Podios de arena

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La Universidad de Guadalajara tuvo una destacada participación en el X Festival del mar, que se llevó a cabo en Rincón de Guayabitos, Nayarit, donde se adjudicó importantes resultados en categorías infantiles, juveniles, mayores y profesional.
Para el entrenador del equipo universitario de natación Octavio Cornejo, los resultados lo dejan satisfecho, ya que lograron los objetivos planteados con un equipo que dio su máximo esfuerzo.
“Obtuvieron los resultados, era un grupo en su mayoría de nadadores novatos, que dio muestras del trabajo que hemos hecho y la gente que tenía compromiso de obtener preseas cumplió”.
Explicó que la clave de estos frutos ha sido el trabajo, la dedicación y el apoyo de la Universidad, quienes han contribuido a estos resultados. “Dentro de la alberca nos han apoyado bastante y son un conjunto de cosas las que han impulsado a estos triunfos. Ahora vienen competencias estatales, con miras a lo que serán algunas competencias que nos irán clasificando a eventos como la Olimpiada nacional, competencia en la que bastantes alumnos han participado con buenos resultados y que, esperemos, superen la meta. Nos encontramos prácticamente iniciando temporada”.

Universitario tricampeón
Por tercer año consecutivo, el estudiante de la licenciatura en sociología de la Universidad de Guadalajara, Leonardo Saucedo, se coronó en la prueba del acuatlón, consistente en un recorrido de 2.5 kilómetros de carrera atlética, para posteriormente continuar con un kilómetro de natación y cerrar la prueba con 2.5 kilómetros de carrera pedestre.
Esta fue la penúltima participación del “Yayo” en competencias del 2008, que básicamente le sirvió de entrenamiento. “Esta competencia siempre nos ha servido como preparación específica para las copas del mundo y venimos a entrenar, me vine pedaleando cerca de 240 kilómetros, participé en el maratón acuático de 4 kilómetros, corrí durante el día cerca de 34 kilómetros, para después cerrar con el acuatlón”.
Este fin de semana el “Yayo” participó en la Copa del mundo de Huatulco, con lo que cerró temporada deportiva para planear el próximo año.
“Voy a tomar un descanso físico y mental para preparar la próxima temporada, ya que aspiramos a Londres 2012. El 2009 pinta tranquilo relativamente porque faltan tres años más para Juegos Olímpicos y por ello me enfocaré un poco más a la escuela, para terminar lo más pronto posible y estar para Londres totalmente libre de la parte académica”.

melissa, de apenas seis años de edad, ingresó de manera valiente al mar para recorrer la primera parte del acuatlón, consistente en 750 metros de natación. Mientras, su padre nada cerca del recorrido. Su madre la apoya desde la orilla.
La pequeña salió del agua como toda una profesional, llegó a la zona de transición, se puso los tenis, se hidrató y continuó su camino para terminar la competencia con un recorrido atlético. El resultado: una presea de primer lugar, en el marco del Festival del mar, celebrado en Rincón de Guayabitos.
Lourdes Cárdenas y Sergio Quezada, además de esposos, desde hace tiempo son compañeros de equipo en un deporte que les apasiona: el triatlón, y el amor a esta disciplina ha llegado también a su hija Melissa, quien hizo su debut en una competencia multidisciplinaria en compañía de sus padres, ya que todos participaron en el acuatlón.
Luego de su participación, a Melissa le tocó el turno de apoyar a sus padres cuando iniciaron su competencia en sus respectivas categorías, bajo la consigna de predicar con el ejemplo, al final todos pisaron el podio.
Sergio explicó que para él representa una gran satisfacción que toda la familia haya podido participar en este evento, que esperan sea el primero de muchos más.
“Representa mucha satisfacción que Melissa esté haciendo deporte, soy de la idea de que el deporte es algo tan importante como ir a la escuela o convivir con la familia y es algo que debe tener todo niño”.
Ahí comenzó la historia de la familia Quezada Cárdenas, donde aún quedan muchas páginas por escribir.

8 horas a Vallarta

El reloj marca las 6 de la mañana del 17 de octubre, comienzan los preparativos para un recorrido de 240 kilómetros en bicicleta. La ruta: la carretera libre a Puerto Vallarta. Objetivo: participar en el Festival del Mar en Rincón de Guayabitos y realizar durante tres días un fuerte entrenamiento, rumbo al cierre de la temporada deportiva.
Leonardo “Yayo” Saucedo monta su bicicleta, está listo para está nueva misión, le acompañan Daniela, Armando, Sergio y Eduardo, también triatletas. El trayecto comienza y nosotros los seguimos desde el vehículo de apoyo.
Ellos saben lo que les espera, lo han hecho otras veces. En el camino luchan contra el cansancio, las pendientes, las pronunciadas subidas, los automóviles y hasta con los restos de los deslaves, que le costaron una caída a una motociclista que formaba parte del contingente de una convención internacional.
A poco más de 10 años de distancia podemos recordar cuando el “Yayo” participaba en sus primeras competencias, desde entonces gracias a su constancia y dedicación obtuvo sus primeros triunfos, hoy está convertido en una de las promesas más fuertes del triatlón mexicano y por su cabeza no pasa otra idea que los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Han transcurrido más de cuatro horas desde que comenzó la pedaleada, estamos cerca del municipio de Mascota y es hora de un merecido descanso; los atletas aprovechan para desayunar y platicar sobre los pormenores del recorrido, retoman el aliento, bromean y están listos para acometer los últimos kilómetros.
El trayecto Mascota–Las Palmas, es la parte más complicada del viaje. A Sergio se le pincha una llanta. Dany quiere dar un esfuerzo extra —combinar el deporte con la escuela a veces no le permite entrenar al máximo—. La hidratación es cada vez más frecuente, el grupo puntero hace una pausa en la parte más alta de la montaña, la vista es inmejorable y el “Yayo” la observa con atención, quizá pensando en los tiempos que están por venir y por las huellas que habrá que dejar en la historia.
El equipo se pone en marcha, es casi el sprint final y luego de más de ocho horas termina el recorrido. Es tiempo de descansar y reponerse, ya que a la mañana siguiente les espera una travesía de 4 kilómetros en el mar, para terminar el segundo día de actividad con un total de 34 kilómetros de carrera atlética.
Las horas de preparación de un atleta de alto rendimiento son incontables, en especial cuando se habla de un deporte multidisciplinario como el triatlón, en el que pareciera que el único momento de descanso de los deportistas es durante la competencia.
La última jornada marca en el calendario la prueba final: el acuatlón. El “Yayo” se corona por tercera ocasión consecutiva, termina su competencia, ya piensa en la preparación para próximo ciclo olímpico y es hora de emprender el camino de regreso a casa.

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