Guadalupe, el papa Juan Pablo II y hasta de Malverde, el santo de los narcotraficantes. Eso sí, todos con la leyenda Made in China.
Los productos religiosos de la basílica no los venden. Son para “quienes depositan limosnas, como un recuerdo, que, como es material, vale menos que la limosna ofrecida”, dice un cartel en la entrada de la colecturía (tienda de productos religiosos del templo). A quien da 50 pesos, las religiosas que atienden el lugar pueden “obsequiarle” un librito con oraciones. Por una limosna de 100 pesos pueden obtener una fotografía enmarcada de la virgen.
“Las cosas benditas no tienen precio”, asegura el rector de la basílica, Emiliano Valadez. El único producto con precio fijo son los carteles, vendidos a 10 pesos, y que no pueden ser adquiridos en otro lugar, “porque tienen un precio simbólico que a los comerciantes no les deja ganancia”, afirma el sacerdote.
El fervor religioso es el centro de la vida social, cultural y política de esta población ubicada en los Altos de Jalisco, donde se desarrollaron episodios del movimiento cristero y cuna de muchos de sus personajes más conocidos.
La imagen de la virgen de San Juan está lo mismo en las casas, restaurantes, hoteles y los comercios, que en las oficinas de gobierno. En el segundo piso de la presidencia municipal, un mural destaca la figura de la patrona del pueblo. Como fondo, un mapa de México y la bandera nacional. Del lado derecho, el papa Juan Pablo II (que visitó la basílica en 1990).
Hidalgo, Morelos, Zapata y Juárez, fueron colocados en una esquina del mural realizado por el artista local, Martín de la Torre.

Más turismo, escasos servicios
La creciente promoción de esta ciudad por el gobierno estatal como un lugar de turismo religioso ha traído beneficios económicos a sus habitantes y también aumento del comercio informal.
Las calles que rodean la explanada de la basílica y la plaza principal de San Juan están llenas de ambulantes. Unos 100 puestos venden productos religiosos, pero también camisetas, bolsas, ropa, blancos, zapatos, comida y dulces típicos a los peregrinos. Unos más prefieren ofrecer sus productos a pie. El número de comerciantes aumenta durante la temporada alta.
Al mes, los ambulantes deben pagar 250 pesos por el permiso, 150 bimestrales y 350 por un permiso adicional durante las fiestas. De enero a octubre de 2007 el municipio recibió dos millones 669 mil pesos por concepto de impuestos de piso y plaza, según el informe del alcalde Alejandro de Anda Lozano.
Autoridades de la Secretaría de Turismo de Jalisco (Setujal) han convencido a los municipios de la región para mejorar la infraestructura turística de sus localidades, pues los Altos es la segunda zona en Jalisco con más número de turistas después de la zona metropolitana, incluso por encima que Puerto Vallarta.
En marzo fue inaugurada la iluminación de la basílica de San Juan, con una inversión de tres millones 91 mil pesos, como resultado de una petición del obispo Javier Navarro: el municipio entregó un millón de pesos, más los 91 mil aportados por la iglesia. Las cifras son mayores a lo invertido en infraestructura deportiva, educativa, productiva rural o drenaje de la localidad. Los otros dos millones fueron aportados por la federación y el estado.
La demanda va en aumento, no así la infraestructura y servicios turísticos. La capacidad hotelera ha incrementado. Hay tres mil habitaciones en 85 hoteles, 60 casas de huéspedes y los albergues de la iglesia, con capacidad para 10 mil peregrinos, pero aún son insuficientes. Un estudio de la Setujal indica que 75 por ciento de los visitantes no se hospeda en la ciudad.
“No tenemos la estructura pensada para los nuevos tiempos, para un santuario de tiempos modernos”, admite el rector de la basílica. A pesar de lo que el gobierno quiere hacer en turismo religioso, “la prioridad sigue siendo la capital. Si no fuera por la motivación religiosa, los peregrinos no vendrían a soportar incomodidades”.
No obstante, desde 2007 la Setujal ofrece mediante agencias regionales, paquetes turisticos como parte de la promoción de la primera etapa de la ruta cristera, que incluye visitas a San Juan, Tepatitlán, Arandas y Jalostotitlán. Las autoridades locales y estatales pretenden difundir estos paquetes en todo el país.

Santo superestrella

El fervor a santo Toribio Romo es reciente, en comparación con destinos tradicionales como San Juan de los Lagos o Talpa. Pero en una década la afluencia de visitantes cada año superó el millón, en una localidad que apenas es considerada una ranchería, con 284 habitantes.
La derrama económica generada por los turistas supera los 100 millones de pesos, según Gamaliel Romo, coordinador de comunicaciónsocial del ayuntamiento de Jalostotilán, cabecera municipal del poblado de Santa Ana, donde se localiza el templo de la Mesita, en el cual es venerado Toribio Romo, conocido también como el “santo de los inmigrantes”. Al recinto, de unos ocho metros de ancho por 40 de largo, le caben alrededor de 120 personas.
Al pueblo se entra por una vereda y un puente angosto que apenas soporta a los vehículos que cruzan. En la parte más alta del lugar está el templo principal. Sólo las calles que conducen al mismo fueron pavimentadas. La única casa de cantera en el lugar es la de los sacerdotes. La vivienda cuenta con jardín y cancha de frontón.
Como muchos de los santos y vírgenes de localidades en Jalisco, la imagen de Romo se repite en decenas de artículos que son vendidos en las tiendas administradas por la iglesia católica y por los comerciantes de los alrededores y que provienen de Jalostotitlán, Aguascalientes o Guadalajara. Uno de ellos ofrece discos piratas con música de todos géneros, incluido uno con los corridos dedicados al santo por diversos grupos norteños. El precio: 80 pesos.
El impulso que la iglesia católica le ha dado a la veneración de este mártir de la guerra cristera ha generado que tanto el ayuntamiento de Jalostotitlán como las autoridades eclesiásticas inviertan en infraestructura. En 2001 fue inaugurada la calzada de los mártires, de unos 500 metros de largo, en la que se encuentran los bustos de 24 mártires cristeros canonizados por el papa Juan Pablo II en 2000.
Este paseo culmina en un pequeño templo construido en cantera rosada que muestra fotografías de la familia y el cadáver del mártir, además de una réplica de la vivienda en la que pasó su niñez. Los jardines (con cascada y palmeras) que rodean estos edificios, contrastan de manera notable con el camino de terracería que lleva a las casas de lámina y adobe del poblado.
En el lugar hay apenas una decena de pequeñas fondas, de sitios que venden comida, pocos baños públicos. No hay servicios de hospedaje, taxis y el transporte público es escaso. Los estacionamientos cuentan con pocos espacios y no están pavimentados. La demanda de servicios turísticos ha crecido más rápido que la oferta.
De acuerdo con datos proporcionados por autoridades de Jalostotitlán, el municipio ha invertido un millón 435 mil pesos en la pavimentación, ampliación y drenaje de las calles principales; cuatro millones en la tercer etapa de pavimentación de la carretera de doble carril que va desde la cabecera municipal hasta la delegación de Santa Ana para facilitar el flujo de camiones con peregrinos.
También colocaron una planta tratadora de aguas residuales para disminuir los niveles de contaminación generados por la gran cantidad de peregrinos que visitan Santa Ana.
Este año tienen asignada una partida presupuestal de cuatro millones de pesos para la construcción de un nuevo puente con el objeto de terminar con los problemas de vialidad “sólo falta la entrega del recurso para iniciar las obras”, asegura Levy González, jefe de promoción económica y turismo en Jalostotitlán.
No obstante, los habitantes de Santa Ana aseveran que el incremento de turistas pocos beneficios ha traído a la pequeña comunidad. En este rancho se necesita mucho apoyo, falta drenaje, faltan elementos de tránsito y policía, aunque ya nos están mandando personal para salvaguardar el orden, porque las personas se estacionan donde quieren, asegura don Mariano.
En su casa, donde cría y ordeña vacas, el señor manifiesta que “es un gusto que tengamos un santo y ahora en el pueblo hay mucho comercio, pero hemos tenido problemas con los comerciantes y viene mucho maleante que roba casas o a la gente. Antes los niños andaban solos donde quiera y ahora los papás evitan que salgan”.
Encargado del orden y comisario por 4 años, comenta que la planta tratadora anunciada por el ayuntamiento, no ha concluido “ya está en programa pero no sabemos nada porque nos dijeron que la van a proponer apenas este año”. Es urgente que la construyan, dice, pues entre más visitantes haya más contaminación de agua habrá.
Segun el sacerdote de la localidad, Heliodoro Guillén, en domingo llegan hasta 40 mil personas. No todas pueden entrar al templo y se quedan en las calles cercanas.
Desde 2006 la iglesia católica contruye el Santuario de Santo Toribio Romo, con capacidad para recibir unas mil personas, casi diez veces más que las que el templo recibe ahora. El término de la obra está programado para 2011 con una inversión de 100 millones de pesos. A pesar de las donaciones y la cooperación de los peregrinos, las autoridades eclesiásticas han reunido apenas doce millones de pesos.

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