Súbete a mi bici

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paseo nocturno de bicicletas los miercoles, fotos de la salida en ave mexico.

Hace unas semanas el futuro de las ciclovías de Guadalajara se empezó a construir en un séptimo piso de un edificio del centro de Portland, Oregon, en los Estados Unidos. En ese sitio despacha uno de los grupos más especializados en el tema a escala mundial. Ante él, funcionarios municipales y del gobierno del estado de Jalisco preestablecieron las bases de un posible plan maestro para que, a mediano plazo, miles de tapatíos puedan circular con todo género de facilidades a bordo de su bicicleta por la ciudad.
El tambaleante proceso de respaldar la movilización no motorizada en Guadalajara tiene las mismas oscilaciones de un ciclista que sortea los peligros urbanos. Lo que se ha avanzado hasta ahora es una gran distancia, pero un especialista universitario advierte que la planeación tiene que ser sólida ya que podría fracasar.
En contraste, uno de los funcionarios que encabeza estos esfuerzos afirma que la planeación es un seguro institucional para que los proyectos bicicleteros sobrevivan las futuras administraciones gubernamentales y con ello se puedan encontrar otros horizontes de movilidad de largo plazo en Guadalajara.

Vías, sólo recreativas
Para el investigador universitario Salvador Carrillo Regalado, es imprescindible que las ciclorutas tengan un respaldo técnico indiscutible, ya que de otra forma correrían el riesgo de convertirse en sólo territorios recreativos y de uso esporádico, como acontece con los espacios que se habilitan cada fin de semana.
“Ante la cotidianidad que vive la sociedad con la prohibición y la marginación producto de la explosión automovilística, las medidas a favor de ciclistas y peatones tienen un gran éxito, es como un recreo, situación que se acrecienta ante la falta de parques y de áreas verdes, pero hasta ahora las ciclovías sólo son un acto de respuesta improvisado”.
El académico del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas, agrega que las agobiantes condiciones del tráfico, falta de espacios y el agresivo comportamiento de los conductores, garantizan el avance de políticas a favor de peatones y ciclistas, “pero no con un fin de transportación, para el trabajo, sino con el fin de la recreación, el deporte o la diversión”.
La recomendación de Carrillo Regalado es que necesitamos apreciar estas medidas como sustitutivas de los viajes motorizados, sea del transporte público o de automóvil. “No se está en ese objetivo, e incluso se está muy lejos de eso […] no veo una política pública decidida para reconvertir nuestras modalidades para movernos, sólo son aspirinas”.
La preferencialidad que se construye con la irrupción del BRT (Bus Rapid Transit) en el aspecto del transporte público, no sólo castigará a los automóviles con la reducción de espacios, también a los propios ciclistas, ya que es imposible garantizar su seguridad y su viabilidad: “¿Dónde está la obra especial para los ciclistas, para el transporte por bicicleta? No es cosa de darle tramos, sino que en toda la red de avenidas principales se habiliten las ciclovías suficientes, y que además sean seguras”.
El especialista sugiere que la invisibilidad de los ciclistas se remonte con la difusión de una cultura vial, “lo último que ve un automovilista es un ciclista u otra persona, primero ve otro auto y los camiones, los primeros para no pegarles y los segundos para que no les choquen a ellos”.

Plan maestro
Eugenio Arriaga es uno de los principales impulsores institucionales del llamado Consejo de movilidad no motorizada, que suma ya varios meses trabajando el tema desde el ayuntamiento de Guadalajara y afirma que el gobierno el estado, a través del Ocoit (Organismo para la integración del transporte) respalda institucionalmente y con recursos, la generación de un Plan maestro para la planificación de ciclovías y espacios peatonales en la Zona Metropolitana de Guadalajara. “En este plan uno de los grupos invitados a elaborarlo es ITDP, Alta Plannning and Designe (APD-Portland) y Guillermo Peñaloza, que consideramos son los más importantes especialistas a escala mundial, más otros estudiosos que son invitados con la intención de que gane el mejor y podamos contar con lo óptimo en el tema”.
Arriaga es puntual al señalar que a los actores participantes en el Plan maestro de las ciclovías y rutas peatonales, se les ha enfatizado que deben generar una alianza estratégica con una universidad local, considerar a los grupos sociales que participan en el Consejo de movilidad no motorizada, y que sean consultores locales, despachos de arquitectos y constructores los que elaboren el proyecto ejecutivo.
El funcionario explica que a su parecer, la inclusión de una universidad local, respetar los procesos ciudadanos y que profesionales locales participen “es garantizar la capacidad institucional, porque entonces en cinco años debemos ver que los especialistas de la universidad local, los grupos, los arquitectos o los funcionarios municipales estemos asesorando a otras ciudades como en el caso bogotano”.
Arriaga está convencido de que ir a un concurso del Plan maestro de ciclovías y rutas peatonales fortalece a la institucionalización del proceso y crea bases sólidas para respaldar la sobrevivencia del proyecto ciclista y peatonal.

La tribu nocturna

Adriana Navarro

Está de poca madre andar en la bici aquí en la noche”, me dijo Gerardo, un chavo dedicado a pintar carros, montado sobre su bicla chaparra, en Plaza de la República, por avenida México a una cuadra de Chapultepec.
Era miércoles, 10 de la noche –aproximadamente–, no se veían esas nubes gordas casi siempre rellenas de agua, sólo el cielo negro, limpio. El paseo nocturno desde ese punto, ya marchaba interesante. A unos se les veía bajando bicicletas de coches adaptados para ello, otros llegábamos pedaleando de diferentes puntos de la ciudad.
Me acordé que antes de ir me habían dicho que habría “un friego” de bicis frente a Aurrerá, pero no me esperaba tantas, éramos más de 300 haciendo lucir la plaza.
En poco tiempo formamos una gran tribu a punto de conquistar las calles de la ciudad invadida de autos. Escuché a Nicolai, el líder del grupo, un tipo con una aparente sonrisa eterna y voz de trueno amable que preguntó: “¿A dónde vamos?”. La comunidad habló: “A Plaza del Sol, a Los Colomos”, propusieron. Los ciclistas votaron con la mano vertical. Ganaron Los Colomos. Prendimos las luces. Otros se arreglaron los cascos. Unos más revisaron sus llantas. Cientos llenamos el carril derecho de avenida México.
Pedaleamos con buena respiración, tranquilos y bajo un cielo sin sol que proponía buena vibra. Seguíamos a Nicolai, que cargaba dos grandes bocinas que rugían salsa, merengue y pop. Había mucha convivencia, unos pedaleaban junto con sus amigos, otros se hacían ahí mismo “compadres rodantes”.
Cuando pensé detenerme en una luz roja expulsada por el semáforo de la esquina, me di cuenta de que había unos ciclistas héroes congelando a los coches. Otros más a toda velocidad por el lado izquierdo alertaban: “¡Carro! ¡Carro!” Los de la comunidad automotriz parecían enfurecidos, otros se unían al alboroto tocando el claxon, unos más hacían bramar sus motores prepotentes.
Llegamos hasta Pablo Neruda. Ahí descubrí otro código social de los ciclistas: “¡Ponchado!”, alertaron decenas de paseantes. Toda la comunidad paró. Observé a un enmascarado Blue Demon y a otros chicos que llegaron a auxiliar al caído. Nicolai bailó junto a las bocinas, amenizando la pausa.
Vinieron calles de bajada, otras empinadas que le sacaron el sudor de los cuerpos más gruesos. Pasamos Los Colomos, conquistamos el territorio marcado.
Llegamos al lugar de origen cerca de las 12 de la noche. Fuimos vencedores. Se dieron los avisos: del que me acuerdo era el de 2×1 la chela en el bar Calavera para quien traiga la bicla. La gran tribu sonrió y en pocos minutos quedó vacía la Plaza de la República.

“Sólo andamos en bicicleta los aguerridos”
Étienne von Bertrab

¿De qué se trata esta organización de bicicleteros?
Lo que buscamos es transformar la movilidad, porque hay un desequilibrio en este aspecto. Son casi 300 vehículos particulares que se integran cada día para circular en la ciudad. En ese sentido surgió hace un año Cuidad para todos, en oposición al “viaducto” López Mateos, y es una organización que lleva un año gestándose, desarrollando ideas y articulando proyectos.

¿Cree que prevalece la cultura del uso del automóvil?
Yo creo que es un modelo que seguimos de Estados Unidos. Se vincula con otras inercias, como el hecho de tener cosas materiales, que el progreso significa dejar de caminar y usar una máquina… todo este tipo de concepciones son lastimosas para la ciudadanía, porque se enfatizan diferencias sociales: los que andan en camión son los que no tienen y los que andan en carro son los que tienen. Se va fragmentando la sociedad hasta está el dicho famoso de “pueblo bicicletero”.

¿Por qué recomiendas la bicicleta?
Es una sensación de mucha libertad, te aviva la mente, te mantiene despierto. No es irreal pensar que la bicicleta puede solucionar muchas cuestiones de movilidad. Guadalajara, a excepción de esta temporada de lluvias, tiene un clima excelente para andar en bicicleta.

¿Es fácil andar en bicicleta por las calles de Guadalajara?
Es un medio muy vulnerable. Nos afectan los baches, las alcantarillas, ahora los charcos, pero sobre todo las cuestiones de inseguridad con los medios motorizados que ocupan todos los carriles y van a altas velocidades. Eso hace que sólo andemos en bicicleta los aguerridos.

¿Crees que en los próximos años la ciudad adopte la cultura de la bicicleta?
Yo lo veo un poco difícil, sobre todo porque hay dinámicas paralelas, como la expansión de la marcha urbana, que no es un crecimiento ni razonado ni planeado. Sin embargo, creo que hay una ciudadanía más reflexiva, que empieza a despertar. Es triste la situación, pero creo que sí se pueden generar cambios. [

Araceli Llamas Sánchez

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