Por el lado oscuro

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La Luna es el satélite natural de la Tierra, es el cuerpo espacial más cercano a nuestro planeta, y se supone, hasta ahora, el más conocido.
La Luna —según cuentan algunas leyendas— produce una extraña fascinación, su resplandor causa embrujo, al mismo tiempo que provoca desequilibrio en quien la mira.
A pesar de la llegada del hombre a la Luna en 1969, este satélite guarda misterios, posee su lado oscuro y oculto. La célebre frase de Neil Armstrong: “Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”, obtiene un significado distinto ante lo dicho por su compañero Edwin Aldrin, quien expresó: “¡Qué magnífica desolación!”.

El surgimiento de un clásico
En 1973, cuatro años después del primer alunizaje, la agrupación inglesa Pink Floyd editó el disco The dark side of the moon, un trabajo cargado de innovadoras atmósferas musicales y profundas exploraciones sonoras.
The dark side of the moon es considerado un álbum trascendente y definitivo para la historia de la música, en especial para el rock. Por ello la revista Rolling Stone lo sitúa como el número 43 entre los 500 mejores álbumes de todos los tiempos.
Las composiciones estuvieron casi en su totalidad a cargo de Roger Waters, quien junto con David Gilmour, Richard Wright y Nick Mason, lograron un disco que refleja diferentes aspectos de la vida moderna. Los conflictos armados, la ambición desmedida por el dinero, las enfermedades mentales, y la muerte, son algunos de los temas presentes en The dark side of the moon.
En alguna ocasión Roger Waters dijo: “Pensamos que podríamos hacer algo sobre las presiones que personalmente sentimos y que nos llevan a ir demasiado lejos… la presión de hacer mucho dinero, el tema del tiempo, la violencia, y las estructuras de poder organizadas, como la iglesia o la política”.
The dark side of the moon resulta ser una obra culminante porque refleja los tópicos mencionados, pero de forma especial, a través de la música, concentra la parte oculta del ser humano, esa en la que residen los temores y los misterios infinitos. Por su contenido universal se le considera una pieza capital.

Proceso de grabación
The dark side of the moon lo grabaron entre junio y octubre de 1972, en los estudios Abbey Road. El ingeniero de grabación fue el también músico Alan Parsons.
La producción se distinguió por usar la más avanzada tecnología de ese momento. Junto a los instrumentos habituales de la banda, se incluyeron sintetizadores y secuenciadores. El resultado fueron composiciones con estilo propio, orientadas hacia los terrenos de la música electrónica.
Incluyeron extractos de diálogos, entrevistas y risas que sobresalen en canciones como “Speak to me”, “Brain damage” y The great gig in the sky”.

Un artwork inmejorable
The dark side of the moon es un disco plenamente identificado por su portada. El diseño estuvo a cargo de Storm Thorgerson, un diseñador británico reconocido por formar parte del grupo de arte Hipgnosis.
El trabajo de Thorgerson se cimienta en elementos propios del surrealismo. El creativo extrae elementos de su contexto habitual, deforma la realidad mediante montajes visuales y los ubica en inmensos espacios oníricos.
Para The dark side of the moon, Storm Thorgerson lanza una línea de luz blanca que cruza un prisma y se transforma en un espectro de colores.
Muchos de los seguidores de Pink Floyd interpretan esta imagen como una realidad que supera el nivel de tolerancia humana. El prisma simboliza la locura y la búsqueda de la verdad. De un extremo se encuentra la vida y del otro la muerte.

Reediciones
The dark side of the moon ha sido reeditado en diferentes formatos. Para conmemorar su 30 aniversario lanzaron una versión en vinil, con 180 gramos de peso, la cual muestra la pirámide de Keops en la portada, en sustitución del prisma.
El álbum, en presentación de CD, fue nuevamente remasterizado (no por Alan Parsons) y ofrece calidad de audio surround dolby 5.1, convirtiéndolo en una experiencia auditiva.
Existen verdaderas ediciones para coleccionistas, como la versión australiana en vinil rosa y las alemanas y francesas en vinil azul.

Canciones para verdaderos
lunáticos
La música de Pink Floyd, como la de otras grandes agrupaciones, carga con ciertos estigmas. La locura es uno de los temas recurrentes en algunos de los trabajos más destacados de Pink Floyd. Muchos atribuyen esto a la figura de Syd Barret —miembro fundador de la banda de indudable talento—, quien mantuvo una adicción a las drogas psicoactivas, especialmente el LSD, lo que finalmente afectó su desempeño con Pink Floyd.
Aunque Syd Barret ya no formó parte de la alineación en The dark side of the moon, de alguna manera su presencia continúo hasta ese momento y se trasladó hasta el disco Wish you were here.
The dark side of the moon contiene grandes temas que representan un verdadero viaje. Algunos de éstos son “Time, “Money”, “Us and them”, “On the run” y “Brain damage”.
Lo cierto es que de manera única la música de Pink Floyd permite adentrarse a lo insondable, a los laberintos de la condición humana e incluso permite ir más allá, en dirección hacia el lado oscuro de la Luna.

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