Prensa mexicana entre el miedo y la autocensura

778
CULIACAN, SINALOA 04ABRIL2005.- Periodistas de los diferentes medios de comunicaci—n se manifestaron por la desaparici—n del reportero del peri—dico El Imparcial, Alfredo Jimenez Mota. FOTO: CUARTOSCURO.COM

En el mundo 66 periodistas fueron asesinados en 2008, frente a 93 en 2007 y 100 en 2006, de acuerdo con la revisión anual del Instituto Internacional de Prensa (IPI). Durante 2008, en América Latina murieron 10 reporteros de Bolivia, Brasil, Guatemala, República Dominicana y Venezuela. De esta cifra 5 periodistas han fallecido y 8 han desaparecido en México, elevándose como el país de América Latina más peligroso para ejercer el periodismo. “Cuando no se enfrentan con violentos ataques y amenazas de muerte, los periodistas en América Latina hacen frente al acoso jurídico, administrativo y económico”, reseña el informe.
El IPI lamenta que en México los frecuentes ataques contra periodistas que informan sobre la corrupción y el tráfico de drogas, combinado con la impunidad que acompaña a esos crímenes, han llevado a un clima de temor en el que la autocensura es generalizada.
En noviembre de 2008, el periodista Armando Rodríguez de El Diario, fue asesinado a balazos en Ciudad Juárez. Pedro Torres Estrada, subdirector editorial de ese medio, en entrevista exclusiva para La gaceta comentó sobre los riesgos, las amenazas de muerte que padecen como comunicadores y hasta los hechos para no ejercer su profesión, como quitarles las cámaras fotográficas o las tarjetas de memoria.
“El riesgo se ha elevado por el enfrentamiento entre dos grupos del crimen organizado, intensificado luego por el aprovechamiento de personas ante el grado de ingobernabilidad que se vive en el estado; hay delincuencia, extorsiones, asaltos, robos, hasta secuestros”.
El Diario ha tomado algunas medidas para salvaguardar la vida de los reporteros ante las constantes amenazas, que van desde no firmar las notas ni fotografías relacionadas con el crimen organizado, no acudir solos a situaciones que puedan colocarlos en riesgo, asistir con otros reporteros para protegerse en grupos y llegar luego que la policía haya llegado al lugar, pues en ocasiones, como todo periodista, éstos llegan cuando el hecho está consumándose y el riesgo es mayor con la presencia de los delincuentes.
Por su parte, Carlos Lauría, coordinador senior del Programa de las Américas del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), una organización con sede en Nueva York que también lucha por la libertad de prensa, señala que México se encuentra en una situación de franco deterioro en términos de libertad de expresión en los últimos cuatro años a partir del combate al narcotráfico. Es peligroso para los periodistas que cubren el abuso a los derechos humanos, crimen organizado y muchos han sido asesinados, amenazados y desaparecidos.

Impera la impunidad
Esta situación, según Lauría ocurre en un contexto donde impera la impunidad, porque el Estado no es capaz de dar respuesta y procesar a los responsables de los crímenes y delitos, lo que conduce al temor entre periodistas y medios y la autocensura. Argumento que el propio editor de El Diario, Torres Estrada, asiente cuando señala que entre las medidas que han tomado para salvaguardar su vida, está el anonimato de notas y fotografías.
Por su parte, Lauría indica que la autocensura es una medida contraproducente para la sociedad mexicana, ya que hay temas que afectan la vida diaria del ciudadano, y por la falta de garantías y medidas de seguridad de las autoridades para los periodistas, éstos no pueden cumplir con su labor sin temor a represalias. “Los responsables de la seguridad no están haciendo su trabajo”.
Según la CPJ se han comprobado casos de “complicidad de las autoridades del estado con organizaciones criminales, sumado a la incompetencia, desidia y falta de recursos, lo que se traduce en un sistema de justicia sobrecargado que consagra la impunidad”. Con este contexto, el periodista tiene que tomar medidas como la autocensura, el abandono de la profesión o el exilio, como es el caso de Emilio Gutiérrez Soto quien pidió asilo político en Estados Unidos por recibir supuestas amenazas de muerte y tras siete meses de estar detenido en un puesto fronterizo de migración en Texas, fue liberado para iniciar su proceso de petición de exilio.
Torres Estrada no ve claro el panorama que finalice esta ola de violencia que comenzó el año pasado y que a la fecha se ha elevado. Ha habido pronunciamientos por parte del gobierno federal que indican que trabajarán para velar por las garantías de los reporteros, pero el editor no ve las estrategias mencionadas, “quizás hay buena disposición pero no hay nada efectivo ni tangible”.
Sólo en lo que va de 2009 y a la fecha de cierre de esta edición van nueve periodistas muertos en el mundo. Para Lauría, la prensa en México tiene que cubrir los temas de narcotráfico y corrupción con total libertad, pues a su juicio a partir de la decisión del gobierno de Felipe Calderón de usar al Ejército en el combate en el crimen organizado, han aumentado los casos de periodistas acosados por la fuerzas del orden. Por lo que según el último informe de la CPJ, que coincide con el del IPI, México se eleva como el país más peligroso para ejercer el periodismo. “El autosilencio afecta la democracia, y hay temas que no reciben la cobertura necesaria, el tratamiento informativo que se merecen porque no hay garantías para trabajarlos”.

Artículo anteriorPrograma de estimulos al desempeño docente 2009-2010
Artículo siguienteFelicitación