Un viaje dentro dentro de un cuarto de cabeza

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¿Qué cabe en un ¼ de cabeza? La realidad de la vida, la percepción de las cosas simples, la sencillez de los eventos que marcan la existencia, el amor, la mierda, la luna, una vaca… Esto es lo que muestra la obra realizada por el colectivo independiente Circo sin rumbo, que a través de un show de clown, busca una reflexión lúdica sobre el camino de un personaje, “Súper Power Clown”, que sin palabras y con un estilo más bien gótico, logra transmitir al público las emociones que despierta estar vivo.

Gustavo Ariel Ayala es el argentino que dio vida a Un ¼ de cabeza, escribiendo y actuando una obra que abarca varios temas de la larga línea de la vida a través de un personaje que descubre las verdades básicas dentro de este camino, desde su nacimiento, el conocimiento de las emociones y sentimientos, el amor y los humanos, hasta su paso a trascender.

La obra es parte de un proyecto autogestivo de la compañía, que cree en los montajes de carácter sencillo, así Un ¼ de cabeza se ha presentado en varios recintos desde enero de este año en conjunto con Del Alma Producciones Artísticas, productora de Jalisco, si bien, según comenta el fundador de Circo sin Rumbo, la idea no fue concebida para representarse en un teatro: “Al principio quisimos que esto fuera algo más orgánico y natural, pero con el tiempo la historia se fue transformando para tomar su forma actual, ahora tiene un cuerpo distinto pero sigue conservando la esencia inicial”, que era la de estar más cerca del público.

Así, en el escenario y frente a él, cruzando esa línea que parece no dividir a quienes son parte de la obra de los que la están viendo, la obra denota, a través de la ironía y la irreverencia, la familiaridad de este colectivo de clown con el público, que incluso es invitado a participar en el espectáculo.

“Los tres, Hernán Miyagui, Rafael de Alday y yo, estamos siempre muy conectados respecto a nuestras ideas escénicas, me parece que eso también forma pilares fundamentales para desarrollar una obra, cualquiera de los espectáculos que tenemos pasa lo mismo. En Un ¼ de cabeza se nota, cuando trabajas con personas así compartes la forma de pensar y descubrir la vida, es una amistad y saber por dónde vas en el escenario se refleja mucho”.

La obra no es una puesta más de disciplinas circenses, sino que también conjuga algunas estrategias multimedia para darles vida a los discursos a través de música y vídeo.

Esta es su última temporada en el Vivian Blumenthal, que termina el próximo 4 de agosto; después vendrán otras obras de Clown pero aún no hay anuncios al respecto.

“Me parece que Guadalajara se encuentra en un buen lugar para realizar esta clase de obras, el público es más abierto a nuevas propuestas pero también a nuevas maneras de ver la vida, hay ganas y muchas cosas que se hacen en la ciudad y que son propuestas de jóvenes, y sí que puede haber un público para que se pueda hacer buen teatro”.

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