Todos pierden

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¿Cómo es posible que a las autoridades les pase por alto una falla tan garrafal, de que operen casinos con tanta libertad? Esta es la pregunta que se hace Félix Monteón, presidente de los colonos de Colomos Providencia.
“Mira un caso tan drástico como el de Monterrey, cómo dispara todo lo que es la realidad”, continúa, refiriéndose a la clausura de la mayoría de los centros de la “cadena volcánica que tenemos de casinos en nuestra zona”.
Actualmente hay instalados un total de 25 casinos en toda la Zona Metropolitana; en Guadalajara, hay 10; tres licencias para su instalación se otorgaron durante la presente administración y el resto en las anteriores; 11 en Zapopan (uno de ellos aprobado en la presente administración), uno en Tonalá, dos en Tlaquepaque y uno en Tlajomulco. Hasta el momento, del total de casinos, están clausurados cinco en Guadalajara y uno en el municipio de Zapopan por incumplir con el reglamento establecido para su operación.
“¿Por qué siempre tienen que esperar que pase alguna tragedia para hacer algo?”, remarca Nélida Hinojosa de Salvador, una simpática pero aguerrida señora, cuando se trata de defender sus derechos. Ya que los vecinos de Colomos Providencia están luchando desde hace casi un año para que no se construya un casino en su colonia, en la esquina de avenida Patria con Antofagasta.
Lidia Martínez de Fernández, cuyo jardín colinda con las paredes del inmueble, considera que es un riesgo muy alto tener un vecino con esta “particularidad”. Agrega, además: “La construcción empezó en junio 2010, y solamente en diciembre supimos que iba a ser casino, aunque si en realidad, hasta esa fecha, el permiso era para un salón de fiestas infantiles, y después para un restaurant bar”.
“Además lo ubicaron a una distancia menor de los 200 metros que marca el reglamento para este tipo de giros, de una escuela primaria y de un kínder, que están en la acera de enfrente por avenida Patria”, explica Monteón.
Añade que “nosotros tenemos una experiencia muy mala con los casinos porque no solamente es un entretenimiento que despeluca a los asistentes, sino que hay una colusión con la delincuencia y ciertos delitos como son la drogadicción y la prostitución”.
“El problema es que no se respetan las reglas desde el inicio”, opina ílvaro Aguilar, vicepresidente de la asociación de colonos, “no hay respeto para la ciudadanía, por la inseguridad, porque vienen más ladrones a robar en las casas y los coches, hay más gente armada, en fin, se pierde la tranquilidad”.
El ingeniero Adán Larracilla Márquez, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), opinó que en el problema de la instalación de casinos, más que un tema puntual del impacto inmobiliario, esta relacionado con el uso de suelos. De seguirse la norma, ya sea este mixto o de corredores urbanos, no habría problemas.
La AMPI ha observado que en casinos instalados cerca de zonas residenciales no han notado efectos contraproducentes. Sin embargo, Larracilla Márquez les dio visto bueno siempre y cuando estén en zonas comerciales.
Comentó que al sector inmobiliario, le afectan factores como el financiero, el financiamiento y la seguridad. En este tópico, en Ciudad Juárez, las ventas han caído en un 30 por ciento.

Irregularidades y engaños
En la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey se concentran 160 centros de juegos y apuestas, más de la mitad de los 301 que hay en el país, de los que sólo el 38 por ciento opera de manera regular.
En el caso de la instalación del casino en Colomos Providencia, el 18 de diciembre los colonos lograron que el Ayuntamiento de Guadalajara clausurara la obra, aun si fue solamente porque no cumplía con los reglamentos de construcción, y no porque fuera un casino. “Ahora quitaron los sellos porque cumplieron con lo que le pidió Obra Públicas, pero tienen unos albañiles que siguen trabajando”, dice Martínez de Fernández.
Lo único concreto que tienen ahora es la promesa del alcalde que no otorgará la licencia para casino; pero, como espeta la señora Hinojosa de Salvador, “las promesas de los políticos no valen nada, luego a la hora de la hora hace lo que quieren, como ya ha pasado con varios edificios aquí en la colonia”.
Un dato relevante es que el casino, según los vecinos, pertenecería a la cadena Diversiones Moy. Esta sociedad figura entre las que la Secretaría de Gobernación declaró que operan bajo amparos otorgados por jueces federales, que no le permitirían intervenir para retirarle las licencias, como dio a conocer El Universal a finales de 2007. Pero este es un fenómeno que sigue en la actualidad, dado que una auditoría de la Secretaría de Función Pública del área de Gobernación, revela que en Jalisco en los últimos dos años se otorgaron por lo menos 81 permisos a dos diferentes sociedades para abrir salas de juego y de sorteo a través de amparos judiciales.
“Se me hacen demasiados casinos para una ciudad como Guadalajara”, dice otro vecino, “en un país con una economía tan inestable no es posible que haya tantas salas de juego que desangran a las familias, porque el vicio y todo lo que promueven para atraer la clientela con regalos y promesas, ocasiona que desgraciadamente toquen el lado débil de las personas”.

Casinos, más que un asunto moral
A nivel internacional, la hipótesis de que los casinos incrementan las actividades delictivas es uno de los argumentos en contra de la instalación de este tipo de giros según el estudio de julio de 2003, “Los Casinos y el Crimen: la experiencia en los Estados Unidos”, de Gustavo Meixueiro Nájera, director de Estudios de Desarrollo Regional en el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la LIX Legislatura de la Cámara de Diputados.
El texto aborda la relación entre los casinos y la criminalidad pero a la vez asegura que las Vegas, Nevada, tiene una tasa de criminalidad baja y es una de los lugares turísticos más seguros en los Estados Unidos. Sin embargo, de acuerdo a un artículo publicado en la revista Time, el juego en los casinos ocasiona conductas que llevan a algunas personas a la bancarrota, al divorcio, al suicidio, al abuso de menores y a cometer delitos del orden común como robo y fraude.
De acuerdo a recomendaciones emitidas por la asociación mexicana Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad A.C. (ICESI), “la instalación de casinos tipo Las Vegas en territorio nacional, acarreará consecuencias indeseables a la autoridades mexicanas en materia de seguridad”, asegura el criminólogo Rafael Ruiz Harrell, integrante de la ICESI a través de un comunicado.
Para el coordinador de la licenciatura en Sociología, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Alfredo Rico Chávez, los casinos no representan un fenómeno riesgoso. “Son espacios que recientemente se están regularizando con una legislación que aún tiene lagunas, con unas autoridades que están siendo displicentes con ellos. Además se requiere un nivel de conciencia de la gente para saber cuando y como acudir a estos espacios”.
Para el académico universitario, los casinos representan un espacio lúdico donde la gente va a divertirse de las tensiones cotidianas. Sin embargo, al mismo tiempo es una actividad que permite poco desarrollo integral de los sujetos.
La propuesta del especialista es continuar con la regulación de estos espacios y no prohibirlos. “Regularizar y vigilar estos establecimientos. No es un asunto moral de prohibición o de tratar de inhibir su existencia sino que la gente aprenda a convivir con ellos, generar una conciencia, formación y educación para utilizar estos espacios y que no se conviertan un vicio irreversible”. Además es necesario promover actividades más formativas para los sujetos como las actividades culturales y artísticas.

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