Sin educación no hay futuro

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Es ahora o nunca. Los próximos años serán una oportunidad para que México destaque a escala mundial, al contar con una gran cantidad de personas en edad óptima para trabajar, mientras que otras naciones sufren de una crisis demográfica. De manera que será tiempo de que las mexicanas y mexicanos “desarrollen su capacidad para generar y adaptarse a los conocimientos”.
Lo anterior es señalado por el analista, autor e intelectual Federico Reyes Heroles  durante una conferencia organizada por el Instituto Estatal para la Educación de los Adultos (IEEA), titulada “La nueva fuente de riqueza”, marco en el que afirmó también que la educación es el ingrediente estratégico para que nuestro país realmente sea competitivo.
 No obstante, no se trata solamente de establecer una espiral eficiente de oportunidades educativas para los jóvenes y niños que son esa gran ventaja para el futuro, sino de abatir los indicadores del rezago educativo que hoy se padecen y son una verdadera pena a escala mundial.
Aunque ya han transcurrido diez años, todavía es tiempo de prepararse para el siglo XXI, nombrado “el siglo de las migraciones”, por el reacomodo continental de la población que dará por resultado que el 60 por ciento de los pobladores vivirá en Asia, el 22 por ciento en ífrica, el ocho por ciento en Europa y el diez por ciento en América.
“Estas cifras nos orientan sobre cuántos países y a qué naciones nos tendremos que enfrentar en términos de competitividad, destacándose entre ellas a China y la India, que a diferencia de lo que se piensa, será ésta última la nación más poblada del mundo hacia el 2050, cuando México alcance los 132 millones de habitantes”.
Estas circunstancias nos obligan a poner la mira en el único antídoto posible para poder competir con el enorme potencial maquilador, tecnológico y comercial de los países que se perfilan como potencias mundiales: la educación.
Para vislumbrar una estrategia se deben tomar decisiones implacables, sugiere Reyes Heroles y una de ellas es “prevenir el rezago educativo antes que atender a los que ya se fueron”, pues por el momento el atraso es ignominioso, ya que 34 millones de mexicanos no han cursado ni la primaria ni la secundaria y al menos 5.8 millones de esa cifra no saben leer ni escribir.
La escolaridad promedio de los mexicanos apenas alcanza los nueve años, mientras que los países que se encuentran en las primeras posiciones promedian entre 17 y 20 años de preparación escolar y académica.
“Esta situación no quiere decir que México no ejerza un principio de justicia social como es la educación, pues incluso se reconoce que los recursos que se invierten, sí son de una magnitud considerable y equiparable a la de otras naciones, lo que sucede es que más del 80 por ciento del gasto educativo lo absorben los maestros”, señaló el catedrático de la UNAM.
Hoy lo que tendremos que voltear a ver es que el 45 por ciento de los jóvenes menores de 15 años se encuentra fuera del aparato educativo y las causas de deserción escolar se multiplican. Un rasgo muy importante dentro de ese rezago es que las mujeres están dejando de estudiar en una forma creciente, indicó.
Una comparación representativa que nos muestra de qué forma es vigente hoy el atraso educativo, es la que cita el investigador, basado en datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática: a primaria ingresan actualmente 98 niños de cada 100, de los cuales terminan la secundaria sólo 62, inician la preparatoria 46 y terminan 25 y concluyen una licenciatura sólo 13.
Otros indicadores degradantes que nos mueven a reflexionar sobre la importancia de la educación como una inversión a futuro, la más segura que puede poner en juego el Estado  y la iniciativa privada, dice el académico, es que hay 75 mil investigadores de muy alto nivel que se encuentran fuera de México, la mayor parte de ellos fueron formados enteramente dentro del país y son aprovechados en el extranjero.
“A un ritmo de crecimiento del 2 por ciento, que es el promedio que se vislumbra para México en este año, nos tomaría 34 años llegar a un nivel educativo como el que detenta Portugal, uno de los países que se encuentra a media tabla en la Unión Europea”, concluye el investigador.

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