Mario Rivas Souza

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Apasionado de la medicina legal, a la que ha dedicado más de 60 años, egresado y catedrático de la Universidad de Guadalajara desde 1958, el doctor Mario Rivas Souza es un referente para la profesión, al ser el médico forense con más experiencia en el país, con más de 130 mil autopsias practicadas durante su trayectoria.

Reconocido como Maestro emérito y Doctor Honoris Causa por esta Casa de Estudio, su trabajo se ha caracterizado por la honestidad y ética, dos valores fundamentales, que a pesar de las presiones que vivió, nunca fueron quebrantados: un legado que trasmite a las nuevas generaciones en las aulas de clase.

¿Por qué eligió la medicina?
Yo tenía un hermano que era médico y veía los librotes que en aquel tiempo se usaban para estudiar medicina. Él me impulsó a que me formara como médico en la Universidad.

Me recibí y empecé a trabajar en medicina legal, además de dar clases. Comencé en la docencia en la Facultad de Leyes y posteriormente en medicina, y nunca me he salido de ahí.

¿Qué lo motivo a inclinarse por la medicina legal?
Me interesé, porque el lugar donde tomábamos clases de medicina era un salón pegado a donde hacían las autopsias de medicina legal y nos pasábamos a ver qué estaban haciendo los profesores de aquel entonces, y me quede ahí.

¿Cuáles han sido algunos de los casos más importantes atendidos por usted?
He tenido muchas anécdotas. Tuve un pleito con uno que fue Procurador General de la República, cuando mataron al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Él estaba opinando que los balazos se los habían dado por la espalda. Yo bajé el cuerpo de donde estaba y lo desvestí, porque no había nadie que quisiera y empecé con mi trajín de medicina forense. Di mi opinión. Hubo presiones para que me destituyeran, pero no me pudieron quitar, porque yo estaba por la Universidad.

¿Qué es lo más complicado de esta profesión?
La honestidad profesional. Creo que si una persona no es honesta profesionalmente, no puede seguir con estas cosas, porque si yo cambio un proyectil y se lo pongo a otra persona, voy a meter a la cárcel a uno que no fue causante de la muerte. Esa es la trascendencia que tienen las autopsias.

¿Qué tanto ha evolucionado la práctica de la medicina legal?
Cuando empecé la clase de medicina legal, las cosas que había para practicarla eran pocas. Ahora las nuevas generaciones tienen aparatos, videos que facilitan la labor. Yo empecé a trabajar en medicina legal en 1953, año en que fueron hechas 407 autopsias, un promedio de una por día. Ahora hay días en que tenemos 15 o 20 muertos. Hasta 2013 había realizado 131 mil 974 autopsias.

¿Qué representa para usted la Universidad de Guadalajara?
Es mi vida la Universidad, al igual que la medicina legal. Nunca traicionaré ni a la Universidad ni a la medicina legal, porque las quiero entrañablemente. Lo único que estoy esperando, si Dios me sigue teniendo en este mundo, es conmemorar el 90 aniversario de mi Universidad. Es mía, porque es mi escuela. Aquí me crié, me fundé, estudié, di clases y sigo dándolas, aunque con muchos trabajos.

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