Vigencia del patrimonio o la diversidad de expresiones

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El patrimonio cultural mexicano, la riqueza histórica y las raíces tradicionales del país contienen los códigos que aún nos dan identidad y cohesión como nación, que nos permiten asirnos al presente y prefigurar el futuro a partir de las referencias que la Historia sigue aportando.

La labor del Ballet Folclórico de la Universidad de Guadalajara, el Ballet Folclórico Infantil y la Orquesta de Cámara Higinio Ruvalcaba es, en ese sentido, crucial, dado que se han constituido como espacios para la investigación y la proyección del legado cultural y los bienes intangibles que nos han sido heredados.

El Ballet Folclórico, con una trayectoria de más de cuarenta años, sigue revelando a las audiencias del país y del mundo los valores estéticos contenidos en expresiones de música y danza tradicionales que surgieron como representaciones de la vida cotidiana, los códigos comunitarios y la historia de encuentro y mestizaje. Ello no puede quedar fuera de las representaciones de una compañía que a lo largo de estas cuatro décadas ha compilado un repertorio que integra desde danzas prehispánicas hasta danzón y fandango.

En la actualidad nos encontramos con una compañía que sigue expandiendo sus búsquedas, fiel al objetivo de rescatar el patrimonio, pero también a su función como formadora —apoyando el perfeccionamiento de los jóvenes en la danza y la música coral— y escénica: nutriendo al montaje de los elementos que atraigan y conmocionen a una audiencia actual, si bien aprovecha de los recursos propios del arte que representa, esto es, tambores, marimbas, vihuelas e instrumentos de viento.

La Orquesta de Cámara, que también lleva a cabo una función formativa, trabaja desde su fundación, en el 2007, en el rescate de la música de cámara mexicana compuesta, en su momento, para ser ejecutada en los recintos religiosos de Guadalajara y la Ciudad de México.

Sus directores, Vladimir Milchtein y Konstantin Zioumbilov, han sabido reconocer la valía de la herencia musical mexicana, de manera particular, los vestigios de las composiciones barrocas de autores anónimos, que encuentran cabida en un repertorio que también abreva del amplio catálogo de música europea.

Los grupos artísticos se mantienen en activo gracias a un programa conducido por la Coordinación de Artes Escénicas y Literatura, a la cual pertenecen, que tiene por fin la promoción de la diversidad de expresiones que se cruzan al interior de la universidad y del estado.

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