Por una cultura de la prevención

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Los accidentes de tránsito son un problema de salud pública en países como China y Estados Unidos. En el caso de México, el asunto es igual de severo y prueba de ello es que al año las aseguradoras de automóviles registran hasta cinco millones de accidentes.
Investigadores refieren que las acciones de prevención son importantes, pero insuficientes, por lo que este problema representa la quinta causa de muerte en el país.
Al respecto, el doctor Alfredo Celis de la Rosa, investigador del Departamento de Salud Pública, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, comentó que “la sola información es de las herramientas menos efectivas, comparadas con acciones como la participación comunitaria”. “En términos masivos, la participación de los medios es fundamental para informar a la sociedad sobre las acciones preventivas, pero los accidentes de tránsito son multicausales”.
Encontrar condiciones deficientes o adversas en las carreteras, la falta de señales de tránsito y otros factores ambientales representan riesgo, pero existen otros aspectos que se pueden evitar, como el consumo de bebidas embriagantes, utilizar el cinturón de seguridad y no incurrir en exceso de velocidad. Después de una ingesta excesiva disminuyen dos habilidades indispensables para manejar: el juicio y la visión.
“Hay que insistir en esto a lo largo del año. Una de las más importantes es que los conductores no vayan en estado de ebriedad y respeten las señales de vialidad. Con estos dos aspectos, el número de defunciones entre los ocupantes de los vehículos y peatones, disminuirían”.
En muchas ocasiones los accidentes dejan lesionados graves, con daños severos. De acuerdo al Centro Nacional para la Prevención de Accidentes, los de tránsito representan la contingencia de salud que demanda más días de atención hospitalaria, ya que el promedio de estancia es de cinco días. El registro es de un lesionado por cada dos accidentes viales, de acuerdo a información del Centro de Estadísticas de Accidentes de Tránsito (CEAT).
En cuanto a egresos hospitalarios, Jalisco no figura entre las ciudades con mayores estadísticas. En el primer lugar se ubica Colima, seguido de Baja California Sur, Tabasco, Aguascalientes, San Luis Potosí, Campeche, Yucatán, Sinaloa, Guanajuato y Nayarit. En total registran aproximadamente 700 mil hospitalizaciones por año.
Según datos del Consejo Estatal para la Prevención de Accidentes, de la Secretaría de Salud Jalisco (Cepaj), en el periodo del 20 de diciembre al 6 de enero de 2007 hubo 141 muertes por accidente. En el mismo periodo de 2008, la cifra fue de 129, y en la estadística más reciente (2009) fueron 116 muertes.

Suecia, cero muertes
La disminución de este problema de salud no es una responsabilidad total del área médica, aseveró el investigador. “Lo importante es que ni siquiera lleguen a los puestos de socorro y que no tengan el accidente, por lo que es un tema que involucra a toda la sociedad”.
En el caso de Suecia (país que tiene un número cercano de habitantes a Jalisco) se puso como objetivo cero accidentes. Cuando en Jalisco se registran más de 300 muertes al año a causa de accidentes de auto, Suecia no tuvo decesos después de reorganizar sus calles y normar de manera estricta el límite de velocidad a 30 kilómetros por hora. En vías rápidas la velocidad es de entre 50 y 60 kilómetros por hora.

Conductor designado
En la década de los ochentas en Estados Unidos fue creado el programa Conductor designado por BACCUS y GAMMA Peer Education Network, asociación civil que promueve programas de prevención en problemas relacionados a las drogas, alcohol y sexo.
En México este programa fue instituido en 1992 por el Instituto Tecnológico de Monterrey (ITESM) campus Monterrey, y patrocinado por una empresa cervecera. Aún vigente, su principal objetivo es contribuir a la disminución de accidentes de tránsito a causa del alcohol y contribuir a crear conciencia de no mezclar el alcohol y el volante.
Veintidós ciudades del país participan en el programa. Funciona de la siguiente manera: cuando un grupo de personas acude a un establecimiento con el fin de consumir bebidas alcohólicas, uno del conjunto se ofrece como conductor designado. Al portar un brazalete y distintivo se compromete a no consumir alcohol, manejar y llevar a sus acompañantes de regreso a casa.
Un coordinador general y otro de seguimiento se encargan de verificar que el conductor designado cumpla las reglas. Como apoyo, los establecimientos participantes entregan cortesías o algún tipo de estímulo al conductor. De 2002 a 2009, casi 780 mil personas han sido beneficiadas por este programa y el número de conductores designados registrados asciende a casi 176 mil.

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