Reserva de la Biósfera de Manantlán, ejemplo en compensación de servicios ambientales

"Nature" retoma el trabajo realizado por UdeG y otras organizaciones en esta zona para la conservación del agua, sin embargo, investigadores señalaron en una carta a la revista que el valor del trabajo que se realiza con las comunidades no es solamente monetario

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Fotografía: Abraham Aréchiga

La Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán fue tomada como un ejemplo exitoso en la medición y compensación de servicios ambientales en las comunidades indígenas que dependen de esta área natural protegida en un artículo publicado en la prestigiosa revista científica Nature.

Enrique Jardel Peláez, académico del Departamento de Ecología y Recursos Naturales del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur), consideró como satisfactorio que dicha publicación se haya referido al trabajo que se realiza desde hace más de dos décadas, específicamente en la comunidad de Cerro Grande, en la parte este de la reserva, que pertenece al estado de Colima.

La revista retoma cómo se ha realizado la valoración económica de los ecosistemas naturales en Manantlán mediante un mecanismo de compensación por los servicios ambientales hidrológicos de Cerro Grande, cuyos bosques protegen la zona de captación de agua que abastece a la ciudad de Colima y su área metropolitana.

“Que una publicación científica tan prestigiada como Nature se refiera como un ejemplo relevante al trabajo que se ha venido realizando es sumamente satisfactorio; pero, al mismo tiempo, consideramos que la nota en cuestión reducía este asunto al tema económico y que el valor de una reserva ecológica es mucho más que monetario”, dijo el especialista.

Lee el artículo publicado en la revisa Nature sobre la Reserva de Manantlán (en inglés).

Explicó que en Cerro Grande se impulsa un mecanismo con el que los usuarios del agua en Colima transfieren recursos para apoyar a las comunidades serranas en la conservación de los bosques y el manejo productivo de los recursos naturales, una labor que investigadores de la Universidad de Guadalajara realizan en conjunto con la dirección de la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y las comunidades agrarias de Cerro Grande, con el apoyo de dependencias gubernamentales federales y estatales.

Foto: Dánae Kótsiras

Para Jardel Peláez la conservación de los servicios ambientales que ofrece cualquier área natural no debe enfocarse solamente en el valor monetario de los ecosistemas, sino que deben reconocerse los derechos agrarios y las tradiciones culturales de las comunidades  locales, un aspecto que hicieron ver en una carta a Nature para complementar el artículo publicado.

Lee la carta que los especialistas escribieron a la revista Nature (en inglés)

“Señalamos que un mecanismo de compensación por los servicios ambientales hidrológicos es una obligación de los usuarios del agua en las ciudades con los pobladores y dueños de las tierras boscosas, que viven en condiciones de pobreza y marginación, que han defendido su tierra contra agentes externos, que son los actores centrales en la conservación y que deben ser los primeros en recibir beneficios a través del aprovechamiento sustentable de los recursos naturales de sus tierras», expresó.

«La compensación por servicios ambientales no es un ‘pago por no tocar el bosque’, sino un medio para impulsar mejores prácticas de producción forestal, agrícola o ganadera, al mismo tiempo que se conservan ecosistemas y biodiversidad”.

Angélica Jiménez Hernández, coordinadora de proyectos de la Fundación Manantlán para la Diversidad de Occidente y quien trabaja con las comunidades de Cerro Grande, afirma que esta estrategia es un ejemplo de cómo las ciudades pudieran ser resilientes ante el tema de la escasez de agua y como forma de abastecimiento para las futuras generaciones.

“La revista retoma este tema con el esquema de compensación que se está armando entre la ciudad de Colima, Villa de Álvarez y Manantlán como una de estas alternativas sustentables. Cuando se publica este argumento de que puede ser una herramienta que las ciudades puedan adoptar para generar los procesos de conservación de las cuencas que les abastecen, ellos se ponen en contacto con nosotros y escribimos una carta para describir un poco más el concepto y la profundidad del esquema de compensación que estamos armando para Colima”, explicó la especialista.

Aseguró que el hecho de que Nature retome este concepto y el proyecto que se realiza en Colima, es un indicador de que se realiza un trabajo adecuado como sociedad y como academia, además de la colaboración de las instituciones.

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