Un voto de desconfianza

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El hartazgo, decepción y repudio que hay hacia los políticos y la forma de gobernar en el país, puede manifestarse por parte de los ciudadanos de mejor manera en las urnas, y no dejar a la deriva los asuntos que los aquejan, ya sea mediante el voto de castigo, el voto defensivo u otros, como el mismo voto nulo, señalaron investigadores del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
El magistrado e investigador universitario, José de Jesús Covarrubias Dueñas, aseguró que es necesaria la participación de los ciudadanos en las urnas, no solo porque el voto constituye la forma más directa de manifestar su disgusto, sino porque es un privilegio y una obligación, sobre todo porque llega antecedido por las largas luchas que ha vivido el país para obtener mediante esa vía la democracia.
“La inconformidad debe ser expresada por una ciudadanía activa. No podemos quedarnos en casa y dejar en manos de otros nuestras decisiones”, señaló Covarrubias Dueñas y mencionó que sería conveniente tener candidatos de la sociedad civil, para aprovechar esa opción ante el actual desencanto de partidos y de políticos.
Francisco Jiménez Reynoso afirmó que la abstención puede manifestarse de dos maneras: la pasiva, que implica no ir a votar a las urnas, con el efecto de que los partidos en el poder son los más beneficiados, y la abstención activa, que implica dejar el voto en blanco o cruzarlo con toda una cruz, para que sea un llamado de atención a la clase política gobernante, en virtud de que la población no ve resultados positivos de mejoras de vida.
“Mi propuesta es que haya la posibilidad de revocar de su cargo al servidor público con el que la ciudadanía esté inconforme, además, de impulsar las candidaturas independientes. Es importante recortar los tiempos de campaña de los candidatos y obligarlos a que permanezcan más tiempo en sus puestos, pues por andar en campaña de proselitismo político pierden hasta 13 meses de su tiempo, sin cumplir con sus obligaciones en sus cargos”.

Desde la sociología
ROBERTO CARLOS HERNíNDEZ

el coordinador de la carrera de sociología, del CUCSH, Alfredo Rico Chávez, señaló que la anulación del voto que algunos promueven para las próximas elecciones, es una clara muestra de que la clase política ya no representa los ideales ni los anhelos de una población cada vez más golpeada y cansada de las mismas promesas de siempre y que nunca cumplen.
“Este tipo de campañas tiene como antecedente el hartazgo, frente a los excesos y abusos del poder público, de una clase política que se ha servido con la cuchara grande. Este tipo de manifestaciones se han presentado en otros países del mundo y muestra la capacidad de la gente para organizarse y manifestar este descontento. Sin embargo, habría que cuidar y pensar en que detrás de esto no sólo es la gente sin partido o que no ha militado o no ha participado, sino también hay intereses de algunos grupos, de algunos sectores que finalmente lucran y sacan provecho de estas cosas”.
“La anulación del voto tiene un efecto moral y simbólico. Simbólico, porque no incidirá en la decisión final de quién será nuestro presidente municipal, quiénes nuestros diputados federales. En el terreno de lo moral, porque quien lo hace, realiza un acto consciente que supone beneficiará al señalar que la clase política actual ya no sirve, es inoperante, está caduca y se debe renovar. No en términos de las personas, sino en el de los principios que los hacen operar. Esa es la clave del asunto. Algo que se critica y señala de los políticos es el pragmatismo. El abandono al principio aquel de que la política debe ser un imperativo.

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