Reír o no reír

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Las grandes piezas de la literatura no son exclusivas de intelectuales, y el grupo teatral Thespis lo pone a prueba con la puesta en escena de Hamlet, Príncipe de Dinamarclown. Tanto que su director Fausto Ramírez convierte la tragedia de Hamlet, del dramaturgo inglés William Shakespeare, en una comedia, utilizando el recurso del clown.
¿Cuál es el resultado de la fusión entre el payaso y la tragedia de Hamlet? Una representación teatral que da libertad a los actores —o Clowns—, para jugar con sus diálogos y con el mismo público, involucrándolo en la trama de la obra, donde las sorpresas, ahora sí sorprenden a espectadores y actores en cada representación.
El teatro lleva a la verdad, aún cuando los actores contratados están atrapados en “la sombra de un sueño”. Por lo que cinco clowns al grito de: “¡La función debe continuar!” Asumen representar la obra cumbre del bardo de Avon.
Los elementos de la trama original  que la han hecho memorable no desaparecen. La traición, la ambición, la locura, la muerte, en fin, todos ellos son retomados, pero desde la creatividad del clown, un personaje que se vale del instante, de su entorno y de su cuerpo.
“Somos payasos, somos mímicos y queremos que cada periódico nos saque una crítica, buena o mala, mientras hablen de nosotros”, cantan al unísono actores que han participado en obras como Impecable y Diamantina o Don Juan Matapeste, en las que han utilizado también la técnica clown.
De esta manera tenemos una obra teatral sin la angustia que produce el texto original, al adentrarnos en el asesinato del Rey Hamlet por su hermano Claudio, representado por Gabriel ílvarez;  la venganza de su hijo, el Príncipe Hamlet (Manuel Parra); las trágicas muertes de Ofelia (Diana Alvarado), la querida del Príncipe, y de su Madre Gertrudis, interpretada por Susana Romo, así como la muerte de Apolonio (Abelardo Ferré).
Christian Kastapu y Alonso Guerrero son los encargados de seguir las peripecias de los payasos y asignarles —con una gran variedad de instrumentos como silbatos, tambores, maracas, un clarinete, tronadores— sonidos chuscos que complementan las payasadas de los clowns.
La seriedad no tiene cabida en esta obra de casi dos horas de duración, que tendrá funciones en el Teatro Experimental de Jalisco los jueves y viernes de junio y julio a las 20:00 horas.

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