Tomar la batuta

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La semana pasada nuevamente continuaron los señalamientos públicos contra el manejo administrativo de la Orquesta Filarmónica de Jalisco, que ha derivado en el desplazamiento de un número importante de sus instrumentistas bajo los argumentos de obligada jubilación, falta de técnica o indisciplina, de acuerdo a los criterios exclusivos del actual director artístico de la orquesta, Marco Parisotto.

En la reciente ocasión se hicieron a través de la mesa de diálogo “Panoramas y perspectivas: la Orquesta Filarmónica de Jalisco como institución”, que organizó la plataforma de crítica y gestión 3030, en el Laboratorio de Arte Jorge Martínez.

En dicha mesa participaron el compositor y musicólogo Gabriel Pareyón; el director y músico José Gorostiza, quien es esposo de la violinista Iolanta Michalewicz, la primera ejecutante en demandar laboralmente a la orquesta por el asunto en cuestión; Guillermo Salvador, director que años atrás estuviera a cargo de la OFJ, y Arturo Gómez Poulat, gerente general de la misma.

Dispuesto así, el evento, que se anunciaba como la posibilidad de vislumbrar algunas salidas al conflicto pero que terminó en las mismas quejas sin respuesta, resultó un tanto mal estructurado por los organizadores, al disponer a tres panelistas que estaban en contra de las decisiones de Parisotto, contra uno sólo de voz oficial de la orquesta, que por falta de autoridad real o incapacidad no respondió a las acusaciones; y quien ante la no presencia, necesaria, del director de la orquesta y la propia secretaria de Cultura, Myriam Vachez, que le ha dado manga ancha para actuar, así como gente del patronato, pretendió lavarse las manos del asunto, para terminar por ser abucheado por el público e interpelado a gritos por Iolanta Michalewicz.

Guillermo Salvador —cuyas declaraciones sobre el conflicto para algunos músicos no pretenden sino aprovechar la coyuntura para buscar dirigir de nuevo a la OFJ—, dijo en la mesa que la orquesta siempre ha tocado muy bien, y desmintió que los músicos no tengan la técnica suficiente para ser parte del conjunto, que su edad fuera un impedimento para sus habilidades o que hubiera gente indisciplinada. E hizo notar que de ser así, se pone en entredicho la capacidad de los anteriores directores para advertirlo.

José Gorostiza dijo que en caso de que fuera verdad que los músicos tienen deficiencias técnicas, el documento del fideicomiso de la orquesta refiere que cuando los instrumentistas estén en tal caso, se tiene “el compromiso para pagarles capacitación”, así como que los directores deben trabajar con ellos para la mejoría en las ejecuciones, en vez de removerlos.

Gabriel Pareyón afirmó que el gobierno federal, desde décadas atrás, ha impulsado políticas “que estrangulan a muchas instituciones públicas de educación. Pero las instituciones musicales tienen un papel fundamental. Y si las desaparecen o las debilitan, tiene un fin específico, porque la música es la manera más provechosa para llevar a la sociedad a los niveles de educación más altos, por lo que para mantener a un pueblo oprimido se amenaza este patrimonio”.

Arturo Gómez Poulat señaló que no había asistido para debatir, y que aunque fuera el gerente, se encontraba entre la plantilla de músicos y la autoridad a sus espaldas, por lo que evadió responder a los cuestionamientos. Pero dijo que había que “sensibilizar” a la sociedad para “volver a tomar esta orquesta”, ya que no ha habido autocrítica, porque se ha dejado “para que el gobierno del estado la administre y haga con ella lo que quiera”.

Luego, Gorostiza recordaría —en referencia a que se han contratado muchos extranjeros para suplir a los músicos desplazados de la OFJ— que de acuerdo al plan estatal de cultura, “en nuestras instituciones deben de prevalecer y darse preferencia a los artistas e intelectuales que trabajan o viven en Jalisco”.

Mientras los jaloneos siguen, y como dijo el representante sindical de la orquesta, Manuel Cruz, también el ambiente turbio y echarse la bolita entre autoridades, días atrás fueron llamados a comparecer ante la CEDHJ, por las quejas de los músicos, Parisotto y Vachez, y sorpresivamente fue cancelado el concierto de la OFJ del fin de semana pasado que es el último de la temporada, mediante un comunicado que pretextaba el caso por “reparaciones urgentes en la concha acústica del teatro”, cuando en otros momentos la orquesta ante una contingencia del recinto ha sido trasladada a otro espacio, además de que músicos de la propia agrupación dijeron no creer las razones de la cancelación.

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