Un emblema en peligro

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Sin lugar a duda, el Cerro de la Mesa Redonda es un emblema de la zona de los Altos norte y más específicamente de la ciudad de Lagos de Moreno. Eso no sólo con base en la bella postal que se aprecia desde arriba en esta zona del estado, pues existe una serie de factores que hacen del lugar un auténtico símbolo, por el tránsito de peregrinos, el cual a causa del acceso sin control, ha presentado índices de contaminación que afectan la flora y la fauna del lugar.

El Cerro de la Mesa Redonda formó parte de una antigua hacienda que llevaba el mismo nombre, zona que fue colonizada por los españoles hacia 1565, y cuyo fundador fue Pedro de Anda. Esa hacienda y el cerro quedaron a mitad de uno de los más antiguos caminos reales de peregrinación hacia el santuario de la Virgen de San Juan de los Lagos, comenta el profesor del Centro Universitario de los Lagos (CULagos), Mario Gómez Mata, cronista de la ciudad y jefe del Archivo histórico municipal.

“A raíz del primer milagro de esta virgen, que fue en el año de 1623, empiezan a peregrinar habitantes de la antigua Nueva España y de la Nueva Galicia rumbo al santuario del pueblo indígena Cascán y a Mazatitlán, hoy San Juan de los Lagos. Una de esas rutas venía del camino real México-Zacatecas y de allí a Lagos-Guadalajara”.

Comenta que la mayor afluencia de peregrinos era proveniente de la zona centro-occidente del país y se intensificó cuando el rey de España Carlos IV declara esta procesión como Feria nacional. En el siglo XIX se instaura como La caravana nacional de la fe, un recorrido que se realiza hasta la fecha, y que culmina el 2 de febrero en el santuario de la Virgen de San Juan de los Lagos. Los peregrinos siguen como trayecto obligado cruzar el cerro, donde realizan “una especie de ritual por los pagantes de alguna manda” y es allí donde clavan cruces o estatuas.

“Yo recomendaría a la población que respete la naturaleza”, comenta Mauricio Larios Ulloa, estudiante de maestría en Ciencia del CULagos, que se ha encargado de trabajar su proyecto ecológico en el mismo cerro. “Que respeten nuestros entornos y sobre todo este tipo de espacios emblemáticos, porque todo esto hace que se esté perdiendo la vegetación y que la gente que sube cargada con comida, no les cuesta nada volver a bajar sus desechos y que no quiten la flora, que respeten la fauna”.

Mauricio ha liderado dos brigadas al Cerro de la Mesa Redonda para hacer limpieza de los residuos que allí se encuentran, y que incluso, “pasan años deforestando la zona”. “He encontrado mucha basura acumulada y fue cuando surgió la iniciativa de hacer algo para recoger la basura. Allí se queda por años y fue a partir de eso que invité a gente del centro universitario para que me echaran la mano. El primer año me ayudó directamente CULagos con vehículos, con difusión, con bolsas, guantes para hacer la recolecta. En el segundo año hubo apoyo por parte de la Preparatoria de Lagos de Moreno y Radio UdeG Lagos, pero la iniciativa es la misma: seguir con la recolecta de la basura”.

Agrega que durante los cinco recientes años que ha estado haciendo estudios sobre la flora del lugar, se ha percatado de que la salud del cerro se va deteriorando y el daño se nota a simple vista, ya que comienza a ser difícil encontrar ciertas especies de plantas.

Dice que no solamente suben devotos de la Virgen de San Juan de los Lagos, sino que también hay procesiones que veneran a los mártires de la cristera que allí lucharon.

“Cada vez hay más colocación de objetos externos, ya sea de cruces o de estatuas religiosas, por la caravana que pasa por allí y por la veneración que le hacen a los mártires cristeros, que es por lo que más se visita el cerro. Hace escasos dos meses se incendió prácticamente toda la base del cerro y eso es algo que no me había tocado ver. Fue una noticia muy triste, cuando subo y veo los árboles dañados, la hierba quemada, los árboles pequeños incinerados, y prácticamente estoy seguro que fue causado por una fogata que no se apagó bien o que se les salió de control, porque ni siquiera era temporada de incendios naturales”.

De acuerdo a datos de la delegación de Lagos de Moreno, de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), el cerro es propiedad privada y ese es uno de los puntos clave por los cuales es difícil la intervención.

Ante esto, Mauricio dice: “No sé exactamente a quién pertenece el cerro. Sé que está dividido en varios potreros y eso te hace pensar que pertenece a varios dueños particulares. Las campañas que hacemos no tienen autorización de nadie, porque el acceso está libre, por el mismo motivo de que suben los peregrinos. Lo único que buscamos es preservar el espacio con buena salud, pues todos lo ocupamos”.

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