Réquiem por un pibe

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Luis Alberto Spinetta decía que el amor es el único refugio de la vida, y que por consecuencia, significa una ruta para poder respirar. El porteño, siempre seducido por la música y la poesía, encontró una fuente de inspiración en los detalles cotidianos, en los más reveladores, y declaró en su obra un embrujo total hacia el espíritu y la figura femenina. Pionero y contrafuerte del rock de Argentina, Spinetta murió el pasado 8 de febrero. Finalmente no logró vencer el cáncer de pulmón que lo aquejaba desde hace casi siete meses.
“El Flaco”, sobrenombre que ganó por su delgada apariencia, y con el cual fue conocido por sus amigos más cercanos y devotos seguidores, consiguió dar los primeros rasgos de personalidad e identidad a un “movimiento” que encontró resonancia en músicos como Charly García, Fito Páez y Gustavo Cerati.
Spinetta era conciso en sus apreciaciones. Mantuvo distancia sobre los juicios relacionados con su trabajo. Sencillamente expuso su falta de interés frente a términos como “poeta del rock”. Desde esta posición, el músico cultivó un temperamento que evitó caer en falsas adulaciones. La postura fue clara en todo momento: “Situarse dentro de un contexto en el que la unión de música y letra permitieran alcanzar la mejor canción, o por lo menos, la que en ese instante fuera significativa”. Después de todo… poesía.
“La responsabilidad de continuar haciendo buena música, y buenas letras, no me encadena a ninguna presión. Representa el elemento más importante de mi libertad”, decía el autor de “Adentro tuyo” y “El anillo del capitán Beto”. En algún momento Spinetta expresó: “Es complicado reunir emociones y situaciones complejas relacionadas con mi creatividad. Me encanta componer en soledad, con guitarra acústica, aunque eso no significa que las canciones pierdan su lado eléctrico y su poder. Dejo que el corazón dicte el camino a seguir, sin importar la música que genere”.
La historia de Luis Alberto Spinetta está compuesta por diferentes etapas. El primer periodo en los albores de los años setenta, absolutamente decisivo en su trayectoria, tiene relación con Almendra, agrupación que desencadenó el potencial artístico de este músico, para después devenir en sustanciales bandas para el rock de Argentina: Pescado Rabioso, Invisible y Spinetta Jade, entre otras. La trayectoria al frente de estas agrupaciones fue intermitente. De forma paralela, Spinetta siempre mantuvo su condición como solista.
El valor en la obra de este músico radica en la capacidad de trasmutación y tener encuentros con el rock, jazz, tango, y algunos tintes de música progresiva. Sin embargo, el mismo Luis Alberto Spinetta admitió sus fracasos, como el ocurrido con el álbum Only love can sustain, su única grabación en inglés, que a juicio del porteño, no reflejó nunca su estilo. ílbumes como Artaud, Durazno sangrando, Los niños que escriben en el cielo, Mondo di cromo, Piel a piel y Spinetta y los Socios del Desierto, concentran parte de lo mejor del compositor.
Aunque con una importante discografía, la trayectoria de Luis Alberto Spinetta es poco conocida en Latinoamérica. Conserva su lugar de culto, pero desde hace mucho tiempo, su obra merece mayor difusión, para otorgarle verdaderamente la posición como referente del rock cantado en español.
La muerte de Luis Alberto Spinetta abre una serie de interrogantes sobre el futuro del rock en Argentina. En una época carente de compositores con suficiente calidad, y agrupaciones venidas a menos –caso concreto el de Babasonicos–, resulta vital el trabajo de compositores que inyecten nueva vida al rock de aquella región. Indudablemente, Charly García mantiene una posición de respeto. Andrés Calamaro continúa con su labor, aunque con altibajos. Desafortunadamente, el frágil y complicado estado de salud de Gustavo Cerati augura un futuro oscuro en este renglón. Por ello es fundamental el trabajo de una nueva generación que conserve la tradición de compositores de rock que ha ganado Argentina, tradición en la que Luis Alberto Spinetta figura como piedra angular.

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