Sonia Montaño “Hay una mayor proporción de mujeres entre los pobres”

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Las mujeres son las que cargan el trabajo no remunerado, constituyen la mayoría entre los pobres y hay poca inversión en políticas públicas para ellas, señala Sonia Montaño Ferrufino, directora de la División de Asuntos de Género, de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), quien en días pasados impartió la conferencia magistral “La pobreza de las mujeres desde la perspectiva de género”, en el paraninfo Enrique Díaz de León.
La socióloga boliviana ha publicado diversos textos sobre ciudadanía, políticas públicas y participación política de las mujeres. La institución que ella representa tiene entre sus objetivos establecer vínculos entre la sociedad civil, los movimientos de mujeres y los gobiernos, para asegurar el cumplimiento del Plan de acción mundial (Plataforma de Beijing) y el Programa de acción regional.

¿Cuál es el diagnóstico que hace respecto a la pobreza de las mujeres por género en América Latina?
En general hay una mayor proporción de mujeres entre los pobres, es decir, aquellos que están por debajo del ingreso mínimo para satisfacer la canasta familiar, son féminas, y aquí se incluyen mujeres indigentes y hogares donde la señora, jefa de familia, cae más rápido en la pobreza. Este es un primer elemento en términos de pobreza de ingresos, pero además hablamos de pobreza de tiempo. Cuánto más pobres son las mujeres, más tiempo le dedican a preparar alimentos, a producir en el hogar todo aquello que no pueden consumir en el mercado.

¿Cómo se mide esta pobreza cuando hablamos no solamente de ingresos?
La medida de ingreso continúa siendo la más importante para calcular el ingreso monetario per cápita, porque con esto es posible evaluar lo que se puede adquirir en el mercado, pero desde la perspectiva de las mujeres es importante ver que el tiempo no es elástico y ellas pasan dos o tres horas del día en limpiar la casa, llevar a los hijos a la escuela, recogerlos, y si a eso se agrega el trabajo de cuidado de ancianos, de hijos enfermos, entonces el panorama no es alentador. Son las mujeres las que cargan el trabajo no remunerado y además salen a buscar ingresos. Esto es lo que explica porqué esas mujeres no pueden tener un trabajo de tiempo completo. Quisieran, pero qué hacen con los niños, con los ancianos.

¿Quiere decir que el trabajo doméstico no remunerado es factor para esta pobreza de género?
Es uno de los obstáculos principales, porque al tener que realizar este trabajo y no contar con ayuda estatal, no tener ayuda pública, ellas no pueden darse el lujo de dejar a la familia sin atención mínima de sobrevivencia para salir a buscar un trabajo que les signifique un mayor ingreso. Se ven obligadas a buscar empleos que les permitan compatibilizar el horario escolar, el horario de la salud, el que les acomode mejor a los tiempos de traslado y eso marca un límite al tipo de actividad que ellas puedan hacer y que van a encontrar.

¿En México las políticas públicas siguen faltando?
Así es, y además hay poca inversión. Hay déficit de servicios infantiles, incluso en países con tradición, como es el caso de Uruguay o de Chile, donde el déficit de cuidado infantil es muy grande y todavía las principales cuidadoras son las mamás. México no está ni mejor ni peor en cierto sentido que los demás países.

¿Las mujeres son víctimas de la cultura?
En general, las mujeres trabajan por dos motivos: porque quieren y porque necesitan. Incluso, igual uno puede hablar de la ideología del flojo y de la pobreza, pero habitualmente los seres humanos (hombres y mujeres) trabajan por necesidad y por superación personal. Las mujeres pobres trabajan por necesidad, porque los ingresos son fundamentales y los obstáculos son grandes. En cierta forma, a veces las mujeres cometemos el error de asumir más responsabilidades en el hogar y no compartirlas. Ahí hay un cambio cultural que tenemos que hacer para involucrar a nuestros hijos, a nuestros compañeros, a nuestros esposos en el trabajo de la casa.

¿Qué se requiere para lograr la igualdad como un valor adquirido?
Políticas: no hay otra forma. Si un gobierno toma la decisión de que tiene que haber igualdad, debe buscarla. Por ejemplo, cuidado de niños no solamente para las mamás, sino también para los papás. Se tiene que favorecer la flexibilidad laboral para hombres y mujeres, de modo que la gente pueda trabajar también en su casa ahora que hay tecnologías. Lo importante y se muestra en los países nórdicos, es que estén ambos en las mismas condiciones. Estas son el tipo de políticas que hacen falta.

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