Miriam Lizbeth Ambriz Aguilar

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Yo nací aquí en Guadalajara, soy hija de migrantes indígenas. Mi papá es purépecha y mi mamá otomí. Ellos llegaron a Guadalajara a mediados de los 70 y tuvieron cuatro hijos. Decidí estudiar historia en la UdeG para conocer las raíces de las comunidades indígenas, quería saber por qué mis papás vestían, pensaban y comían diferente al resto de las personas. Me interesó hacer mi tesis sobre la migración indígena y en la investigación me encontré que el desplazamiento a la Zona Metropolitana de Guadalajara inició en los años cuarenta y que actualmente hay más de 45 grupos en el éxodo. El grupo de los nahuas, mixtecos y purépechas son de los grupos con mayor éxodo hacia nuestra ciudad…. Había pocos estudios sobre el tema, se hablaba de los grupos mayoritarios, pero no se había estudiado nunca a los minoritarios. Así, mi investigación es un intento más por visibilizar a los hombres y mujeres indígenas asentados en la ciudad que cambian totalmente sus estrategias de vida, mientras que el papel de la mujer es fundamental en la familia”.

¿Cómo fue el acercamiento con los grupos indígenas radicados en Guadalajara?
Fue difícil porque no me veían como del grupo, me veían como una mestiza. Y es que ellos desde que vienen a la ciudad viven discriminados. Guadalajara se ha caracterizado por ser una de las ciudades más racistas. La mujer tapatía debe tener los ojos grandes y ser blanca. Ellos sufren mucho la discriminación. Incluso en la colonia donde yo vivo hay muchos purépechas que cuando pasan por la calle la gente les dice “mira a las huicholitas”, los desconocen y eso te habla de una discriminación muy marcada. Cuando un indígena va a un centro comercial, los policías están detrás de ellos, piensan que van a robar o no les permiten que ingresen al Aurrerá por su aspecto. ¿Cómo van a ir al Aurrerá con su rebozo? Incluso hay gente que les ha dicho que no pueden ingresar a los centros comerciales. A los indígenas que venden muebles de madera por las colonias de Periférico o en Tonalá, los engañan, los estafan y les roban sus mercancías. Les dicen: “Somos del Ayuntamiento, tienen que pagar por el lugar” y ellos les dan dinero. Entonces tienen mucha desconfianza y yo no lograba hacer contacto.

¿Cómo lograste ingresar a las comunidades si existe tanta desconfianza?
Mi mamá un día me dijo: “Oye hija yo conozco a una paisana de Michoacán y vive a la vuelta de nuestra casa”. Fui con ella y me di cuenta que hay todo un asentamiento en las colonias de Miramar, Arenales Tapatíos y Paseos de la Primavera que provienen de Cocucho, Michoacán. Su migración es muy característica porque lo hicieron por familias, un fenómeno diferente, porque antes de los años 70 migraban por relevos, primero emigraba el padre, luego el hijo y ahora es toda la familia.
Empecé a tener una relación más cercana y luego me vinculé con la Unidad de Apoyo de las Comunidades Indígenas de la UdeG, donde se les presta servicio de salud en el Hospital Civil y asesoría jurídica.
Un problema muy grave que tienen los purépechas es cuando piden financiamiento a las tiendas departamentales o a las cajas populares, porque no saben que les cobrarán altas tasas de interés y a veces tienen que pagar hasta 150 mil pesos por un producto.
Atentan contra sus derechos humanos porque los intereses son porcentajes que las tiendas implementan y que no están establecidos en la ley. Los engañan, por eso los apoyamos con asesoría jurídica

¿Qué es lo que tienes proyectado hacer para los próximos años?
Uno de los premios fue publicar la tesis en un libro que saldrá en junio. Continuaré con mi maestría en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores (Ciesas) de la UdeG en antropología social e investigaré qué pasa con los jóvenes indígenas, cómo impacta el vivir en una ciudad que no los vio nacer. En las demás investigaciones se habla de las primeras generaciones que han emigrado a la ciudad, pero de la segunda y la tercera no sabemos nada.

Primera persona
Ella es egresada de la carrera de historia del CUCSH, recibió el primer lugar del concurso de tesis a nivel licenciatura con perspectiva de género de Guadalajara, organizado por el Centro de Estudios de Género de la UdeG y el Instituto Municipal de las Mujeres.

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