Universitarios sin protección

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Todavía hay estudiantes del Centro Universitario de Ciencias de la Salud que no consideran al SIDA como una de las enfermedades de transmisión sexual y hay quienes no usan condón para tener relaciones sexuales con una nueva pareja, éstas son algunas de las conclusiones principales de la investigación “Conductas de riesgo sexual en estudiantes del CUCS”, en que participó Rosa María Meda Lara, investigadora del mencionado núcleo universitario.
El equipo que encabeza la investigadora seleccionó a 741 estudiantes de las carreras de psicología, nutrición, técnico superior en radiología, odontología, cultura física y deporte, enfermería, medicina y técnico superior en radiología, a quienes se les aplicó un cuestionario sobre calidad de vida y estado de salud. La edad promedio de los alumnos encuestados oscila entre los 16 y los 43 años.
Los resultados arrojaron sorpresas. El 50 por ciento contestó que nunca había tenido una relación sexual. Del otro 50 por ciento, que sí tienen vida sexual activa, al preguntarles si utilizaban métodos anticonceptivos, el 82 por ciento señaló que sí. Al cuestionarlos sobre los que utilizaban con mayor frecuencia, el 69 por ciento prefiere el condón, y 10 por ciento pastillas anticonceptivas.
Al preguntarles si siempre utilizaban el condón en su primera interacción sexual con una pareja, sólo el 53 por ciento contestó que sí y el resto respondió que ocasionalmente, regularmente o casi siempre. Del total de chavos que tienen relaciones sexuales, sólo el 12 por ciento se han realizado pruebas de SIDA.
“Muchos estudiantes no consideran la posibilidad del riesgo, ellos no creen que vayan a enfermarse, que deban cuidarse. Están convencidos de que deben de vivir como si fuera un reto. Es la condición de ser jóvenes. Hay algunos chavos que argumentan: ‘Es que yo sé con quién me meto’, pero la verdad no lo saben. ¿Qué entiende el joven por promiscuidad? Hay estudiantes hombres que han tenido doce parejas sexuales a lo largo de su vida. En cuanto a las chicas, hay un caso que reportó haber tenido ocho parejas, aunque el promedio de chicas es de dos a tres”.

Escepticismo
Ante el cuestionamiento de si utilizaban el condón como una medida de protección de las enfermedades de transmisión sexual, el 27 por ciento contestó que no.
“Estos chicos tal vez piensen que con el uso de las pastillas ellos evitan las enfermedades. Ello puede ser explicado a partir de las creencias de salud y enfermedad prevalecientes entre los estudiantes. Ellos no consideran el síndrome de inmunodeficiencia adquirida como una enfermedad de transmisión sexual. Algunos emplean el preservativo para protegerse de un embarazo, más que del SIDA. El porcentaje es muy preocupante”, aseguró la investigadora del Centro de Estudios de Aprendizaje y Desarrollo, donde el estudiante del CUCS puede adquirir condones a dos pesos.
“Un dato muy interesante: ¿adivina quiénes vienen a comprar condones en mayor proporción?, las mujeres en relación a los hombres. Ellas adquieren preservativos para varones como los diseñados para ellas. Las ventas se disparan cuando se acerca el fin de semana. Ellas están tomando la iniciativa. Ya no esperan que sus compañeros las protejan”.

Los aspectos culturales
Hay dos aspectos que hay que tomar en cuenta a la hora de estudiar el tema. Éstos son la cultura y las cuestiones afectivas, informó Martha Patricia Ortega Medellín, también investigadora del CUCS, quien participó en la investigación “Actitudes y VIH”, en la que se consideró una muestra de 964 estudiantes.
“Yo puedo tener la información, saber perfectamente cómo se trasmite y previene el SIDA, pero a la hora de que el muchacho tiene una relación sexual lo que prevalece es la cultura. Ésta favorece la no prevención, ya que se cree que es una enfermedad de homosexuales, prostitutas y quienes tienen relaciones promiscuas”.
Además, “el entorno no es permisivo, ni abierto, no toma en cuenta las necesidades del joven. ‘No debes tener relaciones sexuales’, es lo que muchos padres aconsejan a los chavos, pero eso no quiere decir que ellos no vayan a tener ganas, entonces no están preparados, ni informados. A la hora de la acción, el muchacho no sabe cómo usar el condón, la chica no se anima a pedirlo, no saben ninguno de los dos lo que puede pasar”. Eso es preocupante porque los jóvenes en Jalisco empiezan sus relaciones sexuales entre los 12 y 14 años.
“Es muy ilustrativo un manual que promovió la Secretaría de Educación para los maestros. El gobierno del estado contrató a una organización no gubernamental para que impartiera un taller de sexualidad a los docentes de secundaria. La ONG estaba vinculada a la iglesia católica, a lo más retrogrado de esta institución, proporcionó información falsa, que manipula las circunstancias y que no da elementos al adolescente para que tome una decisión pensada, más bien atemoriza, ya que difunde la creencia de que el condón no es seguro, las pastillas anticonceptivas generan cáncer y que el masturbarse es perjudicial para la salud… La realidad es que hay adolescentes que tienen relaciones sexuales y hay que ayudarles a prevenir enfermedades, aunque la mamá, el papá y la iglesia no quieran aceptarlo.”
Ortega Medellín indicó que se sigue asociando el contagio del VIH a la promiscuidad, es decir, se le da connotaciones morales. Sin embargo, no hay una definición clara en torno a lo que es ser promiscuo, es decir tener relaciones sexuales con varias personas, cuando lo realmente peligroso es no utilizar preservativo, aunque sea con una persona.

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