Viaje a la poesía de Hugo Gutiérrez Vega

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Hugo Gutiérrez Vega durante Premio al periodismo cultural Fernando Benitez en el marco de la edición 24 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Diciembre 5, 2010. Foto © FIL 2010 / Michel Amado Carpio.

La mejor manera de recordar a un poeta —y sobre todo a un gran humanista—, de celebrar manteniendo presente y viva su memoria más allá de un gran homenaje o discursos, es leyendo su obra.

Bajo esa premisa, poetas y amigos de Hugo Gutiérrez Vega (1934-2015) lo recordaron a dos años de su fallecimiento con una tertulia celebrada en las instalaciones de la Cátedra que lleva su nombre, lo que a decir del secretario de la misma, Víktor Boga, es una manera de decirle “maestro, aquí estamos contigo y tú estás con nosotros, es una manera de festejar y homenajearlo”.

Su ausencia ha dejado un hueco enorme, señaló, y todavía están asimilando esas grandes enseñanzas que les dio, disfrutando su gran legado poético, una poesía no libresca, sino de lo cotidiano, que tenía todo, ya que era un hombre que se entregaba en demasía como persona y en sus poemas.

“Yo creo que hay muchas cosas notables, pero el ingrediente central de su obra es esa parte humana. Su poesía esta enriquecida de guiños culturales, hay quienes la pueden ver como una poesía de viaje, porque en cada lugar donde estuvo como embajador siempre  hubo una creación. Es como un itinerario de vida, un día a día lo que nos plasma en su poesía. En esencia su obra ahí está y permanece”.

Su convivencia de quince años con Gutiérrez Vega lo motivó a a crear la Cátedra, para que pudieran reivindicar el poeta en su tierra.

“Sus treinta y cinco años en la diplomacia hace un hueco generacional aquí, donde muchos jóvenes no conocen a Hugo, y el sentido de la Cátedra es dar a conocer su obra, analizarla y compartirla”.

El legado de Hugo Gutiérrez Vega es enorme, porque incluye su poesía de altísima calidad y sus enseñanzas verbales, ya que fue un gran conversador, un hombre de palabra, del que todos recuerdan su voz, expresó la poeta Carmen Villoro.

“Era un maestro al estilo zen, como estos que te enseñan mediante su ejemplo y a través de metáforas, de los que te trasmiten más que enseñar, una pasión, un amor por algo y Hugo contagiaba. Mucha de su función fue el inyectarles a otros, siempre más jóvenes, el deseo de conocer más de cultura general, de literatura, de internarse en los poemas”.

Argumentó que Gutiérrez Vega hacía vibrar porque él vibraba, y esa vibración que estaba en su voz es algo que les queda a quienes pudieron convivir con él y aprender muchas cosas, no solamente cuestiones académicas sino de la vida, de la importancia de lo fundamental, de valores éticos.

“Un legado que tiene que ver con sus posturas éticas, como siempre fue un hombre de una sola pieza, congruente con sus valores de justicia y libertad, nunca estuvo de acuerdo con la represión de las ideas y eso lo supo expresar en el periodismo de manera que nos deja cosas grandes, su obra, sus enseñanzas, su amor por la cultura en general y su postura congruente y ética ante todas las situaciones de la vida”.

Alejandro Sánchez, director de la Cátedra, trabajó con Gutiérrez Vega por dieciséis años, por lo que ahora recordarlo como a él le gustaba, con la lectura de su obra, le llena de satisfacción, aunque con un vacío enorme y con la responsabilidad de la promoción de su obra.

“Fue un gran pensador, un hombre de cultura que fue generoso con los estudiantes, las nuevas promesas de la poesía cultural, el periodismo, se entregó mucho a la academia.

Es una ocasión para recordarlo en su segundo aniversario de la mejor manera, leyendo su obra. Él va a estar feliz, fue un hombre que inculcó mucho, no sólo a leer su obra, sino invitarnos a conocer las letras mexicanas y daba infinidad de talleres. Siempre entregado a la Universidad de Guadalajara”.

Consideró que dejó un gran legado, ya que su obra es para todos, está al alcance de todos y acercarse a la Cátedra es acercarse a consultar su vida y obra.

“En la Cátedra siempre habrá un espacio para la lectura, para la poesía. Es un espacio para la cultura y para difundir el periodismo cultural”.

Como uno de los personajes más importantes de la cultura mexicana en diferentes áreas y en particular de la poesía, lo recuerda el también poeta Jorge Orendáin, quien destacó el gusto que tuvo por enseñar a los más jóvenes el camino a la escritura poética  y del periodismo.

“Fue un gran diplomático que representó a México en España y en varios países, siempre apoyando la cultura mexicana. En la Universidad de Guadalajara aportó muchísimo, no es en vano que exista una cátedra con su nombre y programas que él impulsó siguen vigentes, su presencia sigue viva y es uno de los jaliscienses más importantes del siglo XX y XXI.

Admira que nunca dejó de trabajar, incluso siendo mayor continuó con la dirección de La Jornada semanal, seguía haciendo viajes, lecturas, daba conferencias, cursos y se distinguía por su generosidad.

Hugo Gutiérrez Vega es de los personajes que dejan una marca en la vida de las personas que tuvieron el gusto de estar cerca de él, explicó Jorge Souza, quien lo califica  como un hombre íntegro, que a pesar de que ganó todos los premios de poesía, nunca vendió su imagen.

“Con un sentido del humor estupendo, amante de todo lo que era desarrollar el pensamiento en un hombre, y que cuando se le preguntaba cómo estaba el país nunca calló y nunca guardó silencio”, concluyó.

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