Piedad Bonnett

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071125 ARTE Y GENTE FIL, FILIAS, COLOMBIA RETRATOS A EL (LA) ESCRITOR:PIEDAD BONET FOTO MARCO AURELIO VARGAS

Piedad Bonnett tiene el acento barrido de los colombianos. Habla pausado como queriendo prolongar la acústica de las palabras. Tras sus lentes de marco negro miran unos ojos voraces que parecen buscar las palabras que ha dejado en el aire. Sus novelas, su poesía y su filosofía la delatan como una de las mejores amantes de las letras.

¿Para una poeta como Piedad Bonnett, qué es la poseía?
Hay muchos lenguajes con los que el hombre se comunica, uno de esos lenguajes y tal vez el más esencial es el de la poesía, que tiene la propiedad de sacar las palabras del hábito, de la costumbre, de la pereza, y hacerlas decir cosas nuevas. Mentalmente relacionar esa palabra con el misterio, con las cosas más esenciales de la vida. Con esas palabras que generalmente se nos revelan instantáneamente y habitualmente no tenemos palabras para nombrar. Un poeta pone en palabras lo que todos sentimos, lo que otros querrían decir y que por estar en otras actividades del mundo no dicen. Los poetas aspiramos a que haya una resonancia de nuestras emociones en el alma de los que escuchan o leen esa poesía. Es circunstancial, como dice Borges, que sean pocos las que la hacemos poesía porque la realidad es que en el alma de todos los hombres hay potencia de ver la poesía que hay en el mundo.

¿Cuál es la característica de los poetas actuales?
Los poetas actuales estamos relacionados con el habla corriente. La poseía más contemporánea es usar las expresiones más coloquiales y buscar en la palabra corriente una posibilidad de expresión sin necesidad de articular el lenguaje de manera extravagante. Siempre habrá poetas barrocos, siempre habrá imágenes en la poesía, pero todo el siglo XX sí ocupó en contar las conexiones entre las formas coloquiales del habla y la poesía.

¿Cuál es la función de la poesía?
Tiene la función de hacernos sentir menos solos. En el silencio la mejor compañía es la poesía, la palabra útil no le conviene a la poesía. Si se le frecuenta mucho puede cambiar a los hombres, no que los vuelva mejores, si no que los vuelva más hondos.

¿Desgasta escribir poemas?
Escribir un poema es doloroso, desgastante siempre. Pero desgastante de una manera maravillosa y cuando escribes de una cosa muy honda es como si estuvieras en una terapia de psicoanálisis, vuelves a traer con la palabra una cosa esencial en tu vida y te conmueves, pero el poeta debe tener la capacidad de distanciarse para que la palabra sea el instrumento fundamental y no la emoción para que no te salga lacrimosa.

¿Qué es lo que más te gusta de México?
Lo que más me llama la atención de México es que aquí todo tiene una gran envergadura, que hay como una autoestima gigantesca, que es un país que tiene mucha conciencia de sí mismo y que es un país liberal que ha abierto sus puertas al resto del mundo. Que han sabido aceptar la diversidad y que eso se refleja en muchos países. En el imaginario colectivo latinoamericano, México es un país con una tradición de apertura, por eso nos duele a los colombianos que las fronteras sean cerradas y que sea difícil la tramitología burocrática para entrar a un país como México.

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