Vehículo “AutoNOMOS”

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El vehículo “AutoNOMOS”, desarrollado por científicos comandados por el estudioso mexicano y profesor de la Universidad Libre de Berlín, doctor Raúl Rojas, y apoyado en el área de visión artificial por investigadores de la Universidad de Guadalajara, recorrió dos mil 400 kilómetros, de Nogales, Sonora hasta la Ciudad de México.

Durante su visita al Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá) de la UdeG, el pasado lunes, Rojas, quien trabaja desde 2006 en estos prototipos, comentó que entre los principales desafíos que encontró a su paso fueron carreteras en mal estado (alrededor de 20 por ciento), topes y un inadecuado balizamiento.

Lamentó que los mapas de carreteras en internet o en los sistemas de navegación convencionales no tienen los requisitos para transitar de manera autónoma. Durante cinco días, reconocieron las líneas de carretera para centrar el vehículo: “Una buena parte de la carretera desde Sonora hasta la Ciudad de México carece de líneas”, ya sea por pavimentación, reparación o incluso sí tienen, pero demasiadas.

“El estado de las carreteras no es óptimo en 100 por ciento del trayecto, y esa es una cuestión que habría que resolver para el futuro, porque estos vehículos van a entrar al mercado en un momento dado, y las carreteras tienen que tener las especificaciones”.

Los académicos del Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá) de la UdeG, doctores Erik Valdemar Cuevas Jiménez, Daniel Zaldívar Navarro y Marco Antonio Pérez Cisneros, han colaborado desde entonces en aspectos de visión artificial (sensores láser, radares y cámaras de video).

Sobre el trabajo realizado, Pérez Cisneros dijo que han identificado señalamientos, “uno de los primeros elementos”, ya que los países tienen diversas simbologías; los sistemas de rayo láser, que en tercera dimensión reconstruyen todo lo que existe alrededor del automóvil; así como identificación de vehículos con cámaras.

Cuevas Jiménez y Zaldívar Navarro, quienes participaron en el recorrido, comentaron sobre los contratiempos: Uno fue rebasar a un tractor, “el cual no debería de estar en carretera”, y otro fue encontrarse con un vehículo en sentido contrario, en una curva: “El vehículo tomó la decisión autónoma de frenarse en la curva; por fortuna, el otro vehículo alcanzó a volver a su carril, fue lo más curioso y peligroso que se tuvo en el trayecto”. A futuro, harán que los sensores visuales del auto sean más pequeños.

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