Recuperar espacios contra la violencia

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En Santa Ana Tepetitlán hacen falta programas y políticas públicas a largo plazo que integren a los jóvenes y los incentiven a emprender acciones que contribuyan a disminuir los índices de violencia. Una buena opción sería la organización de actividades continuas por parte de clubes o centros deportivos, además de espacios alternativos que contribuyan al desarrollo de los muchachos, afirmó Patricia Murrieta Cummings, profesora investigadora del Departamento de Políticas Públicas, del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA).

Sugirió que en esta colonia ubicada en el suroeste de la Zona Metropolitana de Guadalajara, podrían abrirse espacios semejantes a los centros para el adulto mayor, sitios de expresión donde los jóvenes sean administradores de su tiempo y espacio, y puedan realizar grabados, serigrafías e incluso lucrar con esos productos para incrementar sus ingresos.

Murrieta Cummings es autora del libro Jóvenes, trabajo y estudio. Un análisis sobre la dinámica social en Santa Ana Tepetitlán, resultado de una investigación de campo realizada entre los años 2010 y principios de 2014, que toca un tema clave dentro de la problemática de la colonia: el pandillerismo.

Dice que de 2010 a 2011 se registraron altos índices de violencia y posteriormente, de acuerdo con reportes de los vecinos, esta empezó a disminuir, lo que no quiere decir que se haya erradicado.
La investigadora detectó sólo en esa colonia diez pandillas. Afirma que llegó a ser tan grande el conflicto entre éstas que hacia mediodía o tres de la tarde se registraban pleitos callejeros, que causaban daños a los vecinos o a sus casas.

Hoy los vecinos perciben que la violencia ya no es tan grave. Reportan que pueden salir con mayor tranquilidad, sin peligro de presenciar peleas entre pandilleros, que, a decir de ellos, son menos frecuentes. Explicó que a esta disminución de la violencia percibida por los vecinos contribuyeron diferentes factores, como programas sociales y actividades emprendidas por el gobierno y grupos parroquiales; esfuerzos de la sociedad civil y el ingreso de cuerpos policiacos a la colonia.

Reconoció lo hecho del Instituto de la Juventud Municipal —órgano desconcentrado de la Dirección General de Desarrollo Social y Humano (DGDSH)— para rehabilitar la unidad deportiva de Santa Ana, con la ayuda de los jóvenes de la colonia. Sin embargo, la carencia de recursos es uno de los factores que impiden a dicho organismo un adecuado seguimiento de los proyectos.

El acercamiento a jóvenes es esporádico, y tras el paso de diferentes administraciones aún no ha podido contar con el apoyo e instrumentos adecuados para la puesta en marcha de una política estable en materia de juventud.
El Consejo Municipal del Deporte enfrenta la problemática de no poder contar con una estrategia de integración de los jóvenes en materia deportiva sostenida a largo plazo.

Murrieta Cummings resalta en su investigación que tras las múltiples intervenciones de las autoridades en la mejora de la Unidad Deportiva del lugar, la inversión no ha sido suficiente y no se ha acompañado de las actividades indispensables para la recuperación de ese espacio público del control de las pandillas, que en ocasiones (según reportes de vecinos) lo usan como un punto de reunión para el consumo de drogas.

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