Sin trabajo por feo

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Guadalajara, Jalisco. MŽxico. Jueves 6 de marzo del 2003. Una mujer invidente de la tercera edad pide una limosna tirada sobre una banqueta del centro hist—rico de Guadalajara. El Informador/Digital. JOSE MARIA MARTINEZ

Ser gordo, joven, viejo, chaparrito, fumador, homosexual o tener una apariencia de enfermo, son factores para la no contratación laboral, según revela un estudio reciente de la Organización Internacional del Trabajo, que alerta sobre las nuevas formas de discriminación que ejercen los patrones.
La discriminación laboral no es un asunto nuevo. Tan es así, que el primer artículo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece su prohibición.
El tema preocupa a la OIT, que es el máximo organismo que regula estos conceptos. Por eso hay una serie de convenciones, pactos y protocolos de todo tipo, en el sentido de no discriminar a nadie. En su más reciente informe sobre discriminación en el ámbito laboral, menciona que los incipientes estilos de discriminación no sólo son argumentos para hacer diferencias en los lugares de trabajo o para frenar ascensos, sino también realizar despidos.
El problema es que estas “nuevas” formas de discriminación que refiere el OIT, no son tan nuevas como se piensa, según aseveró íngel Guillermo Ruiz Moreno, especialista en derecho laboral del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades. Afirma que estas prácticas existen y han existido siempre, pero no se pueden solucionar por simple decreto, y va más allá de convenios que suscriban las naciones. A su juicio, el tema pasa por el eje de la cultura, ya que una persona con ésta no tiene porqué discriminar a alguien con discapacidad, a un anciano o a nadie.
En la actualidad se discrimina de manera prejuiciosa o casi por inercia. Por ejemplo, mencionó que si alguien con silla de ruedas quiere trabajar en una oficina, probablemente no le darán el empleo por suponer que no será tan útil, ya que de entrada no podrá hacer mandados. Y este tipo de cuestiones no se solucionarán a golpe de decretos, por una razón sencilla: “la realidad es más sabia que el derecho”.
El investigador agregó que la educación es una tarea fundamental y las universidades públicas tienen un compromiso con ésta. “La educación es la llave de todo. Los pueblos educados son los más progresistas y los más difíciles de gobernar. Por eso quizá a algunos no les interese que se eduque a los pueblos, para gobernarlos y manipularlos más fácil”.
Es difícil que las autoridades tomen conciencia y cartas en el asunto para sentar jurisprudencia, y puso otro ejemplo: es discriminar no darle empleo a un fumador porque a los otros no les gusta fumar. Este tipo de asuntos son de difícil comprobación y admitió que el derecho tiene un problema, pues no basta con afirmar, hay que probar, y la cuestión de probar es lo complicado. En este sentido, Ruiz Moreno se pronuncia porque sea modificada la Ley federal del trabajo y que establezca prohibir la discriminación laboral, así como porque se otorguen cargas diferenciadas a trabajador y patrón.
“La gente no denuncia, porque sabe que éstas no prosperarán, porque la ley no tiene un procedimiento que facilite la solución del conflicto. Hay una serie de causales de rescisión y en esas no existe el discrimen, por eso es que se da con total impunidad”.

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