Cine, arte y comedia

Los iliustradores Ricardo Liniers y Alberto Montt provocaron una explosión de risas en el FICG con su «Stand Up ilustrado»

MARIANA GONZÁLEZ-MÁRQUEZ

Desde una saga de superhéroes con Jesús como protagonista hasta la teoría de qué hubiera pasado si Jack no hubiese salvado a Rose, la protagonista del filme Titanic, de aventarse al mar, tuvo cabida en el “Stand Up ilustrado de los ilustradores: Ricardo Linier y Alberto Montt”.

Los caricaturistas adaptaron el show de comedia que realizan desde hace años para participar por primera vez juntos en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara y hablar, principalmente, de cine, pero también de lo que es el arte, ser artista y de sus anécdotas como padres con ese toque de humor negro y ácido que los caracteriza.

Liniers propuso una película de Marvel en la que Jesús interprete al “Capitán Palestina” y cuyos superpoderes sean andar sobre el agua y hacer vino del agua. En la cinta habría una escena de zombies con Lázaro, el muerto que resucita con la bendición de Jesús y en la última cena nacería un grupo de apóstoles que se llamarían los “A-Men”.

Montt se cuestionó por qué si la tabla de Rose, la protagonista de Titanic, tenía unos 12 metros de largo no quiso subir a Jack, el personaje pobre del que se enamora, pues quizás no quiso salvarlo al cuestionarse “¿qué dirán mis primas de este pobre?”. 

El espectáculo arrancó las risas de los asistentes con todo y bromas de los ilustradores-comediantes sobre la gastronomía y las costumbres tapatías, que dejaron plasmadas en los dibujos que ambos iban realizando mientras contaban historias y anécdotas.

Montt contó que la birria de Guadalajara le hizo recordar los problemas estomacales que lo han llevado a conocer todo tipo de servicios sanitarios en Nueva York, Madrid y París. También se acordó de los momentos de terror cuando una de sus hijas vio un fantasma en la casa que habita en un pueblo francés.

Liniers también hizo explotar la risa de los asistentes al contar que descubrió que era artista incomprendido cuando su mamá no supo apreciar un dibujo “perfecto” de la caricatura Mazinger Z o lo que era el arte cuando, junto a un grupo de amigos, encendieron barcos de papel empapados de alcohol en la bañera de su casa en Buenos Aires. 

En el stand up, el público de la sala Plácido Domingo, del Conjunto Santander de Artes Escénicas, logró que el ilustrador argentino cumpliera su sueño al saber cómo se escucha que 700 personas hagan un sonido con su dedo en la boca al mismo tiempo. ¡Plop! deseo cumplido.

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