Vicente Molina Ojeda

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Hace dos años participó en el arranque del primer diplomado en el ámbito nacional que analiza el síndrome de tortura desde el punto de vista de los derechos humanos, que se realizó de manera conjunta con la Asociación Médica de Jalisco y las comisiones estatal y nacional de Derechos Humanos, mismo que nació con el objetivo de aportar en este campo, ya que no se tenía precedente en la materia en México.
De igual forma, hace dos años organizó la Red iberolatinoamericana de investigación y docencia en salud mental aplicada a lo forense, de la cual es secretario y tesorero, y que celebró en octubre pasado su primer congreso latinoamericano.
Él es Vicente Molina Ojeda, maestro de tiempo completo adscrito al Departamento de Psicología Aplicada, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS).
En diciembre pasado fue condecorado con el Premio Francisco Tenamaxtli, por parte de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, al ponderar su trabajo en la defensa y promoción de los derechos humanos en la investigación, y su labor como activista en la defensa de diferentes causas sociales, entre otros aspectos.

¿Qué lo mueve a realizar este activismo?
Actualmente vivimos en una sociedad cargada de violencia, en la que los expertos en este campo podemos aportar algunas respuestas a través de los conocimientos, experiencia y habilidades con las que contamos, y de esta manera contribuir a resolver la problemática tan variada y diversa que nos agobia.

¿Cree que falta más gente que abandere causas sociales?
Hay que recordar que venimos de una cultura en que “papá gobierno” era el que esperábamos que nos resolviera las cosas. Desafortunadamente vemos que no es posible. Es importante echar mano de otros grupos organizados para que ayuden a vigilar y participar en la evaluación de los programas que efectúa el Estado. Tenemos que involucrarnos y vigilar que los recursos, muchos, pocos o los que haya, se apliquen para los programas sociales para los cuales están destinados y lleguen realmente a éstos.

¿Cuáles son los principales obstáculos que encuentran los activistas?
El principal problema es que esto requiere de un alto nivel de organización. Se necesita que la gente relacionada con estos grupos, no simule y que cumpla con lo que se compromete, así sea modesta su participación. Ese es uno de los males que tenemos en nuestra sociedad. En este tipo de agrupaciones se requiere que quienes participen en ellas, sean congruentes, consecuentes y que cumplan.

¿Cómo hace para lograr que más gente se sume a las causas que usted defiende?
El ejemplo es lo que a fin de cuentas viene a hacer que los demás se involucren para resolver los problemas. Cuando la gente que te rodea se da cuenta de que con un granito de arena o sumando todos, somos más que uno solo, se empiezan a involucrar y también cuando se dan cuenta de que poco a poquito, en la medida de nuestros alcances, las cosas se van transformando.

¿Qué satisfacciones le ha dejado este transitar en la defensa de las causas sociales?
Mi mejor satisfacción y motivación es tratar de transformar la realidad en la que nos desenvolvemos, para efecto de tener una sociedad cada vez más justa, más equitativa y que realmente nos lleve a otro espacio de progreso y desarrollo más acorde a lo que queremos como sociedad. Una patria más ordenada, organizada, progresista, para heredarla a las generaciones que vienen detrás de nosotros.

¿Cuáles son los mayores retos que tienen para garantizar el pleno ejercicio de los derechos de las llamadas minorías?
Primero debemos desarrollar y fomentar una cultura de respeto y tolerancia a los derechos humanos, basada en la educación de los mismos. El reto es de hacer posible o garantizar realmente un estado de derecho y esto es solamente a través de llevar la educación y la salud a todos los habitantes de este país. Brindarles las oportunidades para que puedan desarrollarse lo más amplia y completamente posible. Es a través del estudio como lo vamos a poder lograr. Mientras tengamos un pueblo ignorante y donde solamente una minoría pueda tener acceso a ciertos rangos de estudios, difícilmente vamos a alcanzar esos niveles de desarrollo para el México que nos exige el futuro.

Primera persona
Vicente Molina Ojeda, profesor investigador del Departamento de Psicología Aplicada, del CUCS, fue distinguido por la CEDH por su trabajo de investigación en pro de los derechos humanos.

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