Una inundación de problemas

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JMM011 120702 LOCAL LLUVIA EN LA ZONA METROPOLITA DE GUADALAJARA, EN LA FOTO AVENIDA GUADALUPE Y PATRIA SUFRIERON INUNDACIONES Y DESTAPES DE ALCANTARILLAS

El recurrente problema de inundaciones que padece la Zona Metropolitana de Guadalajara durante los temporales de lluvia, tiene origen en el desorden territorial, que antepone el crecimiento urbano sobre la conservación de áreas naturales, así como las estrategias hidráulicas enfocadas a la construcción de colectores, afirma el investigador del Departamento de Geografía y Ordenación Territorial, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), Luis Valdivia Ornelas.

“Siempre se ha creído que crear infraestructura, aumentar los colectores, es la única solución para disminuir el problema de inundaciones, pero en realidad tiene que ver más con el ordenamiento del territorio, para que no impacte en las condiciones naturales de un medio, que respeten los cauces, los canales”.

Explicó que en las últimas cinco décadas se ha fomentado esta política de construcción de colectores, los que sólo resuelven el problema a medias, ya que únicamente recogen el 30 por ciento del agua que se precipita, y en algunos casos empeoran la situación en una zona inundada.

“Funcionan bajo mucha presión. Por eso observamos que el agua sale de las cloacas y genera un problema ambiental por el agua contaminada. Los canales son insuficientes. La mayor parte de ellos han sido transformados, convertidos en colectores. Han sido invadidos con basura y escombro”.

Con base en los estudios que durante más de 10 años ha realizado, el investigador advirtió que esta problemática que año con año afecta a la ZMG, sólo es solucionada mediante una estrategia integral, que considere una visión de distintas disciplinas, y no sólo el punto de vista de la ingeniería.

“En función de que crece la mancha urbana, disminuye la capacidad de conducción de los sistemas artificiales. Las calles están tomando la función de esos canales inexistentes. Aquí viene el problema, porque hay más agua en las calles, y se genera una mayor altura y mayor velocidad, lo que aumenta la probabilidad de arrastre de personas y vehículos, como vemos año con año”.

Destacó que entre las zonas que han presentado un mayor crecimiento demográfico en la ZMG, se encuentra el Valle de Toluquilla, en los límites de Tlaquepaque y Tlajomulco, Las Rusias, en el municipio de Tonalá y el Valle de Tesistán, en Zapopan.

Entre las propuestas que hace el investigador, destaca la necesidad de políticas adecuadas de urbanización, como evitar el asentamiento de viviendas en las zonas altas de las distintas cuencas que existen en el área metropolitana, ya que al acabar con zonas naturales la captación de agua es mínima y propicia un escurrimiento mayor hacia zonas bajas, lo que provoca inundaciones.

“En la cuenca de Atemajac es importante establecer una política de captación, filtración y retención, que se tiene que dar en esta zona alta, en la parte de la mesa de la Coronilla, donde se genera la mayor cantidad de agua que después se encauza por el río de Atemajac, y éste ya no tiene la capacidad de conducir estos grandes volúmenes”.

No obstante, el especialista señala que hay zonas en las que las políticas de ordenamiento del territorio ya no son la solución, porque están totalmente urbanizadas, como el área de la Calzada Independencia, donde sí es necesaria la creación de más infraestructura hidráulica.

“Tenemos documentados cien años de observación del comportamiento del fenómeno y sabemos cuáles son los factores que están afectando cada zona. No todos los problemas de inundación se deben a un solo fenómeno. Tenemos que entender que el problema de Plaza del Sol se resuelve distinto al de la zona Acueducto o Tabachines. Cada zona responde a ciertos patrones hidrológicos. Por eso tienen que incorporarse diferentes disciplinas, como urbanistas y geólogos, para poder solucionar el problema de manera integral”.

También dijo que es fundamental que exista una política de protección de zonas federales, ya que tanto de particulares como de empresas urbanizadoras, “existe un proceso hormiga, por ganar superficie en donde están los cauces: el particular para tener más y el urbanizador para vender más”.

Enfatizó que de no ser tomadas las medidas adecuadas a tiempo, las inundaciones seguirán causando “consecuencias severas en términos económicos, pérdida de enseres, de la actividad comercial de la ciudad e incluso de vidas”.

Focos rojos en aumento
Las estimaciones de Valdivia Ornelas indican que cada temporal de lluvias se presentan en promedio unos 80 puntos de inundación. Sin embargo, han llegado a contabilizarse hasta 120, como ocurrió en 2006.

De manera histórica están registrados más de 300 puntos de anegamientos en la zona metropolitana de Guadalajara, entre los que destacan las zonas conocidas como Plaza del Sol, El Deán, La Experiencia, Colomos y Miravalle, y recientemente la base aérea por las avenidas Ramón Corona y Santa Margarita.
“El estudio de estos puntos se tiene hasta el 2012. Falta estudiar el surgimiento de otras zonas en los últimos tres años”.

De acuerdo con el especialista del CUCSH, los riesgos de posponer las acciones necesarias ante estos problemas, crecen al tomar en cuenta los efectos del cambio climático que repercutirán en la zona metropolitana.

Explicó que en cuanto al cambio climático hay pocos estudios en México, pero los que existen hablan de que en la zona geográfica donde se encuentra aumentaría la cantidad de tormentas severas, y con ello el peligro.

“Ante el cambio climático, el incremento de las tormentas, mayor población, más pobre, asentada en zonas peligrosas, el escenario plantea mayores desastres”.

Una ciudad poco preparada
Creer que el problema de las inundaciones en la ciudad se deba a un aumento de precipitaciones pluviales durante el temporal, es un error, aseguró el investigador del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara, Ángel Meulenert.

El especialista explicó que si bien el tema de las lluvias está relacionado con las inundaciones, no son éstas las que las provocan, sino la falta de planeación del hombre.

“Si se tiene una ciudad con malos drenajes, que no atiende las bocas de tormenta, que no limpia, si la gente sigue tirando basura, si no hay una educación y si el gobierno no prepara a la ciudad antes del temporal, lógicamente habrá inundaciones”.

Sin embargo, reconoció que la Zona Metropolitana de Guadalajara es susceptible a tener precipitaciones de alta intensidad, algunas de éstas hasta de 70 milímetros en 15 minutos.

“No es lo mismo que caiga una lluvia de 100 milímetros en 24 horas, a que caigan esos 100 milímetros en 40 minutos. Lógicamente no todas las ciudades están preparadas para recibir ese volumen de agua tan grande”.

Meulenert considera que es probable que este tipo de lluvias se registren durante el presente temporal. No obstante, los pronósticos para este año indican que las precipitaciones estarán entre un 20 y un 40 por ciento por debajo de la media histórica para algunos periodos.

“De acuerdo a lo que hemos analizado en los modelos de pronóstico, la variabilidad va a consistir en que dos de los meses más lluviosos del años, que son julio y agosto, van a estar por debajo de los niveles normales”.

Esto se debe a un comportamiento irregular de la atmósfera, provocado por la influencia del fenómeno de el Niño.

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