Susana Hernández Arias

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La figura del godínez de oficina representa la idea del trabajo que no desearían ejecutar los estudiantes de Comunicación Pública e Ingeniería Robótica, por considerarlo “repetitivo y administrativo”, en tanto que la que tienen con respecto al doctor Simi los de Medicina, es la que significaría el “fracaso y estancamiento”.

De acuerdo con la investigación “Las representaciones sociales en torno a la elección de carrera de los estudiantes de medicina, comunicación pública e ingeniería robótica, de la Universidad de Guadalajara”, de Susana Hernández Arias, los jóvenes recurren a una red de imágenes y conceptos que adquieren un significado cotidiano y que pueden referirse a los empleos que representan el éxito y el fracaso.

El estudio se hizo acreedor al premio de investigación para tesis de posgrado “Serge Moscovici”, en honor al precursor de la teoría de las representaciones sociales.

La Red Nacional de Investigadores en Representaciones Sociales, integrada por varias universidades, como la UNAM y la UdeG, además del Centro Mexicano para el Estudio de las Representaciones Sociales, entregaron el premio a Hernández Arias a inicios de octubre, en la Universidad Autónoma de Nuevo León.

La joven es egresada de la licenciatura en Estudios Internacionales y de la maestría en Comunicación,  ambas del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).

¿Cuál fue tu motivación para analizar dicho tema?
Surgió para conocer las razones por las cuales los jóvenes demandan o no determinadas licenciaturas. En el caso de esta Casa de Estudio, como en otras instituciones de educación superior, hay una saturación en la demanda de algunas carreras y desinterés por otras. El trabajo incluyó la elección de carreras diferentes entre sí: una tradicional, una moderna y otra emergente. Este trabajo me llevó dos años, el tiempo que duraron mis estudios de posgrado.

¿Cuáles son las representaciones que guían la elección de una licenciatura?
Es muy difícil determinar las causas. Sin embargo, están involucrados muchos factores, como los emocionales; influye la familia, los medios de comunicación, entre otros. Adicional a esto, hay una red de imaginarios o creencias. Por ejemplo, hay aspirantes que descartan una carrera por la asociación con profesores de estudios previos. Es decir, si tenían un buen profesor de sociología, con el que había empatía, pensaban en esa licenciatura o en una carrera con materias afines. En cambio, no elegían la que tuviera matemáticas, porque la profesora reprobaba a medio salón. Entonces esas figuras también inciden mucho en la elección. A pesar de que los jóvenes califican como positivo los estudios universitarios, están conscientes que no son una vía segura para tener un empleo digno. E incluso hay una predilección por el emprendimiento o el trabajo independiente.

¿Cuál es tu sentir sobre el reconocimiento?
Es mi primer reconocimiento. Me siento muy contenta, porque recibí comentarios muy buenos, además, el premio me lo entregó la doctora Denise Jodelete, una destacada estudiosa que ha legado contribuciones a la psicología social y las representaciones sociales. El premio me motiva a continuar con el doctorado en Educación, ya que me gusta la academia y la investigación, además de seguir indagando sobre imaginarios sociales en torno al trabajo.

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