Un panorama árido

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Tres regiones de Jalisco se quedarán sin agua en menos de 20 años: se trata de la Centro, Costa Norte y los Altos. Esta es la zona con mayores focos rojos, en la que el aumento de la temperatura y la reducción de precipitaciones es constante. En la zona metropolitana de Guadalajara tampoco hay buenas noticias, pues el Lago de Chapala será insuficiente para abastecer a la creciente población, y en la Costa Norte el vertiginoso aumento turístico se ve amenazado por el cambio climático.

El investigador del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Arturo Curiel Ballesteros, explica que dentro del Plan Estatal de Acción ante el Cambio Climático, analizaron los 125 municipios, y que en los que se evidenció riesgo de escasez de agua, ésta no será provocada por sequía meteorológica, sino por factores socioeconómicos, que tienen que ver con no cuidar la demanda de agua en concordancia con su oferta. Estos problemas surgirán en ciudades en constante expansión, como Lagos de Moreno, Tepatitlán o Puerto Vallarta.

“Cuando tienes un municipio que está demandando más agua de la que se está recuperando por el ciclo hidrológico, de seguro tendrás una sequía. Ya no una sequía meteorológica, sino una sequía derivada de la falta de balance entre la demanda y la oferta. En ese sentido tenemos ubicados municipios que tienen una alta demanda de agua por la actividad económica. Por ejemplo, los de la cuenca lechera de los Altos de Jalisco están en esta condición, porque el ganado vacuno lechero es el que tiene mayor huella hídrica en el mundo”, explica Curiel Ballesteros.

Respecto a la zona metropolitana de Guadalajara, reflexiona que mientras continúe el crecimiento expansivo, ninguna fuente será garantía de abasto, por el alto nivel de consumo.

“Ciudades regularmente certificadas como sustentables, consumen alrededor de 114 litros por habitante por día. Aquí se están consumiendo 280 litros por día. Es decir, no necesitamos más infraestructura, necesitamos una reforma cultural que nos haga ser más responsables con el uso del agua. Nosotros solo pensamos en agua azul, pero no es así. Tenemos que pensar en las aguas grises que se pueden reutilizar en esta ciudad y generar espacios para la captación del agua verde. Todas esas implementaciones son las que se requieren, en vez de estar aumentando más infraestructura, infraestructura que se vuelve obsoleta rápidamente”.

Dice que los resultados del Plan Estatal de Acción ante el Cambio Climático ya fueron entregados al gobierno del estado, con recomendaciones en temas como la reducción de emisiones, creación de parques públicos, freno al crecimiento urbano desordenado y acciones específicas en zonas de alta producción alimentaria, para los próximos cien años.

En entrevista por separado, José Antonio Gómez Reyna, secretario del grupo técnico-científico del Observatorio para la Gestión Integral del Agua de Jalisco, enfatiza la situación crítica de los Altos y cita un estudio realizado por el Instituto de Astronomía y Meteorología en relación a la agenda energética y cambios climáticos en Jalisco.

“Observamos, a través de las modelaciones basadas en la cantidad de partículas suspendidas por millón, dos escenarios: el mejor que pueda existir y el más negro de los modelos. Uno indica muchos cambios climáticos en los próximos 20, 30 años, en la parte de los Altos de Jalisco y en la parte Norte del Estado, en donde habrá mayor temperatura, mayor evaporación y menos transpiración del suelo, lo que representa un 4.5 por ciento de incremento en los grados centígrados. Por tal motivo, de ser una zona semiárida, se convertiría en una zona árida en el futuro”.

En esa situación de vulnerabilidad están Tepatitlán, Jalostotitlán, Cañadas de Obregón, San Juan de Los Lagos, Lagos de Moreno, entre otras poblaciones alteñas.

“Esto nos lleva a comprender que en una zona como los Altos de Jalisco, que ha sido una zona semidesértica y su vida agropecuaria y civil se basa en la cantidad de lluvias, automáticamente nos genera un impacto. Ésta se encuentra en una cuenca, la del río Verde, que se origina en Zacatecas con el río San Pedro, que después pasa a Aguascalientes, donde se conoce como río Aguascalientes, y por el incremento poblacional en ambas entidades, gran cantidad de agua es consumida, y al llegar a los Altos esa poca cantidad es utilizada por los procesos agropecuarios y de las ciudades alteñas, que siempre han tenido escasez, porque la mayoría de esos acuíferos, según la Comisión Nacional del Agua (año 2013), están sobreexplotados. La única opción que tiene esta región para obtener agua es la lluvia. Si se altera el balance hídrico por el calentamiento global, esta región semiárida se convertirá en árida en 15 o 20 años”.

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