Rock y compromiso latino

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Tomás Cookman es uno de los principales promotores y productores del rock latinoamericano en los Estados Unidos. Desde principios de los años noventa, este “neoyorquino de origen puertorriqueño” inició una labor que parecía imposible: llevar al mercado estadounidense los sonidos de la producción iberoamericana, e incluso más allá. Creó la Conferencia de Música Latina Alternativa (LAMC, de acuerdo a sus siglas en inglés), un evento en donde artistas, sellos disqueros, periodistas y demás gente del mundo musical se reúnen para hacer convenios, compartir experiencias y, sobre todo, para que muchos artistas expongan su obra. El LAMC se celebra anualmente desde 2000 en la ciudad de Nueva York, aunque también algunas ediciones se realizaron en Los íngeles y la Ciudad de México.
Cookman también es propietario del sello disquero Nacional Records que se encarga de distribuir a una infinidad de artistas, como Choc Quib Town, Los Amigos Invisibles, Los Fabulosos Cadillacs, Maldita Vecindad, y The Pinker Tones, entre otros.
La presencia y experiencia de Cookman será un gran apoyo para el desarrollo de la Feria Internacional de la Música (FIM). En esta entrevista, nos comparte algo de sus experiencias.

Después de 12 años, ¿cuáles crees que han sido los grandes logros del LAMC?
Lo más importante es que todavía existimos; que la música y la cultura hacen que valga la pena hacer todo esto.  Cada año nos sorprendemos por la gran cantidad y variedad de talentos que se nos acercan y que tocan.  Foros como el LAMC ayudan a abrir puertas para esta gente, en varias etapas de su carrera, no sólo cuando están arrancando.

¿Cuál fue tu experiencia cuando el LAMC se realizó en México?, ¿se alcanzaron tus expectativas?
Los paneles estaban llenos y se habló de cosas claves. La dinámica era un poco diferente que el de Nueva York pero fue una experiencia positiva y lo tengo en mis metas para volver a hacerlo  el año entrante si podemos (hicimos dos años).
Crees que actualmente el rock latinoamericano esté atravesando por un momento de crisis creativa y falta de identidad o se trata de una etapa de transición
Como muchas cosas en el mundo, está en plena transición.  Pienso que hay buenas bandas pero también siento que hay más bandas.  Ahora es más fácil hacer una grabación, es más fácil promover tu música. Pero a la vez y aunque hay mucha música y bandas, lo bueno siempre va a subir y tener éxito.  Tengo más demos para escuchar ahora y eso no me molesta.

¿Qué repercusiones ha tenido para los artistas latinoamericanos la crisis que están viviendo las grades compañías discográficas?
En el caso de adelantos para hacer discos y apoyo de giras de promoción en otros países, sí; pero a la vez le ha abierto un camino a descubrir nuevas formas de editar y compartir música.  Hay muchos sellos independientes ahora,  eso es saludable. Hay artistas que son ideales para los majors y allí es donde deberían “vivir”, pero también es saludable que haya otras opciones para otros géneros y propuestas, tal como hay ahora.  Como negocio, todavía estamos en plena reconstrucción y aunque hay diferentes y menores fuentes de ganancia, hay esperanza, ganas y, obviamente, sueños.

¿Qué tan importante puede resultar un evento como la FIM para fortalecer  la industria y producción musical en América Latina?
Me parece muy importante. Recién llego de Buenos Aires después de hablar en la MICA (Mercado de Industrias Culturales Argentinas) y también sirvió mucho. Hay hambre de información en la industria de la música y eso siempre es bueno. La industria de la música nunca se va a ir sólo porque estamos en un pleno proceso de cambio sobre cómo se financia.

En base a tu experiencia, qué recomendaciones harías a la FIM en su arranque?
Que se organicen bien, que inviten buena gente para que hagan charlas sabias y que tengan que ver con la industria hoy en día. Que lo hagan con cariño y pasión.

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