Una enfermedad de oficina

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Carmela nunca reparó en la necesidad de ejercitarse. Hasta ahora, que se encuentra en reposo absoluto y a unos días de ser intervenida quirúrgicamente para evitar una posible embolia pulmonar, que podría ser de consecuencias fatales.
El problema desencadenó al cambiar su rutina diaria, que transcurría en una oficina calentando su silla de 9:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 horas frente a un escritorio. Durante 38 años, Carmela, quien cuenta 53 primaveras, observó el mismo cuadro en la pared y un poco de sol por la misma ventana.
Su trabajo como secretaria, “actividad” que paradójicamente hoy le aqueja justo por su falta de movimiento; le ocasionó una trombosis venosa profunda: un vaso de su extremidad inferior izquierda se le tapó.
Carmela fue despedida de su trabajo y alteró su organismo al dejar la vida sedentaria, para convertirse en nana de un recién nacido y una niña de año y medio. Sus piernas no resistieron subir y bajar escaleras, y menos perseguir andaderas.
Se le formó un coágulo en la parte posterior de su rodilla. Equivocadamente le diagnosticaron artritis reumatoide. Otro médico le ordenó colocarse una rodillera para ayudarle a sostener el músculo y le aconsejó tomar desinflamatorios, “porque el cartílago estaba congestionado”.
Después de visitar a varios médicos, finalmente un juicio certero, “el coágulo, el dolor, los cambios de coloración y hormigueos en las piernas, son síntomas inequívocos: trombosis venosa profunda”, concluyó el especialista cardiovascular.
En México, entre las ocupaciones tradicionalmente femeninas, se encuentra el de secretaria. Hasta 2002 había 977 mil 664 personas ocupadas como secretarias, de las cuales 90 por ciento eran mujeres, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). 75 de cada 100, trabajan entre 40 y 48 horas a la semana.

Sedentarismo
La trombosis venosa profunda es la más delicada de su clase. Se puede presentar en cualquier vaso que exista en el organismo. No es raro observarla en brazos, abdomen y después de cirugías prolongadas, aunque se presenta con mayor frecuencia en las extremidades inferiores.
Uno de los factores de riesgo a padecer una trombosis venosa profunda es la poca movilidad que tiene el flujo sanguíneo por falta de actividad física, lo que conlleva una exposición mayor a que las personas sedentarias presenten este cuadro, explicó el doctor Martín Gómez Lara, adscrito a los servicios de tórax y cardiovascular del Hospital Civil Fray Antonio Alcalde.
Al igual que las secretarias, las costureras y en general, personas que pasan mucho tiempo sentadas, pueden ser susceptibles a padecerla. Es el mismo caso de quienes de manera frecuente realizan viajes largos de más de ocho horas, ya sea en avión o autobús y hasta los propios ruleteros.
El cuadro se presenta de forma localizada, con dolor en la ingle, acompañado de ardor, aumento de temperatura de la zona y a las pocas horas se instala el cuadro clásico de una trombosis; “puede presentarse con muchísimo dolor, problemas para caminar y enrojecimiento en la mayor parte de la extremidad. Aquí ya se está en la etapa florida”.
En esta fase el peligro es latente. Se puede caer en un tromboembolia pulmonar, con riesgo de morir. Es urgente asistir a un área de salud para su hospitalización inmediata, a fin de tratarse con anticoagulantes. “En algunos casos se busca desbaratar los trombos con medicamentos y el reposo debe ser total de siete a 10 días, realizando exámenes de sangre”.
Las mujeres son más susceptibles a padecer esta enfermedad por embarazos y cuestiones hormonales. Ingerir anticonceptivos orales también es factor importante de riesgo, porque los estrógenos y la progesterona bajodilatan y disminuyen el flujo sanguíneo, lo cual provoca que se estanque la sangre.
La etapa más frecuente de padecerla es entre los 20 y los 40 años de edad.
El maestro Martín Gómez, quien imparte clases en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud, citó entre las medidas de prevención: “hacer dieta, ejercicios cardiovasculares, ingerir anticoagulantes antes y después de una cirugía prolongada, tomar dosis mínimas de anticonceptivos, usar media elástica en viajes largos y si es hombre, calcetines”.
La trombosis es controlable con medicamentos, soportes elásticos, ejercicios y se puede considerar curable después de los seis meses a un año de haberla padecido.Â
Aconseja a las secretarias usar media elástica de leve compresión si no hay várices, y de mediana si existe pesadez y cansancio. Además, “dar unos pasitos de vez en cuando, consumir muchos líquidos, evitar grasas, sobrepreso, y no usar tacones de más del número 10”.
De joven, cuando Carmela caminaba, recibía piropos por sus piernas, que hoy la mantienen en la cama de un hospital esperando ingresar al quirófano. Extremidades invadidas de varices por el sedentarismo, que ya no provocan halagos, sólo dolor y la angustia propia a quien hasta hace poco tiempo desconocía que cargaba una bomba de tiempo en sus piernas.

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