Nuavo sonido dorado

1092

Los Dorados no son fieles a ningún límite ni etiqueta, por el contrario, Good/Evil, su disco más reciente, es una contradicción de arriba abajo: no sólo por el nombre y el ambivalente diseño de Christian Cañibe de un estuche (que no tiene reverso ni anverso pero sí un pájaro trinando una bala y una pistola escupiendo plumas), sino por el contraste respecto a sus placas anteriores y el abrupto movimiento hacia un sonido más contemporáneo y menos parecido a la idea convencional del jazz.
“Queríamos demostrar y autoconvencernos de que podemos hacer lo que se nos antoje”, dijo el baterista Rodrigo Barbosa cuando estuvieron de visita en la ciudad para encabezar el cartel del Festival Internacional de Jazz: “Si como banda estamos escuchando muchos tipos de música, es natural que se noten las influencias del folk, la electro o incluso de Radiohead, para ser más precisos”, afirmó.
Con once cortes que no alcanzan ni los cinco minutos el más largo, en Good/Evil Los Dorados no se oyen a nada parecido, aunque se pueden percibir las trazas de de una época sonora latente, nueva. Por otro lado, la contradicción que parece ser el leit motiv de la placa se revela también en el transcurrir de las canciones, incluida una frontera sensible justo antes de una segunda mitad más oscura y áspera.
“El mundo se está volviendo un lugar muy bonito y de mierda al mismo tiempo. Esto es muy fácil de ver: simplemente abre el periódico y, junto a la sección de cultura, te vas a encontrar quién sabe cuántos decapitados. Yo no creo que México ni el mundo sea también esa parte terrible, pero ahí está. Yo creo que en todo caso la situación está cargándose cada vez más de grises, y creo que Good/Evil es un poco un reflejo de eso”, dijo en la misma charla Daniel Zlotnik, saxofonista de la banda capitalina.

Artículo anteriorFelipe Ponce
Artículo siguiente4to Informe de Actividades 2011-2012