Rafael Rodríguez Toral

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Voy pa’l CUAAD”, es un programa que surgió conversando sobre los problemas del transporte público –que es muy caro, inseguro, mal organizado, etcétera–, pensaron que quejándose no ganaban nada y había que buscar soluciones y analizar qué podía hacer cada quien desde su entorno. Entonces nació la idea de ofrecer ride a sus compañeros que a lo largo de la Calzada Independencia esperan el autobús cuando se dirigen al Centro Universitario de Arte Arquitectura y Diseño. Se dieron cuenta que era fácil de realizar, no requería mayores gastos y traería grandes beneficios, por lo que decidieron ponerlo en marcha a partir del regreso de vacaciones de Pascua.

Rafael, ¿cómo se les ocurre esta idea?
Estuvimos viendo opciones y ésta nos gustó porque se trata de brindar una alternativa de transporte para la comunidad del CUAAD. Hice algunos letreros y mandé correos con la información del programa. La idea se fue transmitiendo y mucha gente me empezó a preguntar qué onda con el programa.

¿ Y cuál era el principal objetivo?
La idea era darle ride a la gente que va para el CUAAD, fomentar que se comparta el automóvil, que no vaya sólo una persona y quien quiera ayudar y tenga carro, se adhiera al programa. Instalamos un módulo en el mezanine del centro, para los registros, donde se debe llenar una hoja y especificar nombre, datos del automóvil, placas, todo sobre el propietario que se interesa en participar, y se les entrega un letrero de plástico negro que tiene una manita ofreciendo el ride; se puede pegar y despegar del auto. Así la gente que está esperando el camión sabe que puede pedir el aventón.

¿Cuántos letreros sacaste al principio?
El primer día hice 50 y se acabaron rapidísimo. Además la gente que se interesó me empezó a ayudar y mandamos a hacer otros 50 y se acabaron a media mañana, así que la siguiente vez imprimimos 200 y los sacamos ya foliados para dar más seguridad y tener un control. Los correros que mandé tenían un link a un blog que abrí y ahí estaba explicado cómo funcionaba y qué tenía que hacer la gente para registrarse.

Sobre el tema de la seguridad, ¿han tenido problemas?
No. Hasta la fecha no tenemos ninguna queja, todo ha ido muy bien y esperamos que así siga, porque ya son más de 260 los automóviles registrados y el programa está dando buenos resultados. Contamos con el apoyo del rector del CUAAD y de la sociedad de alumnos, a quienes gustó la idea y se comprometieron a ayudarnos. También empezamos a registrar a la gente que quería el aventón porque justamente surgieron dudas sobre la seguridad, por eso le pusimos al letrero una serie de recomendaciones; por ejemplo: que no suban a extraños y que pidan que se identifiquen sus pasajeros.

¿Cuántas personas estiman se benefician con este tipo de transporte?
En el registro cada dueño de un automóvil pone cuántas personas puede llevar, en promedio son 4, así que calculamos que en total son más de mil. Otro beneficio de este programa es que ha servido para que la gente se conozca; ahora si los ves en la parada ya les ofreces el aventón y la convivencia es mejor.

Son vacaciones, pero ¿existe la intención de que continúe?
Sí, la idea es darle más difusión para que los chavos nuevos lo conozcan y puedan participar, porque la intención es que ya se quede. Queremos implementar un sistema de rides para la Universidad, queremos que el CUAAD sea como un programa piloto, pero nos gustaría que se hiciera en otros campus.

¿En qué tipo de centros consideras que podría funcionar?
Por ejemplo en el CUCEA sería muy bueno, allá sería por todo el periférico. Igual en el caso del CUCBA por Avenida Vallarta, y otros, porque hasta ahora los resultados son buenos, estamos contentos y sobre todo porque mucha gente está ahorrando de gastar en transporte de mala calidad.

¿Qué te dice la gente que sube a tu coche?
Bueno, a mí me ha tocado dar ride y también que me lo ofrezcan. Una vez me tocó darle a unos chavos que del CUCEA porque fueron al CUAAD a visitar a alguien y les gustó la idea para que se haga en su centro universitario.

Primera persona

Rafael Rodríguez Toral tiene 22 años de edad. Es estudiante de la carrera de Diseño Gráfico en el CUAAD. Preocupado por el alza al transporte y el mal servicio, puso en marcha un programa de rides denominado “Voy pa’l CUAAD”, que beneficia a más de mil estudiantes por día.

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