México ficticio

1222

Siempre me he sentido ciudadano de un país que sólo existe en mi imaginación. Desde niño he creído que México es un país ficticio”.
Xavier Velasco dio la pauta de este ejercicio (lúdico o sádico) de entrever, de dilucidar, de develar el futuro de un país desde el punto de vista de los escritores mexicanos.
“Si fuera escritor de una novela que hablara del capítulo siguiente para nuestro país, la llamaría La tragedia final o La desgracia absoluta o El apocalipsis, continuó Velasco (Diablo guardián y Este que ves), un adulto vestido de niño, con tenis rojos y una sonrisa hasta las sienes.
En esta novela dantesca “los niños serían carne de cañón y los personajes políticos continuarían siendo los villanos. El político tiene que hacerla de malo. De esta manera los buenos políticos son malos y a los más malos hay que matarlos”.
Velasco agrega: “Afortunadamente es ficción y nunca sucede nada. Siempre el narrador se anima a escribir un capítulo más y por eso aquí estamos, lo cual nos permite pensar a los mexicanos con cierta frecuencia como inmortales y a lo mejor por eso somos como somos”.
El escritor habló del presidente en turno. De Felipe Calderón sólo quiere que trabaje. “No espero que un presidente venga y me resuelva una situación o la situación del país, como tantos demagogos quieren. Espero que la oposición sea menos estúpida, para que efectivamente sea oposición… me encantaría despertar el 1 de enero de 2008 y no ver a espinos y lopezobradores”.

¿A quién más no quiere ver?
Pues como a un 90 por ciento de los priístas (risas).

¿Y de los panistas?
Sólo Espino me espina. Los demás no son muy notorios. Son un poco grises.

Paco Ignacio Taibo II se une al diálogo por separado. La pregunta es: ¿Si tuviera que escribir una novela de cualquier género, ¿qué personajes de la política actual incluiría?

¿Qué papel jugaría en su novela Felipe Calderón?
Ninguno, no me gusta ni para personaje de ranchera.

¿Y al secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña?
Ese cuate, menos. Tenía un esbozo de una novela policiaca-política llamada Paraíso, que era la historia del fraude electoral del año pasado, pero en un pueblito de Tabasco, que se llama Paraíso… y hasta ahí.

(A Xavier Velasco). ¿Qué papel jugaría en su novela Felipe Calderón?
A Calderón lo sentaría a trabajar en una oficina.

¿Y al secretario de Gobernación?
Pues también lo pondría a trabajar. A toda esta gente hay que ponerla a trabajar.

¿Qué papel le daría a López Obrador?
Le daría un papel higiénico (risas). Le daría como dos papeles y de los de doble hoja.

El 2008
Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la UNAM, autor de Voces de Iberoamérica, señaló que “el reto fundamental (para el 2008) continúa siendo la educación. Necesitamos un plan educativo con una visión de mediano y largo plazos, que incorpore a la ciencia y la tecnología como partes fundamentales del trabajo en las instituciones públicas de educación superior”.
Carlos Fuentes se fue por el análisis político-económico. El 2008 “nos va a avasallar. El producto agrícola norteamericano es más abundante, menos caro y emplea menos mano de obra que el nuestro. No estamos preparados. Va a ser un problema grave. ¿El plan Mérida? ¡Ah, el de Bush! Yo no creo en nada de lo que haga Bush”.
El autor de la La provincia perdida y La guerra de Galio (Héctor Aguilar Camín), dijo: “A mí me preocupa que pueda haber, como consecuencia del endurecimiento de la política migratoria de Estados Unidos, una repatriación mayor de mexicanos que no encuentren trabajo en México. El promedio de deportados está creciendo. Estamos hablando de decenas de miles de mexicanos. Me preocupa esa población flotante de gente sana que quiere trabajar, enfrentada bruscamente a la falta de empleo en México. Creo que puede ser un problema muy grave. La política social no puede arreglar eso. Lo único que puede hacerlo es la creación de empleos y el crecimiento económico. La política social es un paliativo importante para el que quiere trabajar. La única respuesta es obtener un empleo”.
Bajo el agua
El también novelista Juan Hernández Luna expresó que es optimista en cuanto al panorama que se avecina para el siguiente año, “de lo contrario démonos un balazo. Además, no hay embajada de México en México como para exiliarnos. Hay que permanecer aquí, porque existe mucho pinche trabajo, muchas áreas en donde el esfuerzo puede ser entregado, no importa si es a través de los organismos no gubernamentales, con niños de la calle, personas con capacidades diferentes, mujeres maltratadas, desde la política o la asistencia social. Hay mucho trabajo por hacer: chin chin el que se raje”.
Para el literato mexicano Gustavo Sainz, el nombre del capítulo del futuro de México sería “Bajo el agua”.
“La ciudad de México está construida arriba del nivel friático. Cuando yo era niño había inundaciones en el centro histórico y la gente paseaba alrededor del Palacio de Bellas Artes en lancha”, indicó el escritor nacido en 1940, pero de juventud irreverente.
“Para el 2008 hasta la Torre Latinoamericana estará sumergida. Ya todo será una inmensa laguna. Se promocionará el turismo para que vayas a andar en lancha y pescar antigí¼edades mexicanas, que seremos nosotros, en vez de peces, porque ningún pez podrá vivir en aguas tan contaminadas. La gente montaría en sus lanchas con trajes aislantes, como de astronauta y ya no habría partidos políticos. Todos seriamos realmente pobres. No habría ni siquiera ladrones, porque no habría a quien robar”, afirmó con una sonrisa irónica.
“Tampoco tendríamos iglesias ni policías, ni penetración norteamericana. Imposible que sobreviviera un Mc Donalds, un Wal-Mart o un Oxxo. Todos los problemas se habrán acabado. Nos quedaría la vida cerca del agua y trataríamos de crear nuevas formas de alimentación, para convertirnos de nuevo en peces, es decir, la evolución al revés, una involución para desaparecer en los pantanos.
“No habría monedas. La economía sería el trueque. Yo te cambio tres manzanas por tu lechoncito o tu gallina. El agua estaría contaminada y habría una gran máquina procesadora para limpiarla. La moverían 500 mexicanos con pedales. Los mexicanos que sepan nadar tal vez se irían a Estados Unidos”, dijo Sainz, escritor de las novelas La muchacha que tenía la culpa de todo y A troche y a moche.

Una realidad capoteana
Hernán Bravo Varela, poeta y ensayista, aseguró que la novela de México sería tan bien escrita como el libro de A sangre fría, de Truman Capote y conjuntaría una narrativa tradicional con un reporte periodístico.
“Esperemos que sea un reportaje brillantemente escrito por Capote, cuya realidad y escenario no dista mucho del que tenemos. Pensar en términos de ficción, en un país construido en la ficción, en la invención de la idea de Dios, de ciudadano, de república. No necesitaríamos demasiados recursos literarios para imaginar esto”, comentó quien ganó el premio de poesía de la revista Punto de partida y el Premio nacional de poesía joven Elías Nandino.
“La ficción es predecible. Seguiremos teniendo los mismos actores. López Obrador continuará siendo protagonista o antagonista. Será el personaje esencial en la historia, donde todo se polariza en torno a él y donde el PRI hace un papel menor y el PAN, después de dos sexenios de gobierno, nos mantendrá en la incógnita de si será capaz de mantener una vez más la presidencia.
“La sociedad aprenderá de lo que ha ido ocurriendo. Será cada vez más confiada en sus instituciones, y las reformará para que sean más sólidas. Los empresarios serán trabajadores y callarán en momentos electorales. Los niños aprenderán a ser más críticos, a no dejarse influenciar por lo que dicen los medios. A ser más radicales frente a lo que escuchan de los políticos. No terminará en tragedia. Tendremos unos capítulos en que habrá más de acción”, indicó Bravo Varela, letrista de la banda sonora original de la película Frida.
“¿Para qué escapar de esta ficción que tanto nos ha entretenido desde tiempos de la conquista y luego con la independencia, cuando nuestra historia está por escribir los mejores tomos de su obra completa? Eso inacabado que constituye parte de nuestra idiosincrasia, de nuestro sentido del gusto, de la clase y carácter nacional. Hemos bosquejado una historia en una hoja muy sucia y lo único que esperamos es que no haya final, que la historia siga sorprendiendo al leerla en los periódicos.
“La inamovilidad es nuestro signo. América Latina, aunque su corazón social y nacional suele ser convulso, su convulsión obedece a la inercia, a la inmovilidad y al quietismo. Alcanzar una especie de vía superior, no a través del castigo y la flagelación, sino de la pura contemplación, al límite de la pereza más radical”.

Un final feliz
Víctor Cabrera, poeta y editor de la UNAM, dijo que México es de ficción, por lo que difícilmente podría volverse ficticio. “Si Kafka hubiera sido mexicano, hubiera sido un escritor costumbrista, como lo dijo alguna vez Carlos Monsiváis. Todo es tan absurdo, irreal… el transporte público, la política, la realidad nacional, todo de entrada es grotesco, y absolutamente ficticio. Lo que habría que inventar es otra realidad, en la que todo funcionara, que la sociedad viviera de manera más armónica”.
Para Carlos Fuentes el capítulo se llamaría “Felicidad”, donde el personaje principal sería el pueblo, y Elena Ponistowka desea “un México no tan extinguido, políticamente más generoso. Ojalá la gente con menos recursos logre mejores condiciones de vida”.

Xavier Velasco
“La tragedia de este libro sería el debate final: México siempre está a punto de acabarse. Estamos en un país que durante 70 años fue liderado por cínicos y ladrones y que siempre pensamos que se iba a acabar, pero no se acabó”.Â

Hernán Bravo Varela
“¿Para que escapar de esta ficción que tanto nos ha entretenido desde tiempos de la conquista y luego con la independencia, cuando nuestra historia está por escribir los mejores tomos de su obra completa?”.

Víctor Cabrera
“Todo es tan absurdo, irreal… el transporte público, la política, la realidad nacional, todo de entrada es grotesco, absurdo y absolutamente ficticio. Lo que habría que inventar es otra realidad”.

Elena Poniatowska
“Un México no tan extinguido, políticamente más generoso. Ojalá la gente con menos recursos logre mejores condiciones de vida”.

Juan Hernández Luna
“No hay embajada de México en México como para exiliarnos. Hay que permanecer aquí, porque además hay mucho pinche trabajo (…) chin chin el que se raje”.

Gustavo Sainz
“Para el 2008 hasta la Torre Latinoamericana estará sumergida. Todo será una inmensa laguna. Se promocionará el turismo para que vayas a andar en lancha y pescar antigí¼edades mexicanas, que seremos nosotros”.

Paco Ignacio Taibo II
“Hay una crisis a la vuelta de la esquina. La intentan esconder, pero lamentablemente va a brotar (…) esperemos que no (haya estallidos sociales), porque no hay que bendecir el estallido social. Lo que hay que bendecir es el cambio social”.

Juan Ramón de la Fuente
“El reto continúa siendo la educación. Necesitamos un plan educativo con una visión de mediano y largo plazos, que incorpore a la ciencia y la tecnología como partes fundamentales del trabajo en las universidades públicas”.

Carlos Fuentes
“Nos va a avasallar (el 2008). El producto agrícola norteamericano es más abundante, menos caro y emplea menos mano de obra que el nuestro. No estamos preparados. Va a ser un problema muy grave.”

Héctor Aguilar Camín
“El promedio de deportados está creciendo. Estamos hablando de decenas de miles de mexicanos. Me preocupa esa población flotante de gente sana que quiere trabajar, enfrentada bruscamente a la falta de empleo en México”.

Artículo anteriorílvaro Mutis
Artículo siguienteReconocimiento a profesores de tiempo completo con perfil deseable del programa de mejoramiento del profesorado (PROMEP)