Rebrote de picudo

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Tanto el estado de salud como el valor estético de las palmeras en la urbe tapatía va en detrimento. Un insecto vector de un gusano, además de bacterias y hongos afectan a los árboles.
Hace 10 años Rubén Rodríguez Rodríguez llegó a vivir a la colonia Seattle. Había una palmera washingtonia en el jardín exterior de su vivienda. Con el tiempo, decidió sembrar otra en ese sitio y dos más en el jardín interior.
En los últimos dos años ha visto el deterioro de las ubicadas afuera de su casa. Hasta pensó que alguien las estaba secando, sin embargo, especialistas de la Universidad de Guadalajara estiman que la afectación es originada por el picudo, que de no controlarse puede exterminar a las palmas susceptibles a este bicho.

Rebrota la afectación
Entre los años de 1987 y 1988 se encontró la primera evidencia del daño por el picudo, cuando ocasionó la muerte de una gran cantidad de ejemplares por avenida La Paz.
El investigador del departamento de madera, celulosa y papel del CUCEI, Antonio Rodríguez Rivas, explicó que en abril de este año hubo un rebrote en las palmeras ubicadas “en camellones del auditorio Telmex y se ha dispersado el insecto”.
Revisiones en colonias de Zapopan, Guadalajara y Tonalá, muestran que el avance de esta infestación es drástico, pues muchas palmeras han muerto y otras se encuentran en ese proceso. Las más afectadas son la washingtonia, la real y phoenix o datilera, explicó el especialista.
El jefe del departamento operativo de la Dirección de parques y jardines de Zapopan, Ramón Peraza Ríos, indicó que para 2007, en el municipio se estimaba la existencia de 450 mil árboles, de los cuales 18 y 20 por ciento eran palmeras. La población ha crecido por que las plantan en los nuevos fraccionamientos.
Y agregó: el barrenador “nos ha golpeado mucho en cuanto a la palma datilera”. También la cocoplumosa, aunque con mayor incidencia en la primera. “El 75 u 80 por ciento de las dos especies están afectadas. En las otras no se ha visto”.

Otros problemas
Peraza Ríos y el jefe del departamento de sanidad y nutrición vegetal de la Dirección de Medio Ambiente y Ecología de Guadalajara, José de Jesús Ruiz Pacheco, plantearon que otros problemas son los hongos y bacterias. El primero es provocado por exceso de humedad.
Ruiz Pacheco, sin tener cifras precisas, calculó que de las cerca de dos mil palmeras que existían en Guadalajara para el 2006, alrededor de 350 y 400 han sido afectadas por la presencia del hongo, la bacteria o ambas. Respecto al insecto considero que no ha desaparecido del medio, aunque detalló que no han encontrado indicios de su presencia. En breve realizarán un muestreo para conocer la situación.

Muerte silenciosa y poca acción
Especialistas de la UdeG destacaron que hay poco interés por parte de las autoridades ante lo que pasa con el arbolado de la urbe.
“El problema de 1988 hubiera dado las herramientas para tener un programa preventivo”, aunque reconocieron que es una plaga difícil de controlar, porque cuando se detecta es que el problema está avanzado.
Falta un programa preventivo mediante el uso de feromonas para salvar a los individuos no afectados. Además de un mayor monitoreo y control fitosanitario municipal, estatal, federal.
Al preguntar ¿Qué pasará con las palmeras? Ramón Peraza destacó que se han aplicado productos químicos para rescatarlas, sin embargo, dijo, es costoso. A pesar de esto “desgraciadamente se están muriendo”.
Coincidió con Ruiz Pacheco en que falta más investigación y un programa integral para el manejo del arbolado, así como mayores recursos económicos y coordinación con otros municipios, el gobierno del estado, instituciones educativas y otras instancias.

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