Rosalía Orozco Murillo

909

En Tepic todavía subsisten prácticas o costumbres corruptas entre periodistas y políticos. Ahí la práctica del chayote es lo más normal del mundo. Es raro que algún reportero no lo acepte y cuando así sucede es mal calificado y estigmatizado. Por lo menos eso es lo que ocurría hasta el 2006, cuando Rosalía Orozco Murillo concluyó su investigación “Las relaciones prensa-gobierno en Tepic, hacia la caracterización de prácticas predominantes en el periodismo local de México”, misma que constituyó su tesis para obtener el título de maestría en comunicación por la Universidad de Guadalajara, y que fue acreedora al Premio nacional de trabajos recepcionales, en la categoría de tesis de maestría. El reconocimiento lo otorgó el Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación en las Ciencias de la Comunicación.
“La situación no creo que haya cambiado mucho. Se trata de prácticas y costumbres muy arraigadas. Con el tiempo se legitimaron, tanto por parte del gobierno como por parte de los periodistas y dueños de periódicos en un sistema económico muy incipiente”.
Una de las conclusiones es que no puede haber prensa independiente que esté al margen de los “apoyos” que el gobierno le destina, si no hay una economía que soporte o pueda sostener a una empresa periodística.
“Las empresas periodísticas son también negocios, entonces necesitan subsistir para realizar sus labores de informaciones. Si los periodistas no reciben buenos salarios, y además el periódico no se puede sostener porque no hay empresas que le paguen publicidad, entonces tanto los unos como los otros están dispuestos a recibir dinero del gobierno.

¿Qué tan malo es que los periódicos y el gobierno tengan transacciones económicas?
No es malo que eso suceda, cualquier gobierno necesita difundir sus acciones y las actividades que va a desarrollar durante todo su periodo. Lo ilegítimo ocurre que cuando a cambio del apoyo económico —o firmas de convenios de publicidad— se exige también la compra de opinión.

¿Por qué le interesó este tema?
Cuando me fui a trabajar de reportera a Tepic —estuve ahí a principios de 2003 y regresé a finales de 2004—, me di cuenta que las relaciones que se daban entre los periodistas y los políticos actores del gobierno eran de manera viciosa, corrupta, donde había todavía prácticas que en el discurso algunos investigadores y periodistas decían que ya habían desaparecido, que las relaciones entre estos dos factores mencionados ya eran más trasparentes y que ya no había prácticas viciosas, sobre todo cuando se referían al centro del país, pero lo que pasa en esta zona va a ser representativo del resto del país. En Tepic, el problema principal es que casi todos los actores del gobierno, llámese congreso estatal, ayuntamiento de Tepic y algunas secretarías importantes destinan recursos a los reporteros. Incluso algunos están incluidos en la nómina de las oficinas gubernamentales.

¿Cuánto ganaba, en aquel entonces, un reportero de Tepic y uno de Guadalajara?
Entre 2003 y 2004, un reportero de Tepic ganaba entre dos mil y tres mil pesos mensuales. Por fuera podía recibir otros dos mil pesos por parte del gobierno. En aquel tiempo el corresponsal del periódico Mural allá en Tepic, ganaba doce mil pesos. Había algunos reporteros locales que ya ganaban bien, cuatro mil pesos. Tengo que aclarar que sí había compañeros que se resistían a entrar en el juego de estas prácticas corruptas y que trataban de hacer un periodismo independiente. Sin embargo, eran los menos. Incluso me llegué a enterar que alguien cobraba apoyos económicos a mi nombre, cuando yo ni enterada estaba.

¿Por qué escogiste para tu estudio a Tepic y no a Guadalajara?
Me interesó analizar a esa ciudad y no una más grande como Guadalajara, ya que aquí sí han cambiado las relaciones entre el gobierno y la prensa. Esta ciudad es más grande, está industrializada, la prensa puede sostenerse de manera independiente, puesto que hay empresas que pagan anuncios, y eso da lugar a que los periódicos puedan llevar a cabo sus actividades informativas de manera más libre.

¿Eso quiere decir que la prensa tapatía está libre de prácticas corruptas?
Aquí se han diversificado las formas de corrupción. A lo mejor ya no se le da a los periodistas apoyos monetarios, ni aparecen en nómina, pero si van a una rueda de prensa de los tequileros, se les da su botella de tequila, por ejemplo.

Primera persona

Rosalía Orozco Murillo es maestra en comunicación por la Universidad de Guadalajara. Universitaria de toda la vida, cursó sus estudios a escala medio superior en la Preparatoria número 2 y la licenciatura en Letras hispánicas en la misma casa de estudios. Actualmente es coordinadora de la licenciatura en periodismo, en el Centro Universitario de la Ciénega.

Artículo anteriorAlfredo Basulto
Artículo siguienteComunicación y divulgación para razonar