Olimpiadas con el puño arriba

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Tibetans burn a Chinese flag during a peace march to commemorate the 48th Tibetan National Uprising Day in Siliguri, India, Saturday, March 10, 2007. Thousands of Tibetans rose against the Chinese rule of Tibet in the Tibetan capital Lhasa on March 10, 1959. (AP Photo/Tarun Das)

A lo largo de la historia, la realización de justas deportivas como mundiales de futbol o juegos olímpicos, han sido el escaparate perfecto para todas esas voces que al no ser escuchadas utilizan esta plataforma para expresar sus ideas e inconformidades.
Más allá del puro espíritu deportivo, tales justas son escenarios rodeados de intereses políticos, económicos, sociales y culturales, aspectos que las han acompañado desde sus inicios.
Los Juegos Olímpicos de México 1968 se vieron empañados por la matanza de Tlatelolco, ocurrida el 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, donde tuvo lugar una agresión militar y paramilitar fraguada por el gobierno mexicano en contra de un grupo de manifestantes, muchos de ellos estudiantes, hecho donde la cifra real de fallecidos es desconocida.
A 40 años de distancia de esos hechos, los Juegos Olímpicos de Beijing, tienen su historia de represión hacia los activistas sociales.
Ahora fueron los habitantes del Tíbet, una región que fue invadida por las tropas chinas en 1950. El Tíbet desde entonces se convirtió en un punto de contención entre los líderes comunistas chinos y aquellos que abogan por la independencia para la región, quienes aprovechan los reflectores del mundo puestos en Beijing.
Lo cierto es que mientras existan cosas qué decir y las autoridades no tomen cartas en el asunto para atender las demandas de la población, los activistas sociales aprovecharán éstas y otras plataformas para ser escuchados.
El jefe de Clínicas de Salud Mental, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), especialista en movimientos sociales, José de Jesús Gutiérrez, precisa que en el deporte confluyen muchos factores, incluso el de razas.
“En las Olimpiadas de Alemania, en 1936, existió un desencanto del régimen de Adolf Hitler, ya que se consideraba que los alemanes eran hombres supremos y en esos tiempos la discriminación racial era muy marcada y con el triunfo de algunos atletas de color se produjo un desencanto, precisamente porque la imagen que quería proyectar es que los alemanes eran superiores”.
Recordó que los Juegos Olímpicos de Munich, Alemania, en 1972, fueron empañados cuando un comando de terroristas palestinos, denominado Septiembre Negro, tomó como rehenes a 11 de los 20 integrantes del equipo olímpico de Israel. El ataque condujo finalmente a la muerte de los 11 atletas.
En el caso de México 68 explicó que el autoritarismo estatal era evidente y esto se reflejó en la respuesta militar por parte del gobierno.
“Cuando los activistas no encuentran otra vía para presentar sus necesidades y que se les dé respuesta por parte de las autoridades, aprovechan esos espacios que podrían contribuir a resolver un problema, lo único que habría que cuestionar es la forma que utilizan, si es un tipo de estrategia que violenta también el derecho de las personas o si son congruentes con los derechos de otros ciudadanos”.
Lamentó que entre los gobiernos exista una práctica común en el sentido de minimizar y negar las críticas, por lo que hacen oídos sordos a las problemáticas; eso se ve, por ejemplo, cuando llega el presidente de la República, Felipe Calderón, a un estado del país a donde previamente llegan integrantes del estado mayor presidencial para evitar cualquier tipo de manifestación.
Con relación a lo que ocurre en China y las manifestaciones de los habitantes del Tíbet, precisó que estamos en una situación de discusión del control político del gobierno chino sobre esta región, que debe tener implicaciones económicas, territoriales y que de alguna manera el estado chino tratará de suavizar o minimizar las inconformidades.
“Los analistas han dicho que al presidente Felipe Calderón le dieron, en China, un recibimiento como al de un gran mandatario, pero ocurrió por la visita a México del Dalai Lama; y eso es una forma de hacer contrapeso, en la opinión del pueblo mexicano, sobre esta situación”.
Dijo que el deporte es un escaparate y está convencido que los activistas ciudadanos de cualquier país cuando no encuentran por las vías institucionales la forma de comunicarse y manifestar sus inquietudes, y encontrar soluciones, buscan estrategias que sean espectaculares, que logren impacto y que sean trascendentes para encontrar respuesta a sus necesidades y problemas.
“Los gobiernos deben practicar la comunicación con sus comunidades, teóricamente los estados dicen que están plenamente convencidos y que valoran la participación ciudadana, pero en la práctica ocurre lo contrario”.

Un ejemplo de amistad

Los Juegos Olímpicos de Berlín, celebrados en el año 1936, fueron como un instrumento de propaganda política con repercusiones internacionales. Adolf Hitler afirmó que estos Juegos servirían para demostrar la superioridad de la raza aria sobre las otras.
Jesse Owens, un atleta negro del equipo norteamericano puso en jaque las tesis racistas del nacionalsocialismo ganando cuatro medallas de oro, las correspondientes a las pruebas de 100 metros, salto de longitud, 200 metros y 4 por 100 metros. Hitler se negó a saludar al campeón y reconocer sus triunfos.
En las pruebas de salto de longitud, Owens competía con Lutz Long, atleta alemán y prototipo del concepto de raza aria, a quien le arrebató la medalla de oro.
A partir de este hecho, entre Owens y Long nació una fuerte amistad que superaba todo lo que los separaba, incluso la Segunda Guerra Mundial, que enfrentó a sus países respectivos.
Durante la Guerra, Long murió en el frente ruso. Jesse Owens dijo que él cambiaría todo los premios que había ganado en los juegos de Berlín de 1936 por la amistad que le mostró el atleta alemán.

Juegos, política y periodismo en la historia

1930
Algunos meses después de que Estados Unidos saliera de la “Gran Depresión”, Uruguay recibía el primer Campeonato Mundial de Futbol. La FIFA —en ese entonces presidida por Jules Rimet—, quiso hacerla justamente en los Estados Unidos, sin embargo el factor mencionado se lo impidió. Volteó a Europa pero la descomposición política atraía amenazas de guerra. Entonces Rimet y su comité tomaron una decisión que se basó principalmente en lo deportivo. Dársela al último campeón olímpico: Uruguay.

1934
El mundial se jugó por primera vez en Europa y con una prensa más politizada por los asuntos que acontecían en el viejo continente, el discurso del futbol se dio con matices propios de un estado fascista como el italiano. En contraparte, los periodistas franceses, españoles y latinoamericanos radicados en Europa, contextualizaron sus notas en el terreno político adverso al que rodeaba a Benito Mussolini, que gobernaba con mano de hierro.

1936
Durante las Olimpiadas de Berlín, los periodistas al servicio del nazismo, fueron instrumentos de la manipulación, al clasificar la información sobre los eventos que se llevaban a cabo, dando un sesgo propagandístico a la justa. Sin embargo, no contaron con la visión neutral de los informadores ingleses, estadounidenses y franceses, quienes dieron una lección de democracia periodística deportiva, al narrar los hechos con neutralidad.

1968
En los meses previos a los Juegos Olímpicos de México, no sólo fueron consideraciones deportivas y la matanza de Tlatelolco lo que estuvo a punto de suspender el evento, ese año estuvo plagado de problemas políticos y sociales. Algunos países amenazaron con no ir si competía la Unión Soviética, que había invadido Checoslovaquia. También hubo algunos deportistas estadounidenses de raza negra que renunciaron a competir porque se sentían discriminados en su país.

1972
Un comando palestino tomó por asalto la villa olímpica de Munich, matando a varios integrantes de la delegación israelí. Un hecho que informativamente significó un nuevo parte aguas en el manejo de la información deportiva. Ya que eso obligó a varios periodistas alemanes y de otros países a investigar lo que realmente ocurría. Dando como resultado que este atentado habría de fraguarse dos años antes cuando el blanco era la selección de futbol de Israel.

1974
La entonces Unión Soviética no va al mundial de Alemania por considerar a Chile, su rival en el repechaje, un país con una dictadura ilegítima.

1976
Para Montreal, los países africanos boicotean los Juegos Olímpicos debido a una revuelta en Soweto que deja varios cientos de muertos. El continente negro se une en torno a este acontecimiento y decide no asistir en una acción en contra de Sudáfrica.

1978
El Mundial de Argentina no estuvo exento de tintes políticos, toda vez que la junta militar liderada por Jorge Videla sobornó a varios jugadores de la selección peruana de futbol para dejarse golear por Argentina por más de cuatro goles, y así acceder a la final contra Holanda.

1980
Moscú fue boicoteado por Estados Unidos; en Los íngeles 1984, la cortesía es devuelta por los soviéticos. Para 1986, los colombianos pierden la sede del Mundial de futbol, más por la intervención de la guerrilla M-19, que por la imposibilidad económica para realizarlo.

2008
Previo al inicio de los Juegos Olímpicos de Beijing, los preparativos se ven empañados por la represión a los tibetanos que protestan contra el férreo control de China sobre sus tierras en el Himalaya.

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