Reconstruyen vidas después del cáncer de mama

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Desde los 19 años a Rocío Aidé Álvarez Tostado la operaron cada año por quistes en un seno. Pero fue a los 26 cuando le detectaron un tumor que crecía rápidamente, en fase cuatro, y su pecho derecho tuvo que ser retirado de su cuerpo. Al año siguiente, descubrieron otro tumor en el lado izquierdo.

Tenía 27 años, y verse al espejo ya no era lo mismo. Sin embargo, la voluntad para sobreponerse a su nueva imagen y a su sentir, por ser la única en su familia con cáncer, fue lo que la ayudó para continuar su proceso de recuperación.

“Quedé plana, pero mi esposo ha sido de mucha ayuda para mí, desde que éramos novios me acompañaba a quimios, a las citas, a todo. La primera mastectomía fue antes de casarme, la segunda cirugía cuando estaba casada”, recuerda.

Debido a lo agresivo de las radiaciones y los medicamentos para erradicar el cáncer, según los médicos Rocío no iba a poder ser madre. Y contra todo pronóstico, tiene dos hijos.

“Mi esposo quiso casarse conmigo a pesar de eso: ‘Yo no quiero hijos, yo te quiero a ti’, me dijo. Y qué hace uno con eso, más que dejarse querer”, reconoció con una sonrisa.

Por su carácter fuerte y propositivo, hace tres años una amiga la invitó a compartir su testimonio a los grupos de apoyo que ofrece el Hospital Civil de Guadalajara (HCG) dentro del Programa de navegadores para pacientes de cáncer.

Gracias a ello, a 32 años de haber sido operada y en su segunda cirugía de reconstrucción que inició este año, ha podido compartir su victoria contra el cáncer y sentirse renovada.

“Aquí en el hospital tenemos la ayuda de reconstrucción por las cenas gala que organiza la maestra Esther Cisneros Quirarte, para reconstruir el seno sin que nos cueste un centavo, ni en consulta, ni en material, ni nada.”

Como a Rocío, el Programa de Reconstrucción mamaria del Hospital Civil ha logrado beneficiar en cuatro años a 150 mujeres sobrevivientes del cáncer de mama, enfermedad por la cual Jalisco ocupa el cuarto lugar en numeros de casos. Y éstos van en aumento cada año.

La discapacidad que causa perder un seno puede ser incluso más incapacitante que el propio tumor maligno, por lo que Cisneros Quirarte considera a la ayuda para recaudar fondos con ese propósito como un acto de justicia para las sobrevivientes del cáncer.

Por ello, este mes de octubre se realiza la quinta “Campaña interinstitucional de lucha contra el cáncer de mama 2017”, para hacer conciencia sobre la importancia de la detección y atención médica oportuna.

Las actividades de la campaña inician el día 15 en el Club Hacienda San Javier con la carrera “21K con causa”, en beneficio del Programa de Reconstrucción Mamaria.

El 16 y 17 de octubre, a las 9:00 horas, se realizará revisión clínica, con estudios de mamografía en el Centro de Reinserción Femenil de Puente Grande, Jalisco.

Y en los hospitales civiles Fray Antonio Alcalde y Dr. Juan I. Menchaca tendrán lugar, los días 21 y 22 de octubre, las Jornadas Asistenciales de Detección Oportuna de Enfermedad Mamaria.

Para concluir con el programa de la campaña, el 30 de octubre se realizará el Simposio Interinstitucional de Cáncer de Mama, en el Auditorio Roberto Mendiola Orta del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), donde se presentarán los avances en la epidemiología y nuevas estrategias de tratamiento.

Reconstruir por dentro y por fuera
En cuanto a la reconstrucción mamaria, al ser un tratamiento que no cubre la bolsa de gastos catastróficos, se recaudarán fondos el 18 de octubre, a las 19:30 horas, con la Cena Gala Pasarela, en Viveros San Miguel (ubicado en Avenida López Mateos Sur 5550, colonia Santa Anita), con un costo de mil 300 pesos.

En las cuatros ediciones previas, informó Esther Cisneros Quirarte, representante del voluntariado del HCG, el acto filantrópico ha permitido recaudar más de 3 millones 156 mil pesos, con los que se realizaron 167 procedimientos quirúrgicos y beneficiaron a 150 pacientes.

Para apoyar la causa, este año la asociación civil Junior League donó 50 mil pesos. Además de ser un evento de recaudación de fondos, para las sobrevivientes puede ser la realización de sus sueños, como lo fue para Irene Verdín Rodríguez. A sus 48 años, Irene nunca pensó que el cáncer le pudiera hacer realidad el desfilar en una pasarela.

Ella también es una sobreviviente del cáncer de mama, que le hizo pasar dos años con más de 32 radiaciones y 17 vacunas para prevenir una recaída del mal que le había sido detectado hace siete años.

Cuando tenía 41 años, en una revisión anual detectó una bolita, un cáncer mamario inusual, que desencadenó en retirar sus senos.

En menos de un mes su vida cambió, e Irene pensó que no iba a sobrevivir a las quimios que le provocaban vómitos, ampollas en la boca y la descomposición del estómago y el recto, entre las que más dolor le causaban, a lo que se añadió quedarse sin pestañas y cejas.

“Cuando tienes el cáncer no sientes nada, no es como una enfermedad; es más difícil el remedio que la enfermedad, porque las quimioterapias son terribles, piensas que ahí vas a quedar”, recuerda.

Sucedió en un momento difícil de su vida, cuando quedó sola a cargo de sus cuatro hijos, la más pequeña de los cuales tenía cuatro años.

Sin un sustento económico, tuvo que cerrar su estética por debilidad en su brazo derecho tras la mastectomía, y por indicación médica se le prohibió estar en contacto directo con los químicos de los tintes, lo que la llevó a buscar otras formas para subsistir.

Ahora, siete años después, a pesar del dolor emocional y físico agradece haber encontrado un grupo que le ha ayudado a recuperar lo que había perdido.

“Nos ha enseñado a hacer cosas para vender, y con la reconstrucción ya voy a la mitad. Nos ha ayudado a reconstruirnos por dentro y por fuera”, agradeció

Por la ayuda de asociaciones que donan recursos al programa de navegadores y a las campañas que se realizan cada año, el próximo 24 de octubre Irene podrá tener su siguiente cirugía de reconstrucción.

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