Rogelio Lépiz Ildefonso

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Rogelio Lépiz Ildefonso tomó de un estante varios frascos cuyo contenido eran granos con diversos tamaños y colores: claros, amarillos, cafés y negros. Los frijoles no sólo le representan un alimento como para la mayoría de los mexicanos, sino un área de conocimiento sobre la situación del cultivo.
Para el académico del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la UdeG, su inicio e interés por este “mundo” lo marcó haber nacido en el campo. En la actualidad suma casi 43 años estudiando la leguminosa y en fechas pasadas recibió el Premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2008.
El reconocimiento, otorgado por el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Jalisco, fue por su proyecto “Desarrollo de variedades de frijol para las regiones Altos, Centro y Sur de Jalisco”, en la categoría de tecnología.

La motivación para plantar la semilla
Originario del municipio de Tinguindín, Michoacán ‘donde las campanas repican tres veces: ¡Tin, guin, dín!’ Al ser de campo, estuvo en contacto con los cultivos de maíz, frijol y trigo. Previo a comenzar su formación profesional, estuvo en escuelas prácticas de agricultura, donde percibio la necesidad de mejorar las cosechas de los agricultores. Posteriormente ingresó a la Universidad Autónoma de Chapingo, donde cursó la carrera.

El desarrollo
“No hubo una motivación especial para dedicarme al estudio del frijol. En Chapingo teníamos prácticas de campo experimental y visitábamos a los investigadores. En ese sitio empecé a hacer amistad con uno de los especialistas en frijol, el doctor Salvador Miranda Colin, quien me invitó a trabajar con él”.
A partir de esa fecha y durante casi 20 años colaboró con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), tanto como investigador como coordinador del programa nacional de frijol. “Eso me permitió viajar y conocer todo el país”.
Después hizo un año sabático en el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), con sede en Colombia. Entre 1989 y 1996 trabajó en un proyecto regional para los países andinos. Primero como investigador, luego como coordinador.
Además, entre 1997 y 1999 fue Coordinador Regional del Programa Cooperativo Regional de Frijol para Centroamérica, México y El Caribe (Proyecto PROFRIJOL). Estuvo cuatro años viviendo en Guatemala, sitio del que extraña su clima. “A partir del 2000 me integré a la Universidad de Guadalajara”.

El panorama de la investigación y producción de este cultivo en México
‘Hasta finales de los 80, México era autosuficiente en la producción del frijol. A partir de la siguiente década lo empezamos a importar anualmente.
“De manera adicional, el gobierno federal empezó a reducir los apoyos a la investigación y la producción de alimentos. De tal manera que en los tiempos actuales el INIFAP en Jalisco no cuenta con investigadores de tiempo completo en frijol.
‘Entonces, las universidades tienen mucho que ofrecer. Tienen personal, infraestructura, capacidad, lo que ha hecho un poco de falta es que no están habilitadas para hacer investigación, sobre todo a nivel de las necesidades de los productores, porque no es su función principal. Aún así han hecho labor y llenan ese hueco en la parte agropecuaria”.

Parte de la cosecha
“Puesto que en Jalisco se consume en mayor proporción el frijol tipo peruano procedente de Sinaloa, y hay cultivares con serios problemas de adaptación y enfermedades, el académico está empeñado en desarrollar variedades de frijol peruano para Jalisco. Uno de los primeros pasos fue buscar progenitores para hacer las cruzas con los peruanos, para incorporarles adaptaciones y resistencia a enfermedades. De todo ese material introducido de América Latina, vinieron líneas muy buenas. Junto con colegas las identificaron y evaluaron. Cuatro de estos materiales, en 2008, culminaron como nuevas variedades de frijol para Jalisco”.
Lépiz Ildefonso ha obtenido diversos premios. En 1999 fue reconocido por su labor de investigación y coordinación en los proyectos regionales de este cultivo en Centro América, México y El Caribe, por parte del CIAT.
En 2002, recibió otra distinción en el Tercer Congreso Nacional de Frijol. En 2003 obtuvo el Premio a la Investigación por parte del Colegio de Ingenieros Agrónomos del Estado de Jalisco. En 2006 recibió otra distinción el día Nacional del Ingeniero, por los Colegios del Estado de Jalisco.
El investigador está satisfecho por conocer México, Centro y Sudamérica, ífrica y Europa. Acerca de los premios opina: “Uno no trabaja para obtenerlos, pero si se dan en el camino, son un halago, un estímulo, pero también un compromiso para seguir adelante”.
Además de sus proyectos en el desarrollo de variedades, participa en la exploración y colección de especies silvestres. “La región occidente de México es muy rica en variabilidad genética de frijol”.

Primera persona
Rogelio Lépiz Ildefonso es ingeniero agrónomo, maestro en ciencias y doctor en mejoramiento genético de plantas. Es además profesor de tiempo parcial en varias universidades. Es miembro activo de la Sociedad Mexicana de Fitogenética y ha participado en la obtención de 18 variedades mejoradas de frijol.

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