Un golpe al miocardio

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Pair of Human Hands Checking the Blood Pressure of a Patient --- Image by © Royalty-Free/Corbis

El 90 por ciento de los médicos y enfermeras del sistema de salud público y privado, no toma la presión arterial de manera correcta. Conocen la técnica para hacerlo, pero tomarla en la postura o brazo incorrecto, de manera atropellada y sin dedicarle el tiempo necesario, puede dar un resultado incorrecto. Esto es común en los sistemas de salud con gran demanda de usuarios y pocos médicos y enfermeras.
De acuerdo a información del director del Instituto de Investigación Cardiovascular, de la Universidad de Guadalajara, doctor José Z. Parra Carrillo, los profesionales de la salud tienen la obligación de tomar la presión de manera correcta, y la población debe adquirir esa responsabilidad sobre su propio cuerpo.
“Las guías europeas de hipertensión dicen que a todo sujeto a partir de los tres años de edad, debe tomársele la presión. Desde esa etapa la debemos estar verificando y más cuando México es el país con más obesidad en el mundo, padecimiento precursor de la hipertensión”.
Porque la principal causa de muerte en el mundo es la enfermedad cardiovascular, es decir, infartos al miocardio, la toma de la presión arterial de forma correcta resulta un deber y un derecho primordial.
Esta revisión médica es la principal herramienta para detectar hipertensión arterial, padecimiento que tiene una prevalencia en el mundo en más del 30 por ciento de la población. Esta enfermedad mata a más gente que todos los cánceres juntos y México es considerado como un país de alta prevalencia.
“La prevalencia para el año 2000, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, fue del 26.4 por ciento en la población adulto. En México para el mismo año, la prevalencia era del 30 por ciento”, informó Parra Carrillo.
La obesidad es el principal factor que desata la enfermedad. En segundo lugar se encuentran los antecedentes familiares con hipertensión, el sedentarismo, la mala alimentación y con cantidades excesivas de sal, alcohol y tabaco, así como la falta de ejercicio.
Esta mala calidad de vida ha provocado que el 30.8 por ciento de los adultos en México esté constituido por hipertensos, registro que ha ido aumentando desde 1993, cuando la prevalencia nacional era de 26.5 por ciento. En 2000 llegó a 30.5 y en 2006 alcanzó el 31 por ciento.
“Para el año 2000, se calculaba que eran alrededor de 16 millones. Hoy andamos cercanos a los 20 millones de hipertensos en México”, comentó el jefe del Departamento de Clínicas Médicas, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud.
Entre más temprano se detecte al paciente hipertenso, más posibilidades tendrá de tener una buena calidad de vida con un tratamiento farmacológico, el cual permitirá que su presión vuelva al límite normal.
De manera habitual, el paciente hipertenso es obeso, fuma y es sedentario, tiene diabetes y alteraciones del colesterol. Por ello la meta no solo es bajar la presión con medicamentos, sino transformar su estilo de vida.
“Como es una enfermedad silenciosa en la que no duele nada, el paciente no se preocupa, pero la población debe hacer ejercicio más activo por su salud y preguntar al médico cómo están sus niveles de azúcar o colesterol, el peso y la presión. Mientras el paciente no se involucre, será un trabajo difícil”.
La hipertensión es una enfermedad maligna y el principal factor de muerte en el mundo. De ahí que los enfermos de hipertensión mueren por embolias, infartos del miocardio, daño de los riñones.
El autor del libro Hipertensií²n arterial en la clínica, hizo un llamado para poner atención en esta enfermedad, de la cual se estudia su relación con la demencia y el deterioro cognitivo.

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