Pero si lo leí en The Onion

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Recuerde una noticia, póngala en un tazón grande; piense y razone una crítica ácida y franca al respecto, agítela hasta esponjar; seleccione con cuidado un puñado de deseos de ridiculizar, mezcle bien todos los ingredientes hasta que formen una pasta homogénea y creíble; corte la pasta con los formatos canónicos del periodismo de Estados Unidos (prensa, radio, televisión, lo que guste), y espere a que algún incauto tome por verdad la mentira que usted tan meticulosamente ha creado. El nombre del suculento platillo: The Onion, la mejor fuente noticiosa de América.
The Onion (la cebolla) es un periódico satírico de origen estadounidense que se dedica a publicar noticias falsas, cuyo encanto reside en su franco deseo de ser ofensivo y crítico a la vez. En su página de internet —theonion.com— pueden encontrarse encabezados absurdos (pero sospechosamente creíbles) como los siguientes: “Niño mutila heroicamente a ratero”, “Estadounidenses evitarán masturbarse para honrar el 11 de septiembre”, “Diabético de ocho años ofrece la peor fiesta de cumpleaños de todas”, o “México construye muro fronterizo para mantener a los pendejos (spring breakers) fuera”.
A imitación de los formatos serios de los periódicos de Estados Unidos, los contenidos están divididos en siete secciones: política, internacional, economía, ciencia y tecnología, entretenimiento, opinión, y local; en cada una pueden encontrarse estadísticas, reportajes, notas periodísticas, entrevistas, declaraciones de prensa, columnas, artículos de opinión y cartones; en la versión electrónica además pueden reproducirse videos y archivos de audio con reportajes, paneles de discusión, encuestas de opinión. Pero a pesar de que se mueva, camine y haga como…, todo es falso.

La historia
La Cebolla es un ejemplo afortunado de como una buena idea puede tener éxito comercial con años de trabajo y la experta ayuda de un millonario como socio: En 1988, dos estudiantes de la Universidad de Wisconsin, en Madison, crearon un periódico satírico de doce páginas llamado The Onion cuya primera plana anunciaba la existencia de un monstruo que habitaba en un lago cercano; Tim Keck y Christopher Johnson, los creadores, llenaron el resto de esa edición —como lo harían con muchas otras— con cupones de cerveza y pizza, hecho que resultó atractivo para sus amigos en el campus. Durante un año publicaron noticias donde ambos estudiantes se mofaban de la vida universitaria y de la ciudad de Madison.
En 1989 The Onion fue vendido a Scott Dickkers, quien se encargó de las cuestiones financieras de la publicación, mientras que Peter Haise se dedicó a explotar el humor satírico que aquellos estudiantes comenzaron. Cinco años después, la distribución del periódico comenzó a crecer a otras ciudades —el cual no se ha detenido hasta la fecha—, y en 1996 se creó la página de internet. En el 2000, un inversionista multimillonario llamado Michael Schafer adquirió buena parte de las acciones del periódico, y como socio, marcó el inicio de un proceso de avance económico muy importante para la publicación; los proyectos a mediano y largo plazo, además de la planificación de estrategias y crecimiento económico, permitió el desarrollo de una tienda propia, y sobre todo, crear noticias más elaboradas y de calidad.
Hoy, The Onion además de su página de internet, el canal de televisión ONN, y la estación de radio Onion Radio News, posee una edición impresa cuyo tiraje de 710 mil copias semanales se distribuye gratuitamente en diferentes ciudades de Estados Unidos como Austin, Nueva York, Chicago, Washington D.C., Minneapolis, y Denver, entre otras. El periódico tiene además una sección especial de entretenimiento no-satírica llamada “El A.V. Club”, en la versión impresa esta sección ofrece un listado de restaurantes y eventos locales.
Algunos artículos en Internet afirman que The Onion es una publicación muy exitosa porque no se censura para decir la verdad acerca de lo que sucede en Estados Unidos, o en el mundo, sólo porque algunos puedan ofenderse, por ejemplo: denuncia el uso de tortura en la base militar de Guantánamo, critica los noticieros amarillistas y tendenciosos, pone en evidencia que en Estados Unidos no existe un verdadero control sobre las armas de fuego, o ridiculiza a los autores de ciencia ficción que basan sus novelas en una fuerza “mágica” que resuelve cualquier problema de inspiración o coherencia en la trama.
Por increíble que parezca, muchas de las notas de The Onion han sido tomadas en serio y es frecuente que algunas de las entradas de la famosa enciclopedia virtual Wikipedia lo tengan como referencia: El caso más famoso de estos malentendidos sucedió en el 2000, cuando una comunidad cristiana de Estados Unidos usó como evidencia un artículo de The Onion donde se afirmaba que los libros de Harry Potter incitaban a los niños a la brujería. El malentendido más reciente ocurrió en septiembre de este año, cuando dos periódicos de Bangladesh tomaron como verdadero un reportaje donde supuestamente Neal Amstrong afirmó que el aterrizaje en la Luna fue mentira.
En España han surgido en los últimos años algunas publicaciones que siguen esta tendencia de satirizar las noticias: El Mundo Today (elmundotoday.com) y El Garrofer (elgarrofer.com). Sin embargo, The Onion los supera, y con creces.

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