Marco Augusto Bucio Mújica

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En una época en la que México tiene una sociedad más informada, que reflexiona para ejercer su derecho al voto y ha perdido confianza en los partidos, el marketing político ya no se limita a “vender” un candidato como si fuera un producto embotellado, considera el escritor y analista político Marco Augusto Bucio Mújica.

El especialista en análisis de estrategias electorales y autor de tres libros en los que disecciona las campañas presidenciales del 2000, 2006 y 2012, está convencido de que los jóvenes serán quienes inclinen la balanza en los comicios del próximo 7 de junio.

El catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentó en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara su reciente libro 2012. La segunda alternancia, en el que estudió las estrategias de campaña de los candidatos presidenciales.

Si pudiéramos hacer un corte de caja de los errores y aciertos que tuvieron en su estrategia de campaña los tres principales candidatos en el 2012, ¿cuáles serían de acuerdo al análisis de su libro?
La primera es la estrategia que define a un ganador. Si no se tiene la estrategia correcta no se podrá ser el ganador de la campaña. Yo creo que le falló la estrategia a Josefina Vázquez Mota, en el sentido de enfocarse contra Enrique Peña Nieto como si fuera el candidato del partido en el poder, denostándolo, atacándolo por el incumplimiento de las obras notariadas, y ese fue un error estratégico que le costó mucho. El segundo fue la debilidad física que tuvo, que mostró como una candidata mujer débil, y ya no se pudo recuperar de ese esquema que se le presentó. No sólo en la forma física, sino el Estadio Azul vacío cuando ella llegó, problemas de organización interna que se suman a una estrategia equivocada. En el caso de Andrés Manuel López Obrador empezó muy bien. Con la asesoría de Acosta Bobino al principio, pidiendo una disculpa importante al empresariado, al sector generador de empleo, pidiendo una nueva oportunidad. Y corrigiendo algunos puntos fundamentales respecto al 2006, como no haber definido que era católico. Fue a ver al Papa. Corrigió algunos esquemas de no andar con la familia en campaña, ahora estuvo acompañado de su esposa y su hijo. Pero al final tuvo nuevamente un problema de identificación de él mismo. Suspendió a su estratega Acosta Bobino y comenzó a generar negativos, y no supo aprovechar adecuadamente el Movimiento de #Yosoy132. En el caso de Peña Nieto tuvo una estrategia aprovechando el antecedente del Estado de México. No sumó negativos. Recordemos que hizo a un lado a ex gobernadores con mala fama que iban a ser candidatos a senadores. Yo creo que eso le ayudó mucho, porque hubiera cargado con un peso de incremento de negativos que le hubiera puesto en riesgo al ganar la elección.

¿Qué impacto tienen las tecnologías de la información, tanto en 2012 como en este 2015?
Mucho. Recordemos lo ocurrido con #Yosoy132, el movimiento de las redes que tuvo Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña y Josefina Vázquez Mota, fundamentalmente. Las redes juegan un papel fundamental. Implica que ya se cuente con algunos elementos para tener o contrarrestar un mensaje negativo de manera inmediata. Tener sus seguidores cada uno de los partidos. Y las redes van a ser cada vez más importantes. Lo vimos en la elección de Obama, básicamente, cuando en la campaña “Yes We Can” hicieron un proceso sistemático de donativos que le permitió a Obama tener los recursos suficientes, a través de internet y a través de las redes.

Viene una campaña intermedia. ¿Qué características debe tener una estrategia para este tipo de procesos, y más considerando que la gente ya no simpatiza con los partidos políticos?
Ahora el ciudadano va por delante de los partidos y está siendo cada vez más exigente con los políticos. Hay una gran pérdida de confianza y de credibilidad. Yo estoy convencido que es positivo que los ciudadanos participen más, tienen que ser más exigentes. Ahora en Jalisco van a votar 5 millones 700 mil electores, y creo que va a haber resultados sorprendentes en el sentido de que los jóvenes van a definir la elección. Cada vez son más jóvenes los que participan en las elecciones. En el 2018 un tercio del electorado va a ser menor de 35 años, y habrá diez millones de jóvenes que apenas cumplen 18 años. De manera que si los políticos no son congruentes en atender los ofrecimientos que hacen en campaña, y si después no los convierten en hechos y obras como gobernantes, van a tener una sanción en el voto frente la urna.

¿Ya no es tan sencillo como vender un producto?
No. Tiene que haber congruencia. Y tiene que haber antecedentes. Con la disminución de los tiempos que hay para la elección ahora obliga que haya candidatos conocidos, que tengan posicionamiento en el electorado. Si no, de otra manera no da tiempo para tener un posicionamiento, y esto implica que se van a fortalecer los liderazgos locales y que tengan trabajo previo en la sociedad.

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