Todos hacia el conocimiento

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Una vieja rutina magisterial se ha sostenido muchos años, con una frase que bosqueja así: “Yo ya di mi materia, mis contenidos, mi programa y ya acabé”. Esta práctica quedará en el pasado y cambiará en poco tiempo para beneficio de 120 mil jóvenes inscritos en el Sistema de Educación Media Superior (SEMS) de la Universidad de Guadalajara.
Antes de que finalice el 2009 habrá ya egresado la primera generación de alumnos que romperá con el último sistema, llamado bachillerato general, que se utiliza en esta casa de estudios desde la última reforma en 1992, es decir, hace 16 años, pues los nuevos preparatorianos estudiarán bajo el proyecto de Bachillerato General por Competencias (BGC).
De esta forma, hasta el momento son 48 las prepas donde el método privilegia al alumno y donde la canción que dice: “soy la consentida de mi profesor” puede cambiar a “soy el consentido de mis alumnos”, pues son los estudiantes los que seleccionan sus materias y sus profesores.
La definición del BGC desde la Universidad de Guadalajara y que tenía varios años de estudio, asimilación y gestión legal y administrativa es que es un programa de nivel medio educativo, formativo y propedéutico, centrado en el aprendizaje con un enfoque de competencias y orientado hacia el constructivismo.
El sistema, continúa la explicación, “está dirigido a la población que ha concluido el nivel básico, con el objeto de dotarla de una cultura general que le permita desempeñarse en los ámbitos científico, tecnológico, social, artístico y laboral”.

¿Y qué voy a enseñar ahora?
“Era necesario considerar la transformación desde hace casi tres años, cuando se empezó a trabajar en este nuevo modelo, que se presentaron también nuevas políticas tanto en el Plan Nacional de Desarrollo, como en el Programa Sectorial de Educación, en donde se hace énfasis de trabajar en el nivel medio superior con un modelo curricular por competencias”, expone la maestra Ruth Padilla Muñoz, directora general del SEMS.
Así, mientras seis mil profesores de este nivel tratan de cambiar sus rutinas con base a dejar de ser el centro del conocimiento, la maestra Padilla Muñoz explica que la innovación consiste en que los profesores “deben de dejar de impartir su especialidad para transformarse en animadores del conocimiento y sólo moderar a los estudiantes para que ellos se den cuenta cómo se aprende”.
“No pocos profesores están cayendo en episodios de angustia porque se preguntan ¿ahora qué voy a enseñar?”, explica la directora del SEMS. “Las secundarias ya trabajan bajo ese sistema de competencias y la educación superior, las licenciaturas, también, por eso nos corresponde ahora a nosotros impulsar el desarrollo del pensamiento crítico y la concepción de un mundo global”.

Cinco competencias, cinco
Las competencias a través de las cuales se organiza curricularmente este bachillerato son cinco, explica a su vez la maestra María de Jesús Haro del Real, directora de educación propedeútica del SEMS. “La primera es la de la comunicación y se agregan pensamiento matemático, comprensión de la naturaleza, comprensión del ser humano y la ciudadanía y comprensión para el bienestar”.
A través de dichas competencias se organizan los contenidos, pero éstos no son contemplados desde el punto de vista tradicional, sino que son construidos mediante la investigación que el alumno realiza.
Por ejemplo, en comunicación los alumnos tienen que comenzar por dominar la lengua española, pero además una segunda lengua, este esfuerzo se tiene que prolongar a lo largo de los seis semestres.
Pero si el de la comunicación es importante, el del pensamiento matemático lo es también, pues es un tema en el que México, “demuestra a escala mundial que requiere ser reforzado en todos los niveles”.

Diseño participativo
Los profesores de bachillerato tienen una característica muy particular que se significa en su participación, afirma el secretario académico del SEMS, Héctor Medel Ruiz, al recordar que en el diseño del viejo modelo académico del bachillerato general (1992) ya habían participado cientos de maestros.
Para la adecuación de este proyecto, que coincide felizmente con otras modificaciones a escala nacional de lo que es conocido como el “marco curricular común”, han sido miles, en diversas etapas, los profesores que han contribuido a la construcción de la nueva propuesta, dice Medel Ruiz.
Hay una serie de cambios que parten de la capacitación del profesor, “no hay transformación ni cambio ni reforma educativa que pueda ser llevada a cabo si no hay capacitación del profesor, hemos enfrentado resistencias de muchos profesores ante un nuevo modelo que desconocen y los hace sentir inseguros”.
El primer semestre de esta modalidad comenzó con una base de 450 profesores formados en el  verano, antes de comenzar las clases, y se está a punto de iniciar una segunda etapa de formación, el próximo primero de octubre, de los maestros que impartirán en segundo semestre, porque 34 escuelas van a entrar en el nuevo plan de estudios por competencias.
Hasta el momento funcionan con este sistema 14 del calendario 2008 B, se continuará con 34 en el 2009 A y se complementará en el 2009 B con las escuelas técnicas y con todos los módulos de las regiones del interior del estado, lo que  significa organizar la capacitación para 5 mil 800 profesores a lo largo de los dos próximos años.
El sistema, matiza Padilla Muñoz: “Puede permitir con mayor facilidad el desarrollo del pensamiento crítico, el desarrollo de la habilidad lectora, el desarrollo de la búsqueda y aplicación de la información y el desarrollo de la concepción del mundo mucho más amplia, global y que le permite al alumno ser mejor ciudadano, se encuentre en el país en que se encuentre”.

Prepa de Matatlán, en línea

JOSÉ Díaz Betancourt

Hasta el sencillo edificio en construcción llega el tufo de la inmundicia metropolitana, pero es en ese modesto módulo de Matatlán, delegación de Tonalá, Jalisco, donde ya se enseña y se aprende como en una escuela del primer mundo.
Hay alrededor de 20 profesores se capacitaron en la preparatoria de Zapotlanejo, de la cual depende la prepa en construcción, y 120 alumnos que ya dominan la gestión de la información en internet en una biblioteca aún más escueta que la escuela misma, pero que suplen con un compromiso muy difícil de apreciar objetivamente, en contraste con sus carencias.
Son estudiantes que llegan todos los días en bicicleta, a pie, en camiones que levantan el polvo que se mezcla con los olores del tiradero de basura más grande de la ciudad. Llegan de las rancherías, de las colonias más marginadas de la mancha urbana.
A pesar de ello, estos alumnos han entendido cómo se aprende y los maestros se han maravillado al descubrir las posibilidades que surgen de los acervos digitales a los que tienen acceso a través de la Universidad de Guadalajara, y que hace 20 años ni siquiera se podían vislumbrar.
Las definiciones del proyecto se concretan en frases coloquiales que los maestros expresan entre sí para quitarse el miedo al nuevo programa. “El profe ya no es el dueño del balón” o “los alumnos son los buscadores de la información”. Entre sí, los maestros se platican un nuevo anecdotario de docencia, que se forma de hazañas de los alumnos que han encontrado más y mejores ligas de información que las que aprendieron ellos en su diplomado de capacitación.
A alguno se le oye comentar: “Nombre, si estos chavos llegan así a cursar una licenciatura, serán los acosadores del conocimiento de los profesores”.

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