Un freno al cambio climático

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100426 ciudad y region calor en guadalajara foto jorge alberto mendoza

El pasado 6 de diciembre fue aprobada, por el Senado de la República, la Ley general de cambio climático, ley propuesta en 2010 por el ex senador panista Alberto Cárdenas Jiménez y otros senadores, con la idea principal de evitar el aumento de la temperatura en la atmósfera por los contaminantes generados por las actividades humanas.
Entre otras medidas, la ley establece el Registro nacional de emisiones como el instrumento para que las personas físicas y morales responsables de los establecimientos sujetos a reporte, inscriban el reporte anual de dichas emisiones directas e indirectas y de absorciones por sumideros de gases de efecto invernadero. Pretende que las políticas públicas permanezcan, a pesar de los cambios en las administraciones.
No obstante, grupos especialistas en temas ambientales han identificado diversos vacíos y ambigí¼edades en esta ley. Entre éstos señalan una amplia definición de recursos no fósiles, lo que dicen permitiría la inclusión de la energía nuclear.
“Lo malo –por no decir lo pésimo–, es que en el tema energético, esta ley sólo hable de energías limpias, sin establecer una diferencia clara entre renovables y limpias. Además, se nota claramente la intención de los senadores pro nucleares –como Alberto Cárdenas–, para legitimar la entrada y participación de la energía nuclear en los próximos años”, afirma en su blog Beatriz Olivera, coordinadora de la campaña de Clima y energía, en la organización Greenpeace en México.
Al respecto de la intención de Cárdenas Jiménez de con esta ley llegar a la deforestación cero, es decir, un balance final de lo que se recupera y se pierde de bosques y selvas, sea cero, la asociación Greenpeace considera que las acciones que propone la ley no llevarán a este resultado.
“La propuesta consiste en mantener la reforestación y las plantaciones comerciales como acciones de mitigación, lo cual no garantiza que se dejen de perder bosques y que se deje de emitir CO2 a la atmósfera, ya que la reforestación no compensa el carbono perdido por la deforestación o degradación de bosques naturales, sino hasta después de varias décadas o incluso siglos”, dice el análisis de Greenpeace.
Sobre la captación de recursos económicos que serán usados para frenar el cambio climático, la ley, compuesta por 123 artículos, prevé la creación de un fondo constituido por recursos considerados en el presupuesto, donaciones de personas físicas o morales, aportaciones que efectúen países y organismos internacionales, entre otras.
“Lo bueno de esta ley es que promueve la creación de un fondo para captar recursos financieros públicos, privados, nacionales e internacionales para enfrentar el cambio climático. Sólo habrá que ver si este dinero puede compararse al que se destina a la renta diaria de cada una de las cinco plataformas petroleras para aguas profundas, en las que se gastan ya 500,000 dólares diarios”, dijo en entrevista Beatriz Olivera.
A pesar de los puntos en contra identificados, organismos ambientalistas, incluido Greenpeace, firmaron el mes pasado un comunicado dirigido a la Cámara de Diputados, para pedir que sea aprobada antes de que termine marzo, que es el plazo que tienen en la cámara para dar el visto bueno.
El documento enlista 10 razones por las que consideran que es fundamental que sea puesta en marcha esta ley, entre las que destacan el tránsito hacia una economía competitiva de bajas emisiones en carbono, la regulación de emisiones y compuestos de efecto invernadero; la concurrencia entre la federación, las entidades federativas y los municipios y el fomento a la educación, la investigación, el desarrollo y la transferencia de tecnología.
Entre los grupos firmantes se encuentran Greenpeace México A. C., el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), el Centro de Transporte Sustentable de México (CTS), Comunicación y Educación Ambiental y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

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