Un monitor de contaminación

905

La presa ubicada en la localidad El Molino, en el municipio de Jocotepec, registra niveles elevados de contaminación por materia fecal humana, de acuerdo a un análisis del agua realizado por investigadores de la Universidad de Guadalajara. La contaminación podría producir daños medioambientales, a la salud de los pobladores y de los animales que ahí abrevan y se alimentan.

A raíz de que pobladores de El Molino encontraron varios peces muertos en la presa, La gaceta visitó la zona y constató lo ocurrido el pasado 14 de enero, donde se encontraban carpas de hasta de cinco kilogramos de peso flotando sin vida en la presa.

Posteriormente hubo una reunión el viernes 6 de febrero, en las instalaciones del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), donde investigadores del Departamento de Salud Pública de este plantel, encabezados por Felipe de Jesús Lozano Kasten, dieron a conocer el contenido de organismos encontrados en la muestra de agua tomada el pasado 15 de enero.

Con base en la NOM-127-SSA1-1994 “Salud ambiental, agua para uso y consumo humano. Límites permisibles de calidad y tratamientos a que se debe someter el agua para su potabilización”, los resultados señalan que “el límite permisible es de dos número más probable (NMP) en cien mililitros de agua; aquí se presentaron arriba de ocho y encontramos hasta 17”, explicó la investigadora Margarita Soto Gutiérrez, al precisar los resultados de la prueba.

Una de las conclusiones de los investigadores es que pudieran estar tirando las aguas negras en la presa. “En todo el Lago de Chapala, en todo el estado de Jalisco y en el país, creo que en el 60 por ciento de las aguas de los pueblos y ciudades pasa lo mismo que está pasando aquí, y creo que los peces son un monitor”, dijo Lozano Kasten.

En presencia del director de Servicios Médicos Municipales de Jocotepec, Jorge Luis Garabito Espinoza, los especialistas explicaron que las probables consecuencias a la salud de los pobladores radica principalmente en la aparición de “enfermedades gastrointestinales, diarreas”.

Si una persona trae una herida y mete la mano al agua, se infectará, dijo Lozano Kasten, de tal manera que es un caldo de cultivo en términos generales, pero además, porque las aves y el ganado pueden tomar agua de la presa, se genera un riesgo ambiental: “Las vacas beben el agua y los habitantes consumen la leche de las vacas”.

Los investigadores también analizaron la presencia de pesticidas y agroquímicos en la muestra de agua. El estudio estuvo a cargo de Aarón Peregrina Lucano, investigador del Departamento de Farmacobiología del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), quien dijo que examinaron la muestra de agua en la búsqueda de los plaguicidas de uso más frecuente en la siembra de caña.

“Se encontraron dos herbicidas (picloram y ametrina), productos que son utilizados de manera frecuente. En el caso del picloram se encontraron ocho nanogramos por litro o partes por billón, y de ametrina, cinco nanogramos por litro. Es posible que las concentraciones no sean tan grandes como para que alguien se pueda intoxicar, pero si hablamos de que esta presencia es todos los días, sí puede ser importante, ya que esto puede generar diversos padecimientos en un periodo relativamente corto”, detalló el especialista.

Luego agregó que el análisis fue realizado en un espectrómetro de masas triple cuadrupolo, disponible en el CUCEI, un costoso equipo que otorga resultados 99.99 por ciento confiables.

Los investigadores consideran que es necesario muestrear una vez por mes “para conocer si las concentraciones de estos productos aumentan o disminuyen o si hay presencia de otros más”, lo cual permitiría conocer la gravedad del problema.

El representante del gobierno de Jocotepec se comprometió a comunicar el problema de contaminación al presidente municipal y al área de ecología, con el fin de realizar las acciones necesarias.

Afirmó que a la fecha no han recibido ningún reporte o denuncia por parte de los pobladores. “Nosotros no estábamos enterados ni habíamos recibido ningún reporte, hasta que el doctor Lozano Kasten nos lo notificó. La propuesta es trabajar de manera multidisciplinar, apoyándonos de los investigadores para saber qué medidas podemos tomar, además de estar alerta de algún brote de enfermedades diarreicas en la población”.

Para el investigador del CUCS, esta “es una oportunidad para vincularnos la Universidad, los tomadores de decisiones y la población, para hacer posible contar con una presa que el día de mañana no tenga lo que tiene hoy”.

La propuesta es trabajar en conjunto para investigar la problemática, conocer por qué el agua está contaminada y encontrar las posibles soluciones.

Artículo anteriorFe de Erratas Convocatoria Programa de Estímulos al Desempeño Docente 2015-2016
Artículo siguienteXXII años de la Preparatoria 12