Por más bebés seronegativos

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“Soy VIH positiva y estoy embarazada. Cuando me dieron mi resultado de que estaba embarazada y tenía el virus, me quise morir al pensar que mi hijo nacería con sida”. Este es uno de los testimonios de quien pronto será madre, a pesar de tener la llamada enfermedad del siglo XX.
Lo que se avecina para una mujer infectada con el virus de inmunodeficiencia humana puede parecer poco alentador, pero actualmente los avances médicos permiten que las mujeres con VIH que tienen el deseo de convertirse en madres puedan lograrlo y que su bebé nazca sano.
“En este momento no está contraindicado que si tienen infección por VIH y están controladas, puedan embarazarse. Cualquier mujer con VIH se puede embarazar”, asegura Jaime Andrade Villanueva, jefe de la Unidad de VIH del Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”.
La mujer que se sabe VIH positiva debe tomar una decisión informada si desea o no embarazarse, considera Adriano Arias Merino, jefe del Servicio de obstetricia del Hospital Civil “Dr. Juan I. Menchaca”. “Ellas deben saber los riesgos que tienen y decidir si se quieren embarazar”.
Uno de los problemas radica en que alrededor del 20 al 30 por ciento de las mujeres con VIH que se embarazan desconocían tener la infección, pero esto no significa que el producto contraerá el virus.
“Es posible evitar que el bebé se infecte, siempre y cuando se aplique un tratamiento antirretroviral durante el periodo de gestación. Una mujer embarazada con sida y sin tratamiento, es posible que traiga al mundo a un bebé cero negativo”, señaló Andrade Villanueva. Sin embargo, las posibilidades no serán las mismas que en los casos en los que reciben tratamiento durante todo el embarazo, por lo que la transmisión del VIH al bebé es proporcional a la carga viral.
El VIH en mujeres embarazadas se comporta igual que en cualquier paciente y la mayor incidencia es registrada en mujeres de entre 24 y 44 años, ya que esta enfermedad afecta principalmente a este grupo de edad y en ambos sexos. Como cualquier mujer embarazada, la futura madre con VIH está expuesta a complicaciones, por ejemplo, infecciones urinarias o vaginales. Sin embargo, para Arias Merino, el embarazo en mujeres infectadas en la mayoría de los casos será de alto riesgo.

El bebé después del parto
El producto puede contraer la infección en tres momentos: durante el periodo de embarazo, con un ocho por ciento de probabilidad; en la lactancia, con el cuatro por ciento, y al momento del parto, que es el más riesgoso, con un 18 por ciento.
En los casos atendidos en los hospitales civiles, el niño después de nacer recibe un seguimiento durante dos años, periodo en el que se le realizan pruebas de carga viral, con el fin de descartar totalmente la enfermedad.
Según información del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), cuando un bebé nace con el virus VIH, sus posibilidades de supervivencia no son buenas. La mitad de esos niños morirá antes de cumplir dos años.

“Salva a tu bebé del sida”
El Mesón de la Misericordia Divina, asociación civil dedicada al apoyo social a personas con VIH sida, en conjunto con la unidad de VIH del antiguo nosocomio y con el área de gineco-obstreticia del Hospital Civil “Dr. Juan I. Menchaca”, realiza el programa “Salva a tu bebé del sida”.
El director general del Mesón de la Misericordia Divina, José Manuel Salcedo Alfaro, comentó que la tarea de la asociación consiste en acompañar, orientar, apoyar y fortalecer a la mujer seropositiva embarazada, en las etapas prenatal y postparto, principalmente en las madres de escasos recursos. “El programa parte del principio de que la mamá que vive con VIH no siempre le transmitirá el VIH a su bebé”, explicó Salcedo Alfaro.
El tratamiento médico para las futuras madres oscila entre los cinco y siete mil pesos mensuales, pero gracias a un convenido con Coesida, el Mesón brinda los medicamentos necesarios. Además, el traslado, asilo a quienes son originarias de otros estados y en ocasiones apoyos económicos y despensas, corre por cuenta de la asociación civil, la que les brinda apoyo psicológico y si lo desean, espiritual –tanto a la madre como a la familia–.
Desde que inició el programa, en 2004, los nosocomios, en conjunto con la asociación, han apoyado a 89 mamás con VIH y gracias a la atención médica oportuna, todos los infantes de estas mamás han sido seronegativos.

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