Secretaría de Salud minimiza la enfermedad del chagas

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Las estadísticas de la Secretaría de Salud no reflejan la realidad en cuanto a la enfermedad de chagas se refiere. El problema podría ser mayor, puesto que no todos los casos son considerados. La enfermedad existe en México y no se ha estudiado en su justa dimensión. No hay un proyecto serio y real para estudiarla en todo el país, afirmó Felipe Lozano, director del Instituto de Investigaciones en Salud Pública, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS).
“Yo encontré ocho casos en un pequeño pueblo. A la fecha todavía están en tratamiento y observación para ver cómo evolucionan. Fueron detectados hace alrededor de cuatro años. Yo los reporté a la Secretaría de Salud y ésta no los quiso considerar. No los subieron al sistema de información”, denunció el galeno.
Chagas está considerada por la Organización de las Naciones Unidas dentro de las enfermedades emergentes más importantes. Jalisco es el estado que más casos registra, “pero es porque hay investigadores enfocados a detectar casos y en otros estados del país no los hay”, dijo Ezequiel Magallón Gastelum, profesor investigador del Departamento de Salud Pública.
Felipe Lozano señaló que de cada 100 donadores que acuden a los bancos de sangre, entre el uno y el dos por ciento son positivos. “Hablo de los casos del Hospital Civil Juan I. Menchaca y del Centro Médico de Occidente”. El galeno denunció que en los bancos de sangre no siempre tienen el cuidado de analizar si la sangre donada contiene el parásito que ocasiona esta enfermedad. “Es por ley que se debe hacer, pero suelen no realizarlo”.
Aclaró que si una persona resulta positiva, quiere decir que tiene el parásito, más no ha desarrollado la enfermedad. Entre el 20 y 30 por ciento de los individuos positivos desarrollan la enfermedad.
El investigador aseveró que se presentan casos que algunos médicos no saben diagnosticar. La mayoría de los pacientes con chagas vive en el área rural, la cual no tiene el mismo acceso a la tecnología y a los exámenes para detectar el mal.
“Para hacer el diagnóstico hay que tener a la mano pruebas de laboratorio, y éstas no las hay en todos lados, son escasas. El paciente debe hacerse dos pruebas y ambas deben salir positivas para verificar el diagnóstico. Cada una cuesta mil quinientos pesos. ¿En las zonas rurales quién cuenta con tales recursos? Esta es otra de las causas de que los casos reportados sean menos de los que realmente hay”.

Reporte de Secretaría de Salud
¿Muertes por enfermedad de chagas? No se han registrado, pero en cuanto al número de casos archivados, en 2008 hubo tres casos agudos y cinco crónicos. En 2009, hasta mediados de octubre hubo cinco agudos. En 2006 hubo siete agudos y 10 crónicos, informó Mónica Mercado Hernández, coordinadora del Programa de Alacranismo y Chagas, de la Secretaría de Salud Jalisco.
“Si es probable que un paciente tenga chagas, le damos seguimiento. Una vez hecha la detección en laboratorio, se realiza la confirmación, se recaba el estudio epidemiológico y el caso es turnado a la secretaría”.
La entrevistada informó que la Secretaría de Salud tiene un programa permanente de búsqueda de chinche hocicona. A veces las personas las capturan y las llevan al centro de salud y son analizadas para ver si están infectadas con el parásito que ocasiona la enfermedad de chagas.

Un mal silencioso
La enfermedad de chagas o tripanosomiasis americana es trasmitida por la chinche hocicona. El agente causal es el parásito trypanosoma cruzi, que vive en los mamíferos, principalmente las ratas, armadillos y aves. La chinche lo contrae cuando se alimenta de la sangre de los animales infectados. Si después pica a un ser humano, éste a su vez lo contraerá.
En Jalisco pueden encontrarse chinches hociconas en las áreas rurales de casi todo el estado, pero también las hay en municipios cercanos a la zona metropolitana, como en las orillas de Guadalajara. Incluso hay un caso registrado en el Zoológico Guadalajara, de un oso polar que murió por el mal de chagas. También hay en las orillas de Tonalá, Tlajomulco y Tlaquepaque, señaló Ezequiel Magallón.
La chinche hocicona cuando se alimenta, defeca y suelta el parásito. Éste cae en la epidermis y puede penetrar al organismo, permaneciendo latente por 20 años, continuó Felipe Lozano.
La enfermedad atraviesa por una fase aguda y otra crónica. La primera suele pasar inadvertida o presentar el signo de romania (ojo inchado) y el chagoma (una bola tipo jiote que causa comezón). Hay niños que mueren en 15 días durante la primera etapa de la enfermedad.
El paciente puede tener fiebre y diarrea. La enfermedad suele confundirse con una gripa y aparentemente desaparecer, porque el parásito continúa destruyendo los intestinos, esófago y corazón. Cuando vuelven a presentarse las manifestaciones, los órganos ya están dañados. Puede haber infartos, arritmias, problemas digestivos y estómago hinchado, explicó Ezequiel Magallón.
Cuando aparecen los problemas cardiacos no hay cura, por la destrucción de células nerviosas y musculares. El paciente puede morir. Algunos tienen posibilidades de salvarse mediante un trasplante de corazón, agregó Felipe Lozano.

Proyecto en puerta
El académico señaló que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología otorgó a investigadores de la Universidad de Guadalajara, a la Universidad Autónoma de Nayarit y a la Universidad de Colima, siete millones trescientos mil pesos para estudiar las enfermedades de chagas, tuberculosis, dengue e influenza. “Esa investigación arrojará una realidad más cercana, porque vamos a muestrear la sierra Huichola, Manzanillo, Vallarta y Guadalajara, entre otras poblaciones y áreas geográficas. Los estudios arrancarán en enero y concluirán en aproximadamente dos años.
“Los resultados que arroje esta investigación estarán más acordes con la realidad. La información no la vamos a guardar, ni a meter en publicaciones. El proyecto está aprobado para que haya un sistema de información en web, para que la población de cada localidad sepa lo que ocurre”.

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