Un instrumento para hacer ciudad

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JMM011 120524 LOCAL RECORRIDO POR VECINDARIOS DE TLAJOMULCO, EN LOS QUE SE DETECTARON CASAS DETERIORARAS EN ABANDONO Y PROBLEMAS DE INSEGURIDAD, EN LA FOTO CASA DETERIORADA EN ABANDONO EN CALLE CERRO NEGRO EN CHULAVISTA

El acceso a la vivienda en México enfrenta una paradoja: hay un rezago de vivienda para nueve millones de familias en todo el país, mientras que más de 110 mil casas fueron abandonadas por sus dueños entre 2012 y 2013, de acuerdo a especialistas reunidos en el Primer Simposio de Vivienda Digna, Sustentable y Resiliente, organizado por el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), de la UdeG.

Tan sólo en la Zona Metropolitana de Guadalajara, el municipio de Tlajomulco tiene un registro de cinco mil casas abandonadas. Este fenómeno es originado por múltiples factores, como lejanía con el lugar de trabajo, imposibilidad de pagar el crédito para adquirirla o por presentar problemas de infraestructura.

Fernando Córdova Canela, responsable del Centro de Investigación en Tecnologías Estructurales para la Arquitectura, del CUAAD, dijo que el problema para dotar de vivienda a la ciudadanía no tiene que ver con los costos de producción, sino con los costos del suelo donde son edificadas.

Es frecuente que las empresas construyan las casas de interés social en lugares apartados de los centros de trabajo o de las vialidades principales, pues el suelo es más barato en la periferia.

Los especialistas y los gobiernos en los ámbitos estatal y federal se enfrentan al problema de cómo hacer que quienes compran una vivienda en estas zonas tengan la infraestructura y los servicios necesarios para que se queden en ésta, y no busquen regresar a zonas más céntricas.

Este mismo problema existe en otros países. En Brasil, por ejemplo, tras seis años del programa “Mi casa, mi vida”, el gobierno ha comenzado a registrar que muchas de las dos millones de familias que lograron tener su casa propia alrededor de las grandes ciudades, están regresando al centro o a los lugares cercanos a su lugar de trabajo, afirma Tomás Moreira, de la Universidad de Curitiba, Brasil.

“Las personas pueden tener su vivienda en la periferia, pero el costo de transporte, de educación o de salud es grande. Entonces muchas veces las propuestas de vivienda pueden convertirse después en problemas grandes, que se tienen que discutir y encontrar alternativas, pues es algo que se vive no sólo en México o Brasil, sino en toda América Latina, en donde hay marcadas desigualdades”, afirmó el especialista, invitado especial a este simposio.

Uno de los grandes problemas es la infraestructura con que cuentan estos nuevos desarrollos, ya que ciertas zonas al ser fraccionadas, el precio de la casa aumenta. Entonces los dueños prefieren rentarla a otra familia y ésta vuelve a diferentes zonas de la ciudad.

Daniel González Romero, director del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente y Ordenación Territorial, del CUAAD, afirmó que la idea de redensificar la ciudad, en especial el centro de Guadalajara, debe pasar por un debate público que derive en una estrategia integral a largo plazo.

Aseguró que la intención de regresar vivienda al Centro Histórico no es siempre una buena idea, pues no realizan estudios de viabilidad que indiquen, por ejemplo, a qué estrato de población va dirigida la nueva vivienda.

“Hay que preguntar si existe un proyecto integral, cómo se hará y con qué resultados, a qué futuro. No sabemos con qué cualidades se va a densificar, en qué tiempo y para quién. Cuando se hace porque sí, los resultados son catastróficos”, aseveró González Romero.

Dijo que la vivienda en altura puede ser una alternativa. Sin embargo, este tipo de edificios hacen perder el sentido de sociedad y, por ende, provocan individualismo y generan una división de clases. “Por eso, cuando se habla de estos proyectos, es importante preguntarse qué tipo de sociedad y de país queremos”.

El director del Instituto Jalisciense de la Vivienda, Octavio González Padilla, reconoció que hay problemas de hacinamiento entre quienes viven en las ciudades, así como de acceso a los servicios básicos e infraestructura; pero, ante todo, las autoridades tienen una deuda de otorgar alternativas de financiamiento a las personas que no cotizan en el Infonavit y desean adquirir una propiedad.

Los especialistas coincidieron en que los tres ámbitos de gobierno, así como los desarrolladores inmobiliarios, deben superar la visión de la vivienda como un activo económico y pensarla como un instrumento para hacer ciudad, desde la perspectiva de los nuevos objetivos del milenio de la Organización de Naciones Unidas.

Con este simposio esperan crear un observatorio nacional de vivienda, un ente autónomo que incorpore los sectores académico, público y privado, y avanzar en este tema.

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